Capítulo 29

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Dormir con Gina se puede resumir perfectamente comparándolo con un combate de la WWA: patadas, puñetazos, placajes incluso mordiscos. Ella dice que no, pero el moratón que tengo el brazo debido a ello, demuestra todo lo contrario.

–¿No tienes que trabajar? –Pregunto mientras pego un mordisco a una de las tostadas que ha hecho.

–Sí, pero gracias a que tu casa está más cerca, puedo salir más tarde.

–¿Seguro que has venido a vivir conmigo porque estoy mal?

–También tiene sus ventajas irse lejos de una madre loca y un hermano lerdo. –Admite encogiéndose de hombros.

Mi móvil comienza a vibrar y al ver el nombre de Kilian en la pantalla, mi corazón pega un vuelco. Se lo enseño corriendo a mi amiga que me lo quita de las manos y descuelga.

–¿Hola? ¿Kilian? Soy la nueva novia de Spencer. Sí. Has oído bien. No. No estoy mintiendo. –Dice mi amiga. Yo intento quitarla el teléfono pero no puedo competir contra una chica que lleva haciendo boxeo toda su vida. –Simplemente ha decidido que los tíos sois unos gilipollas. Sobre todo tú.

–Gina. Dame el teléfono. –Gruño quitándole éste de las manos. –Hola, Kilian.

¿Eres lesbiana? –Pregunta realmente sorprendido.

–Y rubia natural pero me tiño porque me queda muy mal.

¿Quién era esa?

–¿También quieres tirártela y después dejarla llorando? –Pregunto cruzándome de brazos.

Paso a recogerte en 10 minutos. Tenemos que hablar. –Gruñe en un tono serio para después colgar dejándome como una tonta con el móvil pegado a la oreja.

–¿Por qué todo el mundo me cuelga sin dejarme terminar? –Pregunto a Gina que me mira cruzándose de brazos.

–¿Vas a ir a hablar con él en serio?

–Quiero ver qué me dice ese monstruo.

Con lo primero que he pillado en el armario, es con lo que me he vestido. Si mi tía me viera así vestida, probablemente me quitaría de la herencia, pero a veces hay que demostrar el poco interés que se tiene hacia una persona y, ¿qué mejor manera que ir en chándal?

Al salir del portal, veo el coche de Kilian justo al otro lado... ¿En serio no ha podido dar la vuelta a la rotonda? Debería de saber lo mal que me llevo con las carreteras. cogiendo aire y sintiéndome como una ninja, corro todo lo ancho de la carretera hasta que llego a Kilian, que está apoyado en el capó de su coche, con unas gafas de sol que en vez de hacerle sexy, le hacen parecer un auténtico mafioso... ¿Y si lo es? Mierda, ¿dónde me he metido?

–De resaca, ¿eh? –Pregunto para relajar el ambiente aunque no funciona del todo porque tan siquiera responde. En silencio, comienza a caminar por la calzada. Durante unos segundos, me quedo mirándolo sin saber qué hacer, ¿quiere que le siga? Ruedo los ojos y como si fuese un perrito, voy detrás de él hasta que lo cojo del brazo para que me mire. 

–¿A dónde vamos?

–Vas a hablar con Sand. –Dice al fin sin ni siquiera mirarme. –Si te lo explico yo, me vas a seguir viendo como un monstruo rompe corazones.

El sitio no está muy lejos: es un pequeño bar al que él entra primero. Observo el sitio en el que nunca había estado divisando al fondo a Sand que, con una sonrisa radiante, habla con la camarera. Ella al verme, se levanta de su sitio y viene corriendo hacia mí para darme un gran abrazo.

–¡Spence! El mundo es un pañuelo, ¡es increíble que conozcas a Kilian!

–Pues espero no ser un moco con sangre. –Digo frunciendo el ceño sentándome en la silla que está al lado de la de ella.

[ENTRE DOS PAREDES] Where stories live. Discover now