V - Casualidad

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"Simplemente fue una casualidad... "

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—Angela Steve, llegas tarde. —gruñó el joven detrás de la caja de aquella cafetería. Angela suspiro cruzando del otro lado mostrador a toda velocidad y se acercó a besar su mejilla.

—Hola Marcos, yo también estoy bien ¿Cómo estás tú? —Habló como si su llegada de 2 minutos tarde a su trabajo no fuese importante.

Tomó su delantal y se lo colocó junto al gorro que debía utilizar. Se acercó a la caja y comenzó a ayudar a su compañero

— ¿Y cuál es tu excusa de hoy? —Habló Marcos Juls, su compañero de trabajo, mientras escribía el nombre de los clientes en el vaso de café.

—Mi profesora de química otra vez. —Hablo rodando los ojos y entregando los pedidos.

—Esa señora es muy amargada. —Hablo tomando dinero de la caja para darle el vuelto a los clientes.

—Ni que lo digas. —Angela suspiro y siguió atendiendo la caja.

— ¿Puedes ir por más vasos? —Angela asintió y camino a la cocina para tomar los vasos que estaban sobre el armario.

Salió de la cocina y sus ojos se toparon con aquellos orbes azules que tanto la habían atrapado. Del susto que sintió lanzó los vasos al suelo y todos los clientes y sus compañeros la miraron intrigada y entre pequeñas risas.

Con las mejillas rojas rápidamente se lanzó al suelo a recolectar lo que había tirado.

— ¡Angela! —marcos se tiró al suelo junto a ella y comenzó a ayudarla. — ¿Te encuentras bien? —La miro preocupado.

—S... Si... Es... Estoy bien —tartamudeo al sentir aun aquella mirada intensa sobre su cuerpo.

—Tú atiende a los clientes, yo recojo esto. —Hablo con una sonrisa, Angela trago saliva y se levantó con torpeza del suelo, se acercó a la caja y tembló ante aquella sonrisa.

—Hola, ¿Qué desea ordenar? — quiso hacerse creer a si misma que no estaba temblando, que no estaba bajo presión y que su voz había salido normal. Aunque no fuese así del todo.

—Así que trabajas aquí. —Hablo sin dejar de sonreír por un segundo y mirarla con picardía. Ella mordió su labio y él sonrió al ver como Angela intentaba esconderse de su vista.

—No sólo hago eso para vivir, soy una persona como todas. —Hablo como si intentará convencerse a sí misma de sus propias palabras. —No todos tenemos suerte.

Niall quedó intrigado ante aquella respuesta pero tan solo la contemplo y dirigió su mirada al menú de arriba.

— Quisiera un café amargo, me apetece algo fuerte esta tarde. —Hablo pasando la mano por su barbilla.

Angela apretó sus labios y anoto la orden en el computador.

— ¿Para llevar o tomar aquí?

Su interior pedía a gritos que fuese para llevar, sabía que con su presencia tan cerca no podría concentrarse. Y es que ¿Quién podría concentrarse cuando un dios griego te está observando?

—Para llevar. —ella asintió y sacó el papel de la caja registradora. Sus manos temblaban tanto como sus piernas. Se retó mentalmente para que pudiese controlarse.

Le dejo el papel sobre el mostrador y comenzó a prepararlo, suspiró intentando calmarse. Llevo el café hasta Niall y lo entrego junto al papel.

El dejo el dinero en la registradora junto a su tarjeta y sonrió.

Valley of Angels © |njh|Where stories live. Discover now