Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Aizawa Shouta x Lector [BNHA]

La primera vez que utilizó su Quirk, fue cuando tenía aproximadamente unos seis años. Fue sin querer, un día de primavera. Ir al parque a jugar o al bosque a buscar insectos raros, era algo muy común en ese entonces. Tenía un pequeño grupo de amigos, que viven en su mismo edificio. Tres chicos, dos chicas. 

Para ese entonces, claramente todos tenían ya sus Quirks revelados. Excepto ella. 

O eso pensaba. 

Casi siempre iban al mismo lugar, jugaban un rato y después iban a casa. Pero esta tarde fue diferente. Siempre, es una regla de la vida al parecer, siempre hay un grupo de mocosos que se creen la gran cosa por tener Quirks como de super fuerza, o poder volar. 

En fin, eran pequeños, y ellos eran mayores —se notaba a leguas, quizá diez años.— y probablemente tuvieran algo de experiencia con sus Quirks. 

Cuando tomaron a la amiga de (T/n) por el juego, algo en ella se activo. Como una alarma.

Solo extendió su mano derecha hacia el chico y pronto éste comenzo a hacer lo que ella dijera. 

—Sueltala. —su amiga cayó al suelo, con lágrimas en sus ojos. Al verla sana y a salvo bajo la mano, con una sonrisa. —¿Estas bien, Yuk–? —no pudo continuar, porque cayó al suelo, con la nariz sangrando. 

Su Quirk es auto destructivo. 

Cada vez que lo usa, le hace daño. Eso le dijo el médico cuando la llevaron. 

Ahora, con veinticinco años, es una Pro Héroe, que cada cierto tiempo utiliza de forma despreocupada su habilidad, sabiendo que ello la podría matar en cualquier momento. (T/n) suspiro y abrió una lata de cerveza, bebiendo su contenido con lentitud. Es de noche y está asomada en el balcón de su departamento. 

La semana pasada lo utilizo dos veces, y en esta, unas dos más. 

Siempre queda inconsciente, con un pitido insoportable dentro de su cabeza y ganas de vomitar. Sumado al sangrado excesivo de su nariz y ahora, de oídos. 

Esta al limite. 

Apretó la lata de cerveza, abollando ligeramente la misma. 

—Ah~ creo que no me queda mucho tiempo. —le dio un trago largo, algo de viento golpeando sus mejillas. Posiblemente esta fuera una buena noche para emborracharse.

Cuando despertó, soltó un grito de guerra. De alguna forma misteriosa Recovery Girl estaba en su casa, con su típico bastón con forma de jeringa. 

—¿Como caraj–? ¡Toshinori! —el susodicho soltó la lata de cerveza vacía en el tacho de basura, con una sonrisa culposa en su esquelético rostro. —¿Qué hacen aquí? Oh por dios dime que no rompiste mi puerta de nuevo–

—Calma, (T/n)-chan. —observó como la (c/d/o) era regañada repetidamente por Recovery Girl, hasta tal punto que la anciana la golpeó varias veces con la jeringa en la cabeza. 

—¿Por que eres tan cabezota? ¡Te dije que no podías utilizar más tu Quirk, y vas por allí controlando a los villanos para detenerlos! —Chiyo suspiro, y obligó a que la chica se colocara en una posición sentada, ya que estaba dormida en el sofá. —Déjame revisarte. 

Escucho su corazón, miró sus ojos, oídos, y se aseguró que estuviese tomando sus medicamentos. Todo en orden. 

—Toshi, me siento traicionada. 

El rubio se rascó la nuca. —Lo siento, pero es por tu bien. (T/n)..creo que es momento de que dejes de ser..una Pro Héroe. 

—¿¡Hah!?