[ENTRE DOS PAREDES]

Capítulo 12

Me coloco el vestido en frente del espejo y me vuelvo a mirar. No es el mejor vestido, pero no me ha dado tiempo a buscar algo más. Por suerte, Jannis me ayudó a elegirlo.

Noto unas manos en mi cintura y besos en el cuello.

–¿Por qué no podemos quedarnos aquí? –Pregunta Kilian detrás de mí con una camisa negra medio desabrochada. –Tengo ideas mucho más divertidas que esa fiesta.

–¿Te has planteado alguna vez eso de que puedes ser ninfómano? –Pregunto mirándole a través del espejo.

–No es mi culpa que estés tan buena. –Dice mientras vuelve a morderme el cuello. Un escalofrío recorre mi cuerpo y cierro los ojos. Suspiro con ganas de quedarme y me doy la vuelta para mirarle directamente, intenando sacar las fuerzas de donde no las tengo.

–Tengo que ir. Ya verás que agradable es el señor Whitaker. –Digo intentando no reírme. –Cal seguro que te cae genial. Es... Diferente. –Le abrocho los botones de la camisa que le quedan y cojo la corbata, se la paso por detrás del cuello y le acerco a mí tirando de ella para darle un beso. –Termina de vestirte. No puedo llegar tarde a mi propia fiesta.

Él gruñe y se pone la americana negra mientras yo me pongo mis tacones plateados intenando no reírme por dejarle con las ganas de más.

En el salón que se ha alquilado, hay montones de personas. Algunas las reconozco de haberlas visto en los castings y demás, otras, no tengo ni idea de quienes son. Al fondo, veo a Cal hablando con... La que hace de Stevie. Debería aprenderme su nombre. Tiro del brazo de Kilian que está cogiendo un canapé y me voy hasta él.

–¡Spence! –Grita Cal al verme y me da un abrazo. –¡Tío que no conozco de nada! Deucalion, pero todos me llaman Cal. Encantado. –Se presenta dándole la mano de forma efusiva.

–Kilian. Un placer. –Responde con una sonrisa de oreja a oreja.

–Esta es Elena Rivers, la mejor actriz revelación que gracias a Spencer, está en el equipo a pesar de que Hudsie sea un gruñón. –Explica Cal. ESO. ELENA. Sonrío a la chica que entrelaza sus dedos de forma tímida. –Por cierto, el señor Whitaker la estaba buscando. –Me dice mientras mastica lo que parece una gamba.

–Seguro que echa de menos ser borde. Voy a buscarle. –Respondo rodando los ojos. Kilian pasa su brazo por detrás de mi cintura y me acompaña a buscar a Hudson.

Cerca de una de las mesas con comida, le veo con una copa de vino en la mano y una sonrisa en el rostro hablando con un tío que no sé quién narices es, pero lo que más me sorprende no es el tío que tiene la calva tatuada, sino que Hudson está sonriendo.

Me acerco hasta él y al verme, su gesto vuelve a estar serio. Al parecer, el vino todavía no ha hecho su efecto mágico. Veo como examina a Kilian de arriba a abajo.

–Señor Whitaker, este es Kilian Blake. –Les presento. El rubio le da la mano con un gesto serio que me sorprende ver en él. Al igual que es raro ver a Hudson sonriente, es raro ver a Kilian completamente serio.

–Te estaba buscando. Este de aquí, es Claudio Hemingway. Quería conocerte. Es el mayor productor de cine que hay en estos momentos, después de mí, por supuesto. –Dice sarcástico. Yo abro los ojos de par en par y no salgo del mundo en el que Hudsie ha brindado hasta que Claudio me ofrece la mano. Se la doy y me da un beso en ella.

–Un placer y un honor conocer a una escritora tan guapa.

–¿No te ha dicho el señor Whitaker que también soy la guionista? –Pregunto con una sonrisa de medio lado mirándole. Él me fulmina con la mirada y se cruza de brazos. Yo me muerdo el labio para no reírme.