XI - Sacrificio

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"A veces se deben hacer sacrificios por los demás... "

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Los días pasaban y Niall aún seguía de viaje, aún que eso no le impedía poder disfrutar de ver a Bambi tocarse para él. Las llamadas eran diarias y Bambi se sentía tan satisfecha cada vez que veía la sonrisa de Niall, ambos eran la perfecta distracción para el otro.

Era viernes y el medico fue a la casa de Angela para la revisión semanal de su hermana. Angela estaba muy nerviosa, la pequeña había tenido varios ataques aun estando conectada a su tanque de oxígeno y con su abuela no entendían el por qué.

El doctor salió de la habitación de la pequeña y Angela rápidamente se acercó.

— ¿Cómo se encuentra doctor? —Habló Angela muy preocupada.

—Bien, les seré sincero, no hemos tenido progreso, sus pulmones cada vez se vuelven más débiles y requiere una mayor cantidad de oxígeno. —Su abuela tapo su boca y Angela trago saliva intentando mantenerse fuerte. —Necesitamos del oxígeno portátil para que pueda comenzar a levantarse, no podemos permitir que sus músculos se estropeen, además necesita del tratamiento lo más rápido posible si lo queremos que la enfermedad no se siga extendiendo hasta consumir sus pequeños pulmones. —Angela asintió.

Si de algo sabía es que al menos el dinero que tenía guardado podía garantizarle el oxígeno necesario a su hermana. Aun así necesitaban mucho más dinero para poder pagar su tratamiento, sin tener obra social todos los precios eran demasiado caros y era muy difícil que en su posición pudiesen costear tal tratamiento.

—De acuerdo. Conseguiremos el oxígeno y veremos la posibilidad de poder pagar su tratamiento. —El doctor asintió.

—Bien, intente que no se desconecte de su oxígeno, necesita descansar luego de los ejercicios que le hice hacer. —Angela asintió y su abuela lo acompaño a la salida.

La joven entró a la habitación y vio a la pequeña quien estaba recostada, la miró y sonrió débilmente.

—Bambi. —Angela se acercó y tomó su pequeña mano, la pequeña tenía sus ojitos brillosos al ver a su hermana.

—El doctor dijo que has hecho muy bien tus ejercicios. —Peyton sonrió y suspiró.

—Estoy cansada. —Angela asintió y beso su mejilla.

— ¿Quieres que me quede contigo y te cante una canción para que duermas? —La pequeña asintió y Bambi se acomodó a su lado.

Comencé a tararear una hermosa canción de cuna que su abuela solía cantarle cuando ella era una niña. La pequeña estaba tan encantada por la dulce voz de su hermana. Angela la miraba contemplando todo su rostro, tan calmado y lleno de paz.

Al cabo de unos minutos Peyton cayó rendida a los brazos de Morfeo y Bambi suspiró. Su abuela ingresó a la habitación y sonrió al ver a sus nietas juntas. Eran sus bebés y le dolía tanto tener que verlas sufrir de aquella manera, Peyton sufriendo los dolores y Angela sufriendo por su hermana.

Angela se levantó con cuidado de la camilla y se acercó a su abuela.

—Iré a comprar el tanque de oxígeno. —Hablo tranquila. —tendré que entrar un poco más tarde a mi empleo. —Hablo haciendo una mueca.

—No pequeña, tu quédate con ella, yo iré ahora. Así puedes descansar un poco más. —Angela le sonrió agradecida a su abuela, no sabía que haría sin ella.

—Gracias abuelita. —ambas se abrazaron y Angela subió en busca del dinero para luego entregárselo.

Luego de un largo rato escucho la puerta abrirse, se asomó a la entrada y vio a su abuela llena de lágrimas.

— ¡ABUELA! —Angela corrió hacia ella y la abrazó con fuerza, su abuela sollozaba entre los brazos de su amada nieta. — ¿Abuela qué sucede?

—Nos han robado... Me asaltaron... —la mujer hablaba llena de angustia y dolor por la situación que había vivido. —Me arrebataron el dinero...

Angela sintió una gran ira y angustia llenar su cuerpo, les había costado demasiado juntar el dinero como para que alguien simplemente se lo arrebatará de tal forma. No estaban robando dinero, estaban robando la oportunidad de vivir a su hermana y eso la llenaba de impotencia.

Angela abrazo con fuerza a su abuela intentando calmarla, demostrando fortaleza, aunque por dentro estuviese destrozada.

—Tranquila... Tranquila abuelita, todo está bien. — guio a la mujer hasta el sofá y se encargó de darle un vaso con agua.

La examino para ver si tenía alguna marca pero para su suerte no le habían hecho nada más que apuntarla con un arma y arrebatarle el dinero.

La mujer se culpaba una y otra vez, y Angela simplemente le explicaba que ella no tenía la culpa. ¿Y es que quién puede tener la culpa de que esa gente le arrebatará todo sin poder hacer algo al respecto?

Luego de aquel mal rato Angela envió a su abuela a que descansará para olvidarse de lo sucedido por el momento. Comenzó a pensar en cómo juntar el dinero para su hermana, necesitaba una rápida solución y nada parecía ayudarla.

Sintió algo brillar frente a sus ojos y lo vio, el collar que Niall le había regalado luego de la cena. Él le había dicho que se lo quedase, que era su símbolo de que él era su Daddy y lo agradecido que estaba por su ayuda.

Ella se sintió tan mal al pensar en lo caro que era y en que aquel dinero podía ayudar a su hermana. Se sintió tan mal cuando lo tomó entre sus manos y lo llevó a su cartera. Y se sintió aún peor cuando se lo entregó al hombre de la tienda de empeños.

El collar ya no estaba entre sus manos.

No pudo evitar sentirse horrible, pero debía hacerlo, necesitaba el dinero si quería ver a su hermana con vida.

Sabía que Niall se molestaría ya que le había pedido que lo usara en cada encuentro y así lo había hecho durante las llamadas.

No sabía que le diría cuando lo viera frente a ella, no sabía que excusa inventaría para seguir escondiendo su triste realidad.

Aquel hombre parecía en verdad interesado por saber de su vida, pero ella aún se negaba a contar la verdad, el por qué hacía lo que hacía, el por qué vendía su cuerpo a cambio de dinero. El por qué todas las noches se escabullía hasta el Valle de los Ángeles esperando la visita de su Daddy o la llamada para recibir una cantidad de dinero.

Angela estaba dispuesta a sacrificar su cuerpo y sus posiciones para salvar a su hermana, por verla feliz y sana, por ver a aquel pequeño ángel sano y salvo.

Peyton lo era todo para Angela al igual que su abuela, ambas eran su vida y la razón por la que ella era capaz de entregar su cuerpo y alma al mejor postor.

En algo estaba agradecida, y era en que Niall sea quien pagará por ella, porque a pesar de que aquel hombre serio solo usaba su cuerpo para placer, la hacía sentir bien y respetaba lo que ella sintiera, respetaba su cuerpo, respetaba su presencia.

Niall la hacía sentir como nadie nunca lo haría y sabía perfectamente que se había sacado la lotería en aquel lugar...

Valley of Angels © |njh|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora