Treinta y ocho

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Camila POV

Dua estaba acariciando mi cabello mientras bebía de su copa, yo en su regazo con la mirada perdida en sus labios besables.

El yate estaba anclado en la orilla de la isla, junto al puente de madera que dejaba llegar al suelo firme.

La fiesta estaba adentro, hombres y mujeres bebían y se divertían ahí mismo, cerca de nosotras.

Exactamente nos encontrábamos en el extremo opuesto a la cabina, donde se podía ver al aire libre la noche, estábamos regresando del paseo por los arrecifes cercanos. La música a lo lejos se escuchaba igual de alta, sólo que el ritmo era latino y más cercano a los recuerdos que tenía de mi familia.

"Dua, ¿quieres acompañarme?".

"¿A dónde quieres ir, linda?" Me preguntó con interés mientras acariciaba con más calidez mis piernas. Varios hombres y mujeres se habían acercado a ella pero en ninguna ocasión fueron correspondidos, porque Dua estaba concentrada en sus caricias a mi cuerpo y su bebida al vacio.

"Sólo quiero que caminemos por la isla" ella enlazó mi mano con la suya y nos pusimos de pie.

Bajando de su yate y dejando a cargo a dos hombres que la escoltaban, sólo nosotras dos nos perderíamos por la ciudad.

Caminamos por la arena, cerca de las olas en la fresca noche, ella solo se mantenía en silencio observando a nuestro alrededor.

Avanzamos más hacia una de las calles principales, acercándome a la música cubana de un bar familiar.

Las canciones en vivo se escuchaban en la terraza principal, y la piscina en el fondo me llamaba con su color azul electrizante, el ambiente era diferente, tan cercano a casa.

"Dua, quiero que me sientas aunque sea una sola vez".

"¿Una sola vez?" Preguntó divertida, pero la hice callar con mi baile junto a su cuerpo, girando y uniendo mi espalda a su pecho, mi trasero a sus caderas y sus manos en mi cintura. Su calor era embriagante y su fuerza con la que me atraía de regreso a ella me estaba llevando a querer besarla, pero sabía que si iniciaba ahora pronto terminaríamos en la cama del hotel.

Jugamos a seducirnos por varias canciones más hasta que le pedí que cerrara los ojos.

"Encuéntrame donde la Luna se pone a la medianoche para esconder a dos amantes con desesperación".

Corrí entre las personas, ocultándome entre la multitud mientras que de lejos veía como me buscaba con la mirada, intentando decifrar lo que le dije para avanzar hacia las calles.

Caminé más rápido, y en la parte trasera del bar las luces parpadeantes se escondían, la música llegaba hasta donde yo me encontraba y la Luna comenzaba a aparecer, las palmeras del hotel cercano se veían y el mar se encontraba en varias calles más adelante.

Sentí sus brazos envolverme en la espalda entre la oscuridad, su respiración golpeó mi cuello y susurró mi nombre.

"Camila, perdóname".

"No has hecho nada malo" le respondí.

"Si lo hecho, y si no me crees, esta noche te lo voy a comprobar" sentí como me arrastraba contra la pared de lugar, su risa se escuchaba baja pero verdadera, sus manos acariciaron mis muslos y subieron a mi cintura, levantando el vestido que llevaba.

Comenzó a besar los labios como nunca antes lo había hecho, con tranquilidad, ternura y lentamente, como si estuviera saboreando mis besos en cada movimiento. Mis manos sujetaron su ropa para atraerla y sus dedos rozaron mis brazos para presionar un poco más su cuerpo al mío.

Dejé escapar un gemido entre su boca y ella introdujo su lengua hábil en la mía, mis manos se enrredaron en su cabello y mi fuerza comenzó a marcarse, estaba desesperada de unirme a ella en todas las maneras posibles.

Sus labios se apartaron de los míos para bajar a mi cuello, presionando mis pechos para hacerla escuchar los siguientes suspiros de deseo. Mis dedos bajaron por su espalda y ella gruñó bajo, causando que cerrara los ojos al escucharla cerca de mi oido.

Minutos más tarde sus dedos ya estaba jugando con impaciencia por debajo de mi vestido, apartando mis bragas para tocar mi intimidad.

Me estaba cuidado de no tratarme con dureza pero yo la estaba empujando para que lo hiciera, ella tenía la cabeza en dirección al cielo dejando a mi disposición su cuello delgado, mis labios ya había comenzado a dejarle marcas rojas de hambre insaciable.

Me recargó en la pared y sus embestidas con los dedos llegaron con lentitud para torturarme, escuchaba sus jadeos contra mi cuello y me besó un poco para callar su excitación. Presioné mis dedos en su espalda.

"Maldición...amor...no te...detengas" le pedí.

Sus pezones erectos se dejaban sentir debajo de mis manos y tenía urgencia en desvestirla, aunque ahí no podíamos hacerlo sin ropa.

Sentía las gotas de sudor recorrer mi cuello y el aliento ya me faltaba, nuestras respiraciones se agitaban y mi pecho ya estaba ardiendo por Dua Lipa.

Presioné mis manos a sus hombros justo en el momento que llegué al éxtasis, callando mi orgasmo en sus labios, humedeciendo aún más sus dedos que seguía entrando y saliendo de mi sexo con habilidad.

Mis piernas perdían fuerza, pero sus brazos y la pared me mantenían en recuperación para continuar.

"Dua...dime algo...dime algo que me haga sentir...como nunca antes y que sea...verdad".

"Te amo" susurró encima de mis labios.

Mi corazón estaba despertando en la Habana.

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Uff feliz navidad!! 🎄🎄🎄

Helados, helados, helados 2x1

Lo supe en un segundo, Dua cambiaría mi mundo, ya no puedo más uh uh uh uhuhuhu

Re lindas, las shippeo ahre

Lo hicieron en la calle, bueno, en el callejón detrás del bar cubano 7u7

En otras noticias, cómo han estado ayer? Hoy?

*sending abrazo navideño*

50 sombras de Dua • duamilaWhere stories live. Discover now