Capítulo 26 "cocina"

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Una vez terminamos de grabar fui a ver a Leonor a su camarín. Entro y cierro la puerta, ella se estaba cambiando

-Amor– la agarro de la cintura y beso su cuello–Nos vamos?

-Si– se gira y rodea mi cuello con sus brazos– no sé por qué pero tengo mucha hambre– se ríe

-Es normal amor, no comiste casi nada hoy y trabajamos mucho– le digo

-Si, debe de ser eso– beso sus labios y una vez terminó de cambiarse nos fuimos para su casa

De camino a casa compramos empanada porque increíblemente Leonor, aunque nunca coma, tenía ganas de comer empanadas. Llegamos, los dos nos cambiamos, Leonor se puso uno de sus camisones de seda que le van un poco más arriba de la rodilla y yo me puse solo un short; luego de eso nos sentamos en el sillón a mirar una película y a comer las empanadas. Por muchas ganas que ella tuviera de comer eso, no come más de una, no tiene mucho afán por ese tipo de comida pero tenía ganas de comer empanadas y yo no pensaba negarme.
Al rato Leonor se levantó a llevar las copas de vino a la cocina y yo llevé la botella. Guardé la botella y cuando me giré Leonor estaba apoyada sobre el mármol de la cocina, mis ojos fueron directamente a su trasero; el pijama era corto y no llegaba a del todo su trasero si se inclinaba un poco, inmediatamente recordé cómo le quedaba el traje de baño negro que tenía puesto hoy y cuando me di cuenta ya estaba duro otra vez.

Me acerqué a ella agarrándola de la cintura y la pegué a mí haciéndola sentir mi erección, ella se incorporó y sonrió.

-Me estabas provocando?– le susurro
oído

-Para nada– se gira y muerde su labio, enseguida reacciono y devoro su boca, estaba desesperándome, la deseaba demasiado.

Paso mis manos por debajo del camisón de seda y se lo quito dejándola solamente en bragas. Vuelvo a besarla y luego la giro haciendo que apoye sus manos sobre la mesada dejándome apreciar su trasero en primer plano, mordí mi labio. Me saqué la ropa rápidamente dejando escapar mi erección y sin más, entré en ella haciéndola soltar un gemido y apoyar su cabeza sobre el mármol. La agarré de la cintura y comencé a moverme lentamente para ir aumentando la velocidad de mis embestidas

-No pares.– gimió fuerte

Mi pene entraba y salía de ella rápidamente, ambos gemíamos de placer.

Narra Leonor

Sebastián entraba y salía de mí rápidamente y yo no podía evitar gemir. En un momento hice que Sebastián saliera de mí y me giré para besarnos, Dios mío, me estaba muriendo por su boca. Mientras nos besábamos bajé mi mano a su pene y comencé a masturbarlo, él gemía entre besos; una vez que nos separamos bajé a su pene, lo metí en mi boca y comencé a meterlo y sacarlo rápidamente ayudándome con mi mano. Sebastián tiró la cabeza hacia atrás soltando un gemido y apoyó una mano sobre mi cabeza siguiendo mi movimiento

-Dios.– gimió

Lo hice por un rato y me pidió que me detuviera porque iba a venirse, yo no le hice caso y seguí pero él me apartó antes de correrse y me alzó sentándome en el mármol, rodeé sus caderas con mis piernas y él entró en mí de nuevo. Me aferré a él clavando mis uñas en su espalda por cada embestida y gemíamos, lo sentí entrar más fuerte y mordí su hombro por la excitación

-Así.– le susurré al oído

Siguió embistiéndome hasta que nos corrimos y salió de mí, yo me quedé abrazada a él

-Fue increíble– me mira y sonríe

-Vos sos increíble– lo besé y me bajé del mármol para subir al cuarto

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