XLV - Cabello

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"Es bueno tener un cambio..."

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Luego de aquel fin de semana con un final bastante desfavorable, todos regresaron a la mansión ni bien le habían dado el alta médica a la pequeña Peyton.

Los días comenzaron a correr y las cosas comenzaron a cambiar, Peyton requería de mayor atención y Angela no hacía más que estar con ella las veinticuatro horas del día, incluso algunas noches se quedaba a dormir con la niña solo para que no le pasara algo. La joven estaba tan asustada.

Por otra parte, Peyton había comenzado su tratamiento de quimioterapia y los efectos no tardaron en notarse, la niña comenzó a perder mucho su cabello y eso la angustiaba más de lo que su enfermedad le provocaba.

Niall, por su lado, estaba muy ocupado con muchos problemas de la empresa, y al llegar, a pesar de su cansancio a él no le interesaba nada más que pasar tiempo con las dos hermosas jóvenes que lo esperaban ansiosas. El hombre siempre intentaba distraer a la pequeña para que, tanto Peyton como Angela, pudieran llevar de mejor manera aquella caída que había tenido la pequeña por culpa de su enfermedad.

Era sábado y Angela se había ido temprano de la casa mientras todos aún dormían, la joven tenía algo importante que hacer y estaba decidida. Cuando ella regresó eran las 10 am, Niall se había levantado luego de que Peyton lo hubiese despertado asustada por no encontrar a su hermana en la casa.

La joven ingreso y el hombre se dio la vuelta prestando toda su atención al ángel que estaba en su puerta.

— ¿BAMBI? —La niña estaba atónita junto al joven quienes miraban a la nueva Angela. La joven sonrió de lado y se encogió de hombros

—¿Me veo muy mal? —Niall no daba crédito de lo increíble que Lucía su ángel con aquel nuevo cambio que había dado. Su hermoso cabello largo ahora le llegaba hasta sus hombros y ya no era de color oscuro, si no que ahora estaba más claro y hacia resaltar aún más aquellos ojos que tan loco lo volvían. Niall sin duda alguna se sentía en el cielo.

—Luces...dios... No encuentro palabra que describa lo hermosa que estas. —La joven se sonrojo ante la sonrisa embobada de su amante. La pequeña se acercó y su hermana la tomó entre sus brazos, la niña no pudo evitar tocar el nuevo cabello de su hermana.

—Me gusta tu nuevo cabello Bambi. —Angela río y le dio un pequeño beso en su mejilla.

—Tengo algo para ti. —La dejo en el suelo y se agacho quedando a la estatura de la menor. —Necesito que confíes en mí y te quites el pañuelo.

—Pero Bambi... Mi cabello. —La pequeña la miro muy asustada, y es que ahora su cabello era muy corto y ella decía que se veía como un niño y ya no era una princesa. Niall no sabía que luego de la última sesión que la pequeña había tenido, su largo cabello se había extinguido, y es que la pequeña prefería usar gorros para que su papi no viera lo "fea" que se veía, o al menos, que así se sentía la niña.

—Confía en mí. —La pequeña seco sus lágrimas y asintió levemente. La joven le quito su pañuelo y el hombre vio aquel pequeño cabello que le había quedado. Se acercó a la niña y ella se cubrió su rostro, él sonrió de lado y la abrazó con cuidado.

—Ya no puedo ser una princesa. —La niña sollozaba en el pecho del mayor.

—Tal vez una princesa no, pero si, una reina. —La pequeña lo miró entre sus lágrimas y él se las seco con delicadeza. —Tu cabello no te hace una princesa Peyton, tú siempre lo serás, no importa como luzcas. Eres la niña más hermosa que conozco, y no importa si tu cabello está corto, luces, hermosa de igual manera. —Los pequeños ojitos de la menor brillaban por las palabras del hombre, el amor que se tenían ambos era muy mágico, y es que para Peyton Niall era su padre, su héroe, su rey.

Angela sonrió de ver aquella conexión y sacó su obsequio de su bolsa captando la atención de ambos. Sin decir nada, coloco la peluca que habían creado a base de su propio cabello para la niña. La niña no podía creerlo, tenía nuevamente un cabello largo que la hacía sentir bonita.

Niall no podía creer todo lo que Angela era capaz de hacer por su hermana. No había amor más fuerte que el de su ángel por Peyton.

Aquella mañana los tres se encontraban muy felices y la niña nuevamente sonreía contenta por su nuevo cabello. La pequeña estaba sentada en la alfombra jugando con sus muñecas mientras los mayores la observaban desde el sofá.

—No puedo creer que lo que has hecho. No debías cortar tu cabello podrías habérmelo dicho y yo pagaba por alguna de esas pelucas reales.

—No quería que hicieras más gastos, además, no me molesta, creí que ya era hora de un cambio también, después de todo, es bueno tener un cambio cuando todo en tu vida lo ha hecho. —El hombre la observaba con ternura.

—Eres única Angela. Cada segundo que pasa solo logras enamorarme más y más de ti. —la joven se sonrojo y sus ojos brillaron del amor que sentía por su amante. —Te amo demasiado.

La tomó de sus mejillas con delicadeza y le dio un pequeño beso que encendió todos los sentidos de la joven. Y es que tacto de los labios de Niall provocaba millones de cosas en ella que le eran incontrolables y tampoco le molestaban en lo absoluto.

Angela se separó con delicadeza y lo observo con una pequeña sonrisa en sus labios.

— ¿Crees que me quedé bien la lencería con este nuevo look? —El hombre río en silencio y asintió acercándose al oído de su ángel.

—Te hará ver más caliente. —le susurro para luego observarla morder su labio. —Un conjunto blanco te espera arriba. —Le guiño el ojo.

—¿Puedo preguntar por qué siempre son prendas blancas? —Y es que la joven estaba muy intrigada. Llevaban mucho tiempo, juntos en la intimidad, pero Niall nunca le había dado una explicación de por qué la lencería que siempre escogía era blanca.

—Por qué el blanco lo llevan los ángeles, un ángel es un ser puro, y para mí, tu siempre serás un ángel, mi ángel. —Angela mordió su labio observando el rostro de su amante.

No podía creer que en verdad aquel hombre era su novio, que la amaba, Niall parecía sacado del mismísimo cielo, era un dios, el mejor de ellos, y ella tenía el privilegio de tocarlo, de besarlo, de darle todo aquel amor que le provocaba cada vez que sus ojos se mezclaban con los suyos.

No podía dudar nunca de lo que sentía por aquel hombre, lo amaba con cada fibra de su cuerpo y sabía que le debía la vida por todo lo que había hecho por ellas. Angela no entendía como la vida le había entregado el mejor tesoro que alguien pudiese recibir, alguien de corazón noble y sincero, alguien justo que la amara y la hiciera sentir especial, alguien único que sabía jamás hallaría en otro lugar.

La joven estaba perdidamente enamorada de aquel adonis, y ni pedía nada más que estar a su lado para ser feliz. Niall y Peyton era lo único que Angela necesitaba para sentirse completa.


Valley of Angels © |njh|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora