Treinta y cinco

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Dua POV

Escuché que llamaran en la puerta de mi habitación.

"Señorita Lipa, ella se encuentra con nosotros".

"Adelante" tomé una bocanada de aire antes de ver a los hombres entrar, llevando con fuerza a la chica cubana en el interior del departamento.

Dejándola ante mí.

Cuando su mirada se encontró con la mía, parecía no reconocerla.

"Buenos días señorita Cabello" ella no respondió y yo proseguí a sentarme, mirando su rostro preocupado "¿en dónde se encontraba usted estos cuatro días?".

Ella no respondió, y el hombre de su derecha iba a sujetarla con más fuerza pero lo detuve.

"Está bien, pueden retirarse, esto lo arreglaré con ella".

"Señorita, ella se resistió a venir y tuvimos que forzarla a entrar a la camioneta, no debemos dejarla a solas con esta mujer".

"Hablan como si fuera un peligro".

"Porque lo es" levanté mis cejas por su respuesta y el hombre se disculpó.

"El verdadero peligro les está ordenando que se retiren, ahora, si no lo quieren hacer pueden pasar por su retiro en mi oficina cuando me desocupe" ellos no dijeron nada más y salieron de la habitación en segundos.

Sentí la presión envolver el ambiente, Camila estaba mirándome con rencor.

"¿Por qué lo hiciste?" Su primera pregunta golpeó en un punto ciego, no sabía que responder porque no estaba segura.

"¿Y tú por qué no te detuviste?" Pregunté con amargura.

"Tú lo sabes".

"¿Por venganza?" Inquirí y le di la espalda para intentar controlar mi frustración.

"No fue venganza".

"Entonces ¿por qué lo hiciste?".

"Ya te dije que tú lo sabes, no me lo hagas repetir".

Giré inmeditamente para encararla, caminando hasta ella.

"No me hables así".

"¿Y cómo quieres que te hable? Me estás culpando de algo que yo no decidí".

"Tú permitiste que sucediera todo ante mí" recordé.

"Tú me entregaste a ella".

"¡Te pedí que te detuvieras, pero no lo hiciste!" Le grité, ella ya tenía los ojos nublados y en mis manos estaba esa molestia, tenía impotencia por todo lo que estaba sucediendo.

"¡¿Sabes por qué no me detuve? ¿sabes por qué no te escuché más? ¿Sabes por qué me entregué a ella en tu maldito jet? ¿Quieres saberlo?!" Su voz se estaba quebrando.

"Dímelo, si quiero saberlo" respondí arrogante, ella negó en silencio y dio un paso atrás.

"Porque yo siempre he querido complacerte en cada estúpido capricho que tienes para ser suficiente, para que me ames, para que te enamores de mí aunque sea una sola vez, puse toda mi confianza en tí y mira hasta dónde hemos llegado...me enamoré de tí como una completa tonta".

Y ahí sus lágrimas se rompieron junto conmigo. Estaba sin remedio, como si estuviera enloqueciendo. No quería perderla pero la estaba alejando de mí. Cerré los ojos y llevé mis manos a la cara para ahogar en mis dientes un grito desesperado, escuchando sus pasos dirigirse a la salida.

Levanté mi vista, ella estaba cerca de la puerta. Debía detenerla antes de que se fuera, porque tal vez no iba a recuperarla más.

Avancé rápido hacia Camila, apoyando mi mano en la puerta con fuerza y sujetando su brazo.

50 sombras de Dua • duamilaWhere stories live. Discover now