Capítulo 15 Autoservicio.

2.4K 219 5
                                    

Antes de que saliera el sol por la mañana nosotros ya estábamos de vuelta en la carretera.

—Necesitamos parar para poner gasolina— dijo ella.

—Corrección: Tenemos que parar para robar otro auto— di un vistazo a la parte de atrás. —Ya no hay cerveza, por favor no se ponga irritante porque no tendré como desestresarme.

—¿Yo lo irrito?.

—Eso dije.

—¡Usted bebe mientras conduce! ¿Cómo quiere que no sea irritante con usted?.

Me lleve una mano a la frente y suspire profundamente.
Inhala y exhala, Ryan, una y otra vez.

—¿De qué manera podremos convivir sin discutir por un tiempo indefinido, querida doctora?— fingí sonar calmado.

—Dígame a donde vamos...

—Eso no ayudaría a nada más que a que tuviera más preguntas molestas.

—Entonces nada.

Cruzó los brazos y se quedó callada.

No sé cuál es el afán de preguntar eso si ya le he dicho que estábamos por llegar a Vermont.
No planeaba hablar con ella para no causar más conflictos, pero cuando nos acercábamos al autoservicio y había una camioneta de la policía local, supe que necesitábamos tener un plan.

—Nos estaban esperando, ¿no es así?— volvió a hablar. —Me quieren rescatar...

Romper sus ilusiones era algo divertido, pero esto lo dije porque era verdad:

—Usted les interesa menos incluso de lo que me interesa a mí, doctora. Sólo me quieren de vuelta en la cárcel.

Me concentré en contar a los policías y, cuando pensé que no iba a tener inconveniente con los dos, vi a Ívon con su odioso uniforme asomar sus narices por la puerta del auto servicio.
Debí suponer que sería el primero en querer trabajar con la policía de Vermont para recuperar a su novia y meterme de vuelta a la cárcel.

—Jared no me podría antes que a usted jamás.

La miré por un segundo y vi su mano en la manija de puerta. Inmediatamente puse el seguro para niños.

—Ni lo sueñe— dije seco.

—¡Es el momento perfecto para decir que me secuestró, yo escape y fin de la historia! Usted se ira a donde sea que se quiera ir y no volveremos a vernos las caras jamás.

No podía ser tan fácil.

—No— ella trató de abrir la puerta con desespero. —Doctora, el oficial Ívon no solo la quiere a usted, ¿Okay? Quiere que yo vuelva a ser un preso.

—¡Quizá eso sea lo mejor!— me gritó. —Nada de esto estuviera pasando si usted no hubiera escapado.

No entiendo que estoy haciendo aquí metido en el auto aun con ella. Sólo pienso en un plan que salga bien para los dos y no para mí mismo solamente, por eso me estoy quitando tiempo valioso.

Bajé del auto después de quitar el seguro y cerré de un portazo para llamar la atención de la policía.
Para cuando Ívon se percató de que era yo, me encontraba sacando a Denisse del auto tirando de su suéter fuertemente.

—¡Tucker, detente!— me gritó al tiempo que sacaba su arma del cinturón.

Le puse un brazo al rededor del cuello a la doctora y tiré de su cabeza hacia atrás.

—Si se acercan, en lugar de detenerme voy a romper su cuello.

—Suel...teme— ella estaba tratando de moverse pero el pánico no la dejaba usar toda su fuerza, además de que era más alto que ella.

Ahora tenía a los tres policías apuntándome con sus armas, pero sabía que Jared no me iba a disparar si no soltaba antes a la doctora.

—Déjala ir y te daré ventaja, Ryan— Me ofreció Ívon.

Jamás lo había escuchado tratando de negociar. Mejor dicho, no conmigo. Debe de estar muy preocupado por Denisse.

—Yo te diré que vamos a hacer— apreté un poco más su cuello y se retorció. —Le dirás a una de la personas en este lugar que me dé su auto y me dejarás ir o la doctora va a dejar de recibir oxigeno por un tiempo prolongado.

Ella estaba más asustada de lo que pretendí al principio.

—Por favor, no lo haga— su voz era baja.

—¡Tienes diez segundos para decidir, Ívon...!

—¡Bien!— lo sabía. —Iré a traer un auto, pero suéltala ya...

—La soltaré de nuevo cuando este en el auto. Tú decides si me la llevo o muere ahora mismo justo aquí.

No se lo pensó mucho. Después de todo, hizo señas a un hombre para que le diera las llaves de un auto.
Cuando no me estaba viendo, solté un poco el agarre.

—Cálmese, doctora.

Mi brazo estaba húmedo. Estaba llorando.

—Aquí están las llaves— las levantó en alto.

—Ponlas en mis pies junto con sus armas y las llaves de sus vehículos también.

—Pero...

—¡Parece que no te importa nada la vida de tu novia!.

—¡Ya voy!.

De mala gana, puso todo lo que le dije en mis pies, claro que no se pudo tragar sus miradas de odio mientras lo hacía.

Antes de alejarse, trató de tocar a la doctora, pero lo hice enfadar aún más cuando retrocedí junto con ella.

—Aléjate ahora— le ordene. —Doctora, ¿Sería tan amable de recoger las cosas, por favor?.

Le solté el cuello y comenzó a toser mientras sollozaba.
Aun así se agachó por las cosas y volvió a levantarse rápidamente.

El auto que nos dieron estaba junto a nosotros y una vez que la hice subir, Jared no perdió tiempo para abrir la boca.

—No escaparás, ¿Oíste?. Sea lo que sea que estés planeando, no lo lograras.

Me asegure de que la Doctora ya hubiera cerrado su puerta para después rodear hasta la mía.

—Antes tus afirmaciones me resultaban graciosas al mismo tiempo que estúpidas. Ahora solo son lo segundo.

—Te meteré en la cárcel aun que tenga que sacarte de debajo de las piedras.

—Ya una vez estuve ahí, Ívon, y solo porque entre por mi cuenta. Ahora que quiero escapar, nada va a detenerme.

—Esa vez no estaba yo persiguiéndote— abrí la puerta del auto para subir, —y tampoco tenías contigo a alguien que me importa.

—Créeme que su compañía no es algo por lo que perseguiría a un criminal por todo el país.

Cerré la puerta y pisé a fondo el acelerador. Ahora trataría de seguirme a toda costa, así que tenía que apresurarme.

Ahí te liberaré...Where stories live. Discover now