Capítulo 8

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Escalofríos recorrieron su espalda con la atención de aquellas pupilas dilatadas que la miraban con deseo esperando cualquier oportunidad para atraparla y envolverla entre sus planes depravados, pero ella no estaba dispuesta a contribuir con ninguna de sus intenciones.

—Insisto, debes dejarme aquí, no quiero seguir contigo.

—¿Asustada Filan?. Aun hay muchas cosas por ver en un futuro, veremos si doy mas miedo ahora... O después.

¿Como podía causarle más miedo del que ya sentía? Ademas no era tonta, ya lo había visto minutos atrás en aquella pelea, había sido tan... Intenso en sus golpes, la brusquedad y facilidad con la que atacaba al hombre, era obvio que no era humano. ¿Pero con sus palabras quería decir que había otra parte de él que no ha visto aun?

—Jimin...

—He dicho mis ultimas palabras así que no insistas.

Giró por una curva sin presionar el freno y _____________ temía que en cualquier momento podrían salirse fuera de la carretera y tener un accidente.

—¿Cuanto falta?. —Miró su pierna y no se veía muy bien, probablemente necesitaría puntos de sutura, y lo peor es que odiaba inmensamente las agujas, pero era eso o que tal ves la pierna le sea amputada por algún daño mayor.

—No falta mucho.

Las ruedas cruzando por el pavimento en la carretera era el único ruido mas cercano, Jimin permanecía en silencio y ella no quería comenzar una discusión al intentar hablar, pero sus próximos planes serían largarse de allí, no habían pasado ni tres días y ya quería irse. Habían logrado su objetivo con tanta facilidad, aun cuando ella juró no dejarse quebrantar ante ellos. ¿Pero a quien quería engañar? Era una humana contra algo sobrenatural, de lo cual ni siquiera tenía información firme o que pareciera válida ante la lógica, ni siquiera pensaba que pudiera haber algo más normal, toda teoría podría llegar a ser aceptable bajo las circunstancias en que vivía.

Jimin se detuvo frente a un edificio en condiciones cuestionables, pero al haberla traído allí se puede suponer que no habían mas alternativas.

—¿Es aquí?. —preguntó mientras sacaba fuera de su pecho el cinturón de seguridad.

—Quedate en tu lugar. —ordenó.

Echó el primer pie fuera del auto y ya se sentía frustrado, no sabía en que momento dejo que le llegara a dominar al punto de ofrecerse a ayudarla, todo era tan patético, pero si Sara la había dejado bajo su cuidado temporalmente, entonces no le quedaba de otra.

Dio los siguientes pasos hasta su puerta abriéndola bruscamente sin intención de descontar mas tiempo valioso de su día.

—Rodea mi cuello. —fue su siguiente orden y ella obedeció. Quisiera o no, él ahora era su único respaldo.

La sacó fuera del auto y la sostuvo con facilidad, su peso no era nada comparado con lo que podría llegar a soportar, aunque había algo difícil detrás de tocarla, y era que deseaba tener una noche con ella pero no podía, al menos ella no iba a permitírselo. Tenía el poder de obtener mujeres cuando quisiera y a la hora que fuera, pero ________________ dio contra su ego, ella simplemente se mantuvo a distancia de él sin dar señales de cooperación, pero por ahora solo necesitaba darle un estirón de confianza, tal ves sea por su actitud la razón de que ella no lo aceptara, pero pronto iba a caer. Jimin iba a luchar con eso.

—Necesita atención en su pierna derecha. —dijo al llegar a la recepción.

—Sabes las reglas. —objetó la mujer flacucha detrás del cristal diminuto en la pared.

SHADOWS [+18]Where stories live. Discover now