Capítulo 30 "valor"

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Mis lágrimas caían mientras él me tenía agarrada del pelo. Me soltó de mala gana, me hizo levantar y me puso contra la pared

-Nunca dejaste que te tocara y ahora dejas que te toque el primero que se te cruce?– llevó una mano a mi cuello– pero ahora me vas a complacer.

Baja sus manos a mi cintura y luego a mi trasero apretándolo fuertemente

-No!– grito y lo empujo

Lo miro asustada y él se ríe. Enseguida tengo su puño en mi mejilla y volví al piso e hizo lo que me temía, una patada fue a mí panza y sentí un dolor inmenso.

-Pará– llorando– estoy embarazada– llevo mis manos a mi vientre y él se detiene, me levanta

-Qué dijiste?

-Estoy embarazada, por favor no lo hagas más, por favor– ruego

Me tira sobre la cama y se va. Yo me quedé llorando tirada en la cama hasta que me levanto, por suerte el dolor del golpe había desaparecido y no había tenido ningún sangrado, al menos por ahora. Me levanté rápido y agarré un bolso donde empecé a guardar todas mis cosas. Lorenzo está loco, jamás pensé que fuera capaz de llegar tan lejos.
Sentí sus pasos en la escalera y escondí el bolso abajo de la cama, luego me acosté boca abajo como había quedado. Él entra al cuarto y se sienta a mi lado, acaricia mi espalda

-Leonor– me llama pero no le hago caso– Leonor mírame

Me levanto sentándome en la cama y lo miro, él sonríe

-Perdoname– acaricia mi mejilla– no quise hacerte eso, perdí la cabeza, perdoname por favor.

Yo no contesto y miro hacia abajo

-No importa que ese bebé sea de otro, sé que fue algo que sucedió y ya. Yo quiero hacerme cargo, vamos a criarlo juntos como sus papás, vamos a anunciarlo a la prensa vas a ver que va a salir todo bien– sonríe

-N-no– me levanto– yo no quiero Lorenzo, no quiero estar más contigo. Me quiero separar

-Qué decis?– se levanta de la cama, yo salgo el bolso de abajo de la cama y me acerco a la puerta

-Se terminó Lorenzo. Quiero ser feliz, quiero hacer mi vida... y mi vida está al lado de Sebastián y de este bebé. Lo amo a él y tenes que dejarme vivir mi vida. No quiero mas estar encerrada en esta casa tener que estar complaciéndote en todo, hacer lo que vos digas, fingir en los lugares públicos y tener que callarme la boca cuando te escucho mentir; no quiero mas, quiero tener una vida.

-No sabes lo que decís Leonor

-Si, si sé– salgo rápido y bajo las escaleras, carro a la puerta de salida pero él me alcanza y antes de que pueda abrir la puerta del todo la cierra de un golpe y me deja encerrada entre él y la puerta

-Leonor– me dice al oído– quiero que vuelvas al cuarto con ese bolso de mierda y que dejes las cosas donde estaban!

-No– digo y le pego con mi rodilla en su entrepierna y salgo rápido de la casa

Entro al auto y lo enciendo, empiezo a manejar hasta la casa de Sebastián. Respiro profundo, mis lagrimas no cesaban, me miré por el espejo retrovisor y vi como tenía mi mejilla algo morada ¿con qué clase de monstruo estuve casada todo este tiempo? Está enfermo, no logro creer que haya llego a tal punto.

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