X - Tócate

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"Quiero ver cómo te tocas... "

×××


Niall había tenido que irse de viaje de negocios a Italia y Francia por unos días. Las reuniones eran demasiado pesadas y su mente era un descontrol, lo peor de ello es que no tenía a su pequeña Bambi para calmar aquel gran revuelto de papeles y contratos.

Llegó al hotel y suspiró, su habitación era increíble y muy espaciosa. Miró la gran cama y no pudo evitar pensar en Bambi esperándolo de rodillas sobre ella con alguna prenda de lencería a su elección.

Maldición, la extrañaba, la necesitaba como el maldito adicto que era a su piel. El simple hecho de pensar en ella hacia que su miembro se despertara.
En aquel momento recordó lo que la página le decía, nadie tocaría a su Bambi a excepción de él y la distancia no podía ser un impedimento para verla puesto que podía verla de igual manera.

Rápidamente rebusco entre su maletín hasta sacar su laptop, se acomodó en la cama y se deshizo de su corbata mientras está cargaba.
Arremango su camisa hasta sus codos y aflojo su pantalón el cual era el maldito infierno. Estaba desesperado por atención y solo Bambi era la solución.

Ingreso a la página y relamió sus labios.

«Bienvenido al Valle de los Ángeles caídos.»

«La única página web donde puede comprar y conectarse con su ángel preferido»

¿Desea conectar con "Bambi"?

Si // No

¡Conexión exitosa! ¡Que disfrute sus servicios!

Se sorprendió ante la pantalla que se abría dejando expuesta ante sus ojos a su preciosa Bambi arrodillada sobre una cama, la calidad de la imagen era perfecta. Ella levantó su vista y sus ojos brillaron, jamás había recibido un llamado de Niall.

—Hola Daddy. —la pequeña lo saludo mientras hacía pequeñas caricias en sus muslos descubiertos. Estaba utilizando una lencería blanca muy similar a la que usó la última noche que habían estado juntos.

—Hola pequeña.

— ¿A qué se debe esta llamada Daddy? Creí que vendrías. —Hablo haciendo un pequeño puchero con sus labios.

—Viajes de negocios primor, pero eso no quiere decir que Daddy no te necesite. —Se acomodó contra el respaldo de la cama y llevo una de sus manos a su cabeza. — Esta noche experimentare con tu mente.

—Dime que deseas Daddy, soy toda y completamente tuya...

Oh, vaya que aquellas palabras habían retumbando en los oídos de Niall con tanta fuerza, era suya de los pies a la cabeza.

—Quiero que cierres tus ojitos y te acaricies bebé, acaríciate como Daddy lo hace contigo. —Bambi del otro lado mordió su labio y rápidamente cerró sus ojos.

Estaba nerviosa, era la primera vez que hacía algo así frente a una cámara. Tenía miedo de no lograr complacerlo o peor aún, ella no sentir nada.

Llevó una de sus manos a su cuello y comenzó a acariciarse, tocando cada parte descubierta, bajo lentamente por su pecho hasta llegar a sus senos, sus peones se podían ver ya erectos sobre la tela transparente que los cubría. Hizo pequeños masajes con sus pulgares sintiéndose tan bien.

En su mente sus manos eran las de Niall y se encontraba detrás de ella, tocándola y haciéndola sentir como solo él sabía hacerlo, liberándola de toda la mierda que rondaba en su cabeza.

Bajo su mano por su vientre hasta llegar al borde de la pequeña falda, Separo sus piernas de rodillas y le otorgo a Niall la perfecta vista de la tela de su tanga mojada y ansiosa por atención.

Sólo había bastado oír la voz caliente de Niall para que Bambi se sintiese completamente excitada.

—Quítate el tanga. —le ordenó, Niall por su parte tenía su mano dentro de su pantalón, acariciando su miembro ansioso, pensando en la perfecta imagen que le otorgaba su ángel.

Se veía tan malditamente bien con sus mejillas rosadas, sus ojos cerrados y sus piernas abiertas ante él. Bambi obedeció y su mirada se conectó ante su Daddy, mordiendo su labio se colocó de costado y comenzó a quitarse aquella prensa.

Niall trago saliva al ver como aquel perfecto trasero se alzaba y volvía sobre las piernas de su ángel. Pensó en las mil y un cosas que quería hacerle en aquel momento, tocarla, marcarla, azotarla, follarla hasta que su garganta pudiese piedad.

Oh vaya que deseaba que el viaje acabase cuanto antes.

—Abre tus piernas y cierra tus ojitos princesa, quiero ver cómo te tocas para mí... —La voz de Niall era la perdición de Bambi, rápidamente Separo sus piernas y se recargo contra el respaldo de la cama.

Llevó sus manos a su centro y comenzó a frotar sus dedos a cada lado, moviendo sus caderas inconsciente, ansiosa por ser tocada.
Lamio uno de sus dedos y lo llevó hacia su entrada, comenzó a torturarse a sí misma jadeando y pensando en la placentera tortura de Niall.

— ¿Quieres que entre en ti Bambi? ¿Quieres que Daddy meta sus dedos en ti? —ella apretó sus labios y asintió efusiva. —Puedes hacerlo... —bastaron segundos para que Bambi metiera sus dedos dentro de ella, sintió como su interior estaba caliente y se amoldaba a sus pequeños dedos.

—Daddy... —gimió mientras se hundía más, comenzó a moverlos y aferró su mano a uno de sus pechos. Comenzó a acariciarse a la vez que se tocaba frente aquella cámara.

Niall estaba en el mismísimo infierno, le daba tanta impotencia no poder estar presente allí y poder tenerla tan cerca.

Su mano se movía sin piedad alguna sobre su miembro, la pequeña jadeaba y genial su nombre. Maldición estaba pensando en el mientras se tocaba sin piedad alguna.

Bambi sin acatar alguna orden de Niall decidió hacer algo mejor para su Daddy y sacó sus dedos de su interior. Tomó una de las almohadas de la cama y el acomodo frente a la cama, se colocó sobre ella y comenzó a frotarse, regalándole así, la visión perfecta de su centro al ansioso Daddy del otro lado de la línea.

Bambi se movía con fuerza contra la almohada, imaginado tratarse del cuerpo del hombre que rondaba su mente, el hombre que la traía loca.

—Maldición Bambi... —Escucho gruñir a su Daddy, giro su cabeza viendo en la pantalla como Niall se tocaba con desespero.

—Daddy... —lloriqueo moviéndose una y otra vez con mayor fuerza.

—Así Bambi, muévete así nena. —las piernas de Bambi comenzaban a temblar, rápidamente llevó ambas manos a su centro y comenzó a frotarse contra ellas.

—Daddy... No resisto... —el cuerpo de Bambi comenzaba a contraerse, ansioso por su liberación.

—No te corras aún. —ella jadeo desesperada y disminuyendo sus movimientos. Sus manos estaban mojadas por el contante rose con su intimidad. Lo necesitaba, necesitaba de él.

—Daddy por favor... —suplico, era una verdadera tortura.

—Hazlo nena, córrete... —eso solo basto para que con unos movimientos bruscos y desesperados, la mano de Bambi se llenará de flujos por su liberación.

—Daddy... —gimió con cansancio, se dio la vuelta y vio al hombre quien sacaba la mano de su pantalón cubierta de aquel líquido blanco tan particular.

—Lo has hecho muy bien nena, Daddy promete regresa pronto para compensarte Bambi. —Ella con sus mejillas sonrojadas y algunos cabellos pegados a su frente asintió.

—Buenas noches Bambi.

—Buenas noches Daddy.

La llamada finalizó y ambos quedaron derrotados y aliviados por aquella llamada tan intensa.

Sin duda alguna dormiría con una gran sonrisa en sus rostros. 

Valley of Angels © |njh|Where stories live. Discover now