II - Pecado

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"Haré de este encuentro tu mejor pecado..."

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El hombre estaba sereno cenando junto a Marta, su ama de llaves y también la mujer que lo vio crecer. Ambos compartían una muy linda relación, como si fuesen madre e hijo.

La mujer notaba algo extraño en la forma de comer del joven, se notaba más tranquilo de lo normal.

- ¿Sucede algo Niall? -apoyó la mano sobre la del castaño y el la miró por unos segundos para luego negar.

-Solo otro típico día de trabajo. -Hablo con una leve sonrisa. -Ya sabes como es. -la mujer hizo una mueca en respuesta. -Por cierto, esta noche no estaré en la casa. -la mujer asintió y se levantó para comenzar a recoger los platos.

- ¿Te verás con alguien? -Hablo ilusionada. Marta anhelaba tanto que el joven Horan encontrará a alguien, deseaba que encontrara alguna mujer que lo sacara del mundo de las empresas y lo hiciera feliz.

-No, solo... Iré por unas copas, necesito distraerme. -mintió y la mujer suspiro ante su respuesta. El joven se levantó y luego de dar un leve abrazo a la mujer dejó un pequeño beso en su cabellera blanca y suave. -Que descanses Marta.

-Tú también Niall, ten cuidado por favor, ¿Por qué no le pides al chófer que te lleve? -él sonrió ante la preocupación de la mayor.

-Tranquila, estaré bien. -el joven tomo su chaqueta junto a su celular y salió de la casa.

Se subió a su auto y comenzó a conducir a su destino, estaba ansioso, el estrés lo estaba consumiendo y aquella noche sabía que podría liberar todas sus tensiones en aquel cuerpo que había pedido exclusivamente para él.

Se le hacía algo cruel la idea de sentirse dueño de una mujer, pero sus deseos e impulsos eran mayores, además intentaba decirse a sí mismo que no era tan malo, ya que no estaba comprando una persona, tan solo estaba pagando por sus servicios como lo hubiese hecho en cualquier cabaret.

El auto se detuvo frente a una gran mansión y las puertas de reja se abrieron dejando paso a su carro. Estacionó en la entrada y bajo dándole las llaves al encargado para que pudiese estacionar su auto.

Camino a la entrada de la gran mansión que tenía por nombre "Valle de los Ángeles" y se detuvo con cuidado a contemplar cada mínimo detalle del lugar.

El salón era de color rojo y sus paredes se encontraban decoradas por cuadros de los distintos ángeles que trabajan allí. A un lado vio un gran arco que daba a otro gran salón donde logró divisar algunos hombres bebiendo tragos y acompañados de lo que supuso eran sus pedidos. El lugar estaba ambientado por música clásica, le agrado aquello ya que demostraba tranquilidad y la delicadeza de cada detalle para sentirse cómodo.

Frente a sus ojos había una mujer sentada detrás de un escritorio. Se acercó a paso lento y la mujer lo miró.

-Buenas noches. -Hablo amable. -hice una citación.

-Buenas noches señor, su carnet por favor. -el joven saco de su bolsillo el carnet que habían enviado a su oficina y lo entregó. -Bien señor Horan su joven lo espera en la habitación.-Habló entregándole nuevamente el carnet junto a una llave. -Tercer piso, habitación Premium. Que disfrute de sus servicios.

El joven subió las escaleras y comenzó a caminar por aquel pasillo, cada una de las puertas estaba decorada por el nombre de un ángel, comenzó a caminar hasta detenerse en la puerta del fondo, la que llevaba por nombre "Bambi".

Valley of Angels © |njh|Where stories live. Discover now