Capítulo 37. Morí

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Habían pasado ya dos días de entrenamiento para el equipo de patín, Ámbar se sentía especialmente estresada esos días, la mayor parte de la coreografía debía hacer pareja con Simón ya que, según Emilia, los conflictos entre parejas debían notarse lo menos posible. A ella no le incomodaba patinar con Simón, por el contrario, se sentía muy a gusto con él.

Simón le hacía sentir algo diferente a cuando estaba con Matteo, le producía cierta tranquilidad que no sentía desde hace mucho, habían sido años de mantener una imagen, esforzándose cada día frente a todos por comportarse a la altura de su título, la reina de la pista.

Pero con Simón no hacía falta aparentar nada, cada vez que él la miraba sentía que veía a la Ámbar real, la auténtica, la que ella a veces pensaba que nadie podía notar, sólo una persona lo había hecho, su amiga Clara.

Pero eso no significaba que hubiera olvidado a Matteo, lo extrañaba y mucho; las tardes con él en la mansión, las caminatas juntos en la plaza, sus conversaciones en los pasillos del Blake, las horas practicando en la pista. ¿Hace cuánto que no patinaban sólo por diversión? Todo eso parecía haber quedado atrás, en el primer año de su relación todo parecía nuevo y excitante, cosas y sentimientos que nunca había experimentado.

Convertirse en los reyes de la pista los había cambiado, no había forma de negar que ambos disfrutaban ser considerados los mejores en todo lo que hacían, pero ser la pareja perfecta no era fácil, el amor rara vez lo es, y ahora más que nunca ella lo sabía, su relación corría peligro y seguiría así mientras ninguno de los dos hiciera su orgullo a un lado. Alguien tenía que ceder, y no sería ella.

Lo mismo sucedía con Clara, la extrañaba, haber recuperado a su amiga después de tantos años la había hecho muy feliz, y ahora de nuevo se estaban alejando, si las cosas con Matteo parecían complicadas, con Clara parecían imposibles; ellas eran muy parecidas, ambas demasiado orgullosas.

Patinó alrededor de la pista junto a Simón, perdió la concentración un momento al ver a Matteo hacer lo mismo con Sol, pero se recuperó rápidamente; Simón la tomó de la cintura y la levantó tan alto como pudo, ella aterrizó y dio un salto para después abrazarse a él levantando ambas piernas mientras él le daba varias vueltas. De ese modo las dos parejas llegaron al centro de la pista, los chicos bajaron a las chicas y los cuatro se miraron, había toda clase de sensaciones en ese pequeño círculo; tristeza, anhelo, enojo, celos...

- Lamento interrumpir el incómodo intercambio de miradas intensas, pero... – Los cuatro chicos miraron a Emilia mientras ella se detenía frente a ellos – Simón, cuida tus pies si no quieres que se enreden y termines tirando a Ámbar; Matteo, eres más alto que Sol, no debería costarte trabajo levantarla un poco más; Sol, pon más fuerza en los tobillos; Ámbar... - ambas rubias se miraron y Emilia sonrió de lado – Bien, sólo más concentración – Ámbar rodó los ojos mientras Emilia los miraba a todos de nuevo – Pueden irse, nos vemos aquí mañana, el viernes no habrá entrenamiento por el show, pero el fin de semana entrenaremos lo más que se pueda –

Los cuatro asintieron y comenzaron a dispersarse, Ámbar estaba tomando un poco de agua cuando la voz de Sol llamó su atención.

- ¿Ensayamos hoy? –

- Ni siquiera hemos elegido una canción... -

Ámbar abrió más los ojos y puso más atención al escuchar la inconfundible voz de Matteo.

- Por eso deberíamos ensayar hoy, para elegir lo que cantaremos, pensé que podríamos componer algo juntos... -

- Es muy poco tiempo, y ni siquiera sé si voy a presentarme... -

La rubia sonrió un poco al escucharlo.

- ¡¿Qué?! Matteo, no puedes negarte a una petición de la producción, esto debería ser importante para ti, ¿No piensas dedicarte a la música? –

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