Capítulo 24

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Junto con Cal, salgo del portal viendo el coche de Hudson aparcado prácticamente en la puerta.  Mi amigo sale corriendo a saludar a Hudson dándole un beso en la mejilla a lo que el ogro gruñón responde responde apartándole con la mano sin ningún miramiento.

–Podrías follártelo mejor, así quizás se relaje un poco. –Susurra Cal en mi oído. Le doy un puñetazo en el brazo, él se queja, me mira un poco mal y tras despedirse de Hudson con la mano, se va a su coche. 

–Me gusta el vestido. –Me halaga. Sus ojos viajan desde mis tacones hasta mis labios pintados de rojo, quemándome por el fuego que desprenden cada trozo de piel por el que los pasa. 

–Más te vale porque me he pasado como dos horas hasta que lo he escogido. Vivian Whitaker se va a enterar de quién es Spencer Peterson.

–De nada. –Contesta rodando los ojos. 

El restaurante al que vamos, está en una zona poco transitada de la ciudad pero desde luego tiene pinta de ser uno de los buenos... Solo con ver el cartel con letra cursiva, las luces del interior y el estilo pijo del interior, queda más que claro. Las puertas se abren nada más pasar y allí nos recibe un mêtre que coge nuestros abrigos dándonos un papel con el número que le corresponde (espero que no sea algún loco que lo vaya a vender por eBay y que de verdad trabaje aquí). 

Como si fuésemos una pareja de verdad, cojo el brazo de Hudson, igual que el día de la boda hasta que algo nos abraza con fuerza por detrás casi tirándonos al suelo. All girarme veo a Vivi... Vale, es broma, evidentemente no es ella, sino Sand.

–¡Hud! ¡Spence! –Grita la chica. Coge la cara de su hermano y le planta un enorme beso en la mejilla.

–¿No podrías tener menos energía? Nos vimos hace poco. –Gruñe el productor de cine mirando directamente a su hermanita que sonríe en forma de disculpa.

–¡Hey, Hud! –Saluda el chico que fue a la boda con Sand del que no recuerdo el nombre.

–Para ti, señor Whitaker. –Le corrige mirándole directamente a los ojos con su semblante de ogro y esa mirada que haría mearse encima hasta el preso más peligroso de la cárcel más oscura y tenebrosa.

–¡Hud! –Le reprende su hermana dándole un golpe en el costado. 

–No me gusta. –Le explica a su hermana sin ni siquiera mirarla a los ojos dándose la vuelta sobre sus talones para entrar en Favour. Yo intento alcanzarle a pesar de que los tacones sean bastante altos y él dé unas zancadas enormes debido a sus largas piernas.

–Pensé que solo eras así conmigo, pero ya veo que el señor Whitaker es gruñón hasta con su hermanita que es la cosa más mona que he visto en toda mi vida.

Miro hacia atrás para mirar a la nombrada que se está riendo a carcajadas por algo que le ha pasado a su novio que está más rojo que un tomate maduro. 

–No me gusta realizar muestras de afecto en público. –Contesta metiéndose en el ascensor. Yo me meto con él y me apoyo contra la barandilla para descansar mis pies que ya me duelen. Hudson se acerca a mí pegando su cuerpo contra el mío al cerrarse las puertas y dar al botón de la segunda planta. –Me gustan los encuentros un poco más... Íntimos. –Susurra en mi oído consiguiendo que la piel se me erice por el aire, sobre todo cuando pasa los labios por mi cuello. Apoya sus enorme manos en mi costado y una de ellas se resbala hasta llegar a la raja de la parte de abajo de mi vestido, tirando un poco de la goma. –Prometo no romper estas también.

Al abrirse las puertas, Hudson sale como si no me hubiese puesto a mil solo con un roce, en cambio, yo me quedo unos segundos dentro de esa caja esperando a recuperar el aliento.

[ENTRE DOS PAREDES] Where stories live. Discover now