Capítulo 35

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Esa misma tarde habían convivido hasta llegar el anochecer, Jimin vivía envuelto en la miseria de su mente, el lío de complicaciones, cada vez manifestándose con mas potencia. Enloqueciendo lentamente.

—¿Es que acaso no planeas descansar?. —_________________ sonriendo inocentemente le miró con ternura y caminó hasta él tras haber guiado a Jungkook a la habitación de invitados.

—Eso haré, en cuanto tu también lo hagas.

—No tengo sueño, puedes adelantarte. —su mano se concentró por instinto en la suavidad de sus mejillas levantando su propio muro de autocontrol para no tomarla allí mismo y sellar el día en la cama. No estaba con suficiente voluntad para hacerle el amor, necesitaba un plan.— No debes preocuparte por mi.

—Tal ves no debo, pero realmente quiero hacerlo. Me importas Jimin, y creo que eso ya lo sabes. —sus piernas la empujaron mas cerca hasta levantarse de puntillas y dejar un beso en la cima de sus labios.— Y aunque no lo digas, sé que yo también te importo.

Sus dedos decayeron por sus hombros soltando su rostro y tomar con presión sus caderas. Era cierto, ella le importaba.

—Quisiera hacerte mía esta noche, pero me temo que debes descansar. —susurró sobre sus labios entreabiertos, esperando aun por la ansiada unión de calor entre sus bocas.

—¿Y si quiero que me hagas tuya? ¿Y si quiero que realmente me tomes entre tus brazos y me lleves a la habitación?. —pausó sus palabras elevando sus brazos para rodear su rígido cuello, punto que se relajo al sentirla presionando su cuerpo contra el suyo.— ¿A que le temes Jimin?.

—Le temo al mañana. —confesó, así sin más, sin mas detalles o explicaciones. No tenía que decir más.

—¿Que hay en ese mañana que te pone tan nostálgico?. Quiero saber que es lo que te mortifica, por que lo que te hace daño a ti, también me lo hará a mi. ¿Lo sabes?.

Su voz no le dio respuesta alguna, pero el próximo beso que los unió fue el detonante. Movimientos lentos, suaves, seductores, cargados de deseo, podían decir mas que unas simples palabras.

Enterró sus dedos en sus caderas y la elevó entre tantos jadeos haciéndola envolver sus piernas en su contorno. Cada paso en dirección a la habitación era un paso mas cerca a la tentación. Esas cuatro paredes podrían contar muchas cosas, muchos secretos de su pasado, y muchas escenas recién creadas por sus actos lujuriosos con aquella hermosa mujer.

Centró sus manos en su espalda hasta recostarla sobre el edredón. Arrebato la gruesa tela por debajo de su cuerpo y la envolvió con delicadeza; por mas que quisiera, no debía perder el control con ella.

—Jimin... No te guardes todo, si yo puedo ayudarte lo haré. Quiero pensar que sirvo para algo en tu vida.

Sus ojos se ensombrecieron tras la neblina de lágrimas y Jimin no pudo negar el intenso dolor que se formó en su pecho. Ella llorando era lo último que necesitaba en esos momentos.

—Nunca digas "servir", por que no eres un objeto de uso. Mas bien, tienes un gran lugar en mi vida, así que no sufras más por tus pensamientos destructivos. Eres mas de lo que crees.

—Si es así, me alegra serlo. Solo si se trata de ti Jimin.

Se inclinó hacia ella y plantó un beso sobre su frente, no planeaba dormir esa noche, tenía un asunto pendiente del cual librarse antes de su inevitable enfrentamiento.

—Volveré hasta la mañana. Por favor _________________, si notas algún ruido o algo, llama a Jungkook, o invócame a mi.

—¿Donde irás?. —cuestionó sentándose de golpe. Su corazón palpitaba con rapidez temiendo que él se involucrara en un mal juego. ¿Que haría Jimin a altas horas de la noche?.— Jimin... No quiero que salgas... Quedate conmigo.

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