Veinticuatro

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Camila POV

Las manos de Dua se sujetaron a las cadenas y tiró de ellas, realmente le estaba doliendo el tercer golpe, su piel comenzaba a enrojecer en el costado cerca de la cintura. Mis manos se dirigieron ahí para acariciarla, intentando disminuir el ardor con mis dedos. Comencé a dibujar un camino de besos cálidos en su torso desnudo, sintiendo su piel buscar la mía. Había intentado hablar pero era imposible, el gagball la detenía. Dejé caer la fusta a mi lado para arrodillarme ante ella, repasando mis dedos sobre sus piernas largas y delicadas, sintiendo su fuerza con la que me intentaba arrastrar a ella, pero no me detuve.

Mi boca comenzó a jugar con el borde de su ropa interior, bajando un poco aquella prenda diminuta, el ángulo de su abdomen desde ese lugar era impresionante, su respiración contraía sus músculos y una ligera capa de sudor aparecía sobre su cuerpo.
Con ayuda de mis manos, terminé de bajar la ropa, dejándola completamente desnuda ante mí. Comencé a acariciar su abdomen en la parte central, para ir bajando hacia su  intimidad, viendo como se agitaba su pecho al estar cerca de mi objetivo. Sujeté su pierna izquierda con fuerza y la subí a mi hombro, yo arrodillada frente a su sexo y ella suspendida de aquella columna como si estuviera agonizando. Podía ver su centro cerca de mi lengua, húmeda y completamente caliente, reaccionando ante mi primer toque.
Mi dedo índice comenzó su trabajo, presionando y acariciando en lugares débiles para ella, luego fueron dos dedos, uno estimulaba su clítoris mientras respiraba cerca de su entrada.
Su pierna se presionó más a mi boca y su cuerpo empujaba hacia adelante de manera involuntaria buscando saciar el deseo en su sexo.

El primer gemido de ella marcó el inicio de mi debilidad, sentí como algo hirviendo rasgó la parte baja de mi abdomen y subió a mi pecho hasta quemar, buscando saciar mi sed de ella, bebiendo sin detenerme de su centro.
El segundo gemido me recordó que ninguna otra canción se podía comparar con aquél sonido de lujuria, su voz se ahogaba y continuaba, elevando su volumen hasta contenerse. La estaba consumiendo entre mis labios.
El tercer gemido me confirmó que no podía detenerme a pensar en mi perdición, el camino que dibujaba adentro de ella estaba explotando como el jugo de un fruto prohibido, donde mi boca no terminaba limpia pero podía sentir el sabor a ella en la lengua.

Sus piernas temblaban y yo continué, había alcanzado el éxtasis frente a mi como si no hubiera un mañana, su voz se fue apagando mientras la agitación de su corazón comenzaba a recuperarse.

Me detuve, dejando un camino de besos lentos hacia arriba. Llegué al gagball y posicioné mis manos alrededor de su cabeza en la parte de atrás para retirarle el objeto que la silenciaba, su saliva estaba en la goma y sus labios húmedos fueron limpiados por los míos.
Retirando completamente el gagball, llevándolo en la mesa cercana para regresar a ella.

"Has soportado mucho, mi niña" entreabrió su boca pero no dijo nada, mis manos se dirigieron a sus labios para acariciarlos, estaban sensibles a mi tacto, y me acerqué a su boca para besarla, arrancando su respiración en un suspiro y buscando oxígeno en mí. Mi lengua repasó la de ella y siguió jugando adentro de su boca, su cuerpo ardía demasiado.

Sus mejillas estaban rojas, al igual que su pecho y algunas partes de sus brazos, sentí su respiración golpear contra mi cuerpo.

Retiré la tela de sus ojos, pero ella mantuvo la mirada hacia el suelo, en ningún momento intentó levantarla para verme, y yo tampoco la obligué.

Mis manos buscaron el seguro de las cadenas y al instante cayeron, se apoyó de la columna con la espalda desnuda contra la fría piedra antigua.

"Vamos" sostuve su mano y la llevé a la cama, realmente estaba débil como si hubiera hecho su entrenamiento de horas en unos segundos.

Se quedó sentada en el borde de la cama, esperando a lo que iba a hacer.

"Es todo por hoy cariño" sujeté una cuerda que tenía junto a las fustas, tirando con fuerza para extenderla y mirar su longitud, realmente era pequeña.

Ella se dejó caer en la cama, y me acerqué para admirarla, justo donde el lugar estaba más iluminado, subí en el otro extremo de la cama, arrastras para mirarla desde arriba, sus ojos y los míos se encontraron.

Sus labios pronuciaron mi nombre en voz baja y subí un poco más para besarla. Mis manos se mantenían apoyadas en la cama presionando cerca de su rostro, su cuerpo tibio descansaba sin censura frente a mí, cerré los ojos y me dejé caer al lado suyo.

"Jodidamente perfecta".

Sonreí al sentir aún un poco de su sabor entre mis labios.

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Holaaa

Fin de semana y los helados lo saben ahre también hay golosinas y comida italiana ahq

Necesito escuchar en vivo Homesick

Camila estuvo en los 40 y todo bien, hasta foto con su mamá ah Penélope Cruz adóptameee

Bono king yaas

Nos leemos en la siguiente emisión, ba bai 🙏🙋

50 sombras de Dua • duamilaWhere stories live. Discover now