Tsukishima Akiteru x Lector [Haikyuu]

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[Tienes un espíritu animal que te guía hacia tu alma gemela]



Llevo un par de confites a su boca, haciendo zapping en la televisión. No hay absolutamente nada, solo películas repetidas de navidad. Es estresante. Bajo la mirada al sentir un ronroneo sobre su pierna, la cabeza de su espíritu animal se acurruco perfectamente sobre ella. Su lince ibérico la observó con esos enormes ojos color almendra, y ella depositó unos confites en al boca del felino.

—Creí que ibas a quedarte en el mundo espiritual. —comento, rascando un poco su estomago. Las zarpas del felino se aferraron a su brazo, sin herirla.

—Me aburrí, prefiero estar aquí, que por lo menos recibo caricias de tu parte. —respondió, sacudiendo los largos bigotes. Su respuesta causo una sonrisa en el rostro de la adulta, y con ello Lynx volvió a ronronear.

(T/n) sigue pensando en lo rápido que transcurrió el año, estando ya de vacaciones, sin ninguna tarea pendiente de la universidad y con unas semanas libres del trabajo. Apoyo los pies encima de la mesa ratona, hasta que algo la obligo a bajarlos. Es el espíritu animal de su madre, que la observo con sus pequeños ojos entrecerrados.

—Ya sabes sobre los pies arriba de la mesa, (T/n). —murmuro el zorro del desierto, con su largas orejas señalándola. Lynx soltó un pequeño gruñido, y el animal salto al estante más cercano, con la agilidad de un gato.

Aquellos dos se llevan de lo peor, y a pesar de que Marcus –el zorro– es mayor, sigue manteniendo la misma energía desde que lo conoce. La veinteañera suspiro por lo bajo, viendo enseguida como Lynx perseguía al pequeño animal por toda la casa. Simplemente jugaban, y (T/n) siempre le recordó a su espíritu animal que con un solo mordisco podría hacerle mucho daño a Marcus, lo cual equivale a hacerle daño a su madre.

Hace un frío del demonio, pero tanto ella como Lynx están aburridos. Se levanto, yendo en dirección a su habitación. Quizá una caminata no les haría mal.

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(T/n) admiro la belleza de Lynx mientras caminaban por la calle, su felino es delgado, pero tiene musculatura. Camina con la gracia digna de los felinos, cada tanto observando su alrededor, como si cada rincón fuera de su pertenencia.

—(T/n). —la llamo de repente, mirándola por encima de su hombro —¿Cómo crees que sea tu alma gemela?

Se sorprendió ante la pregunta, Lynx nunca sacaba el tema de las almas gemelas a flote. Sobre todo por el accidente que tuvieron hace un par de años, cuando tenía dieciséis. El felino sintió la presencia, y corrió para encontrarlo, sin darle tiempo a (T/n) a acostumbrarse a su paso.

Pero cuando llego al sitio, fue falsa alarma. Su alma gemela estuvo allí, pero hace un par de horas. Lo mismo se repitio varias veces, Lynx creía que hay una falla en el, ¿Cómo era posible que no pudiera rastrearlo a la perfección como hacen los demás espíritus animales? Se sentía decepcionado de si mismo, y triste, porque deseaba la felicidad de (T/n) mas que nadie. Este es su motivo para vivir, y no puede cumplirlo como debería.

Y sabe perfectamente que (T/n) quiere conocerlo, sus ojos siempre se iluminaban cuando el corría con las orejas rectas, ese signo le indicaba que se trataba de el.

La chica lo pensó unos momentos, antes de darle su respuesta. —Amable, con buen sentido del humor. Y espero que con paciencia.

Un frío aire la hizo temblar sobre su lugar, antes de sentir los copos de nieve caer sobre su cabeza. Está nevando. El pelaje oscuro de Lynx pronto se llenó de manchas blancas, que se derriten al contacto con el cálido colchón de pelo. Sabe perfectamente lo mucho que su espíritu animal disfruta el caminar los días de nieve, por eso lo saco.

Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]Where stories live. Discover now