Capítulo 44 "desesperación: parte 1"

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Al otro día luego de haber cambiado y haberle dado de comer a Bianca, terminé de cambiarme y aunque la cara de Sebastián me lo decía todo, luego de saludarlos a él y a mi bebé agarré las llaves del auto y conduje hasta el restaurant en el que quedé de encontrarme con Leonardo.
Llegué a los minutos y cuando entré lo vi enseguida y caminé hacia él, nos saludamos y luego de conversar por un buen rato pedimos el almuerzo. Después de unas largas más de dos horas hablando y almorzando al mismo tiempo pedimos la cuenta, fui a agarrarla para pagar y él me la sacó de las manos diciéndome que iba a pagar él. Leonardo había ido en taxi así que me ofrecí a llevarlo hasta la casa y en cuento llegamos me ofreció subir un momento, yo acepté para no ser descortés pero la verdad es que me ponía algo incomoda y ya tenía ganas de volver a casa con Sebastián y Bianca.

-Pasa Leonor, ponete cómoda– me dice entrando a la casa

-Leonardo creo que... ya me tendría que ir para casa

-Por qué? No te dejan quedarte mucho tiempo?

-Ay por favor, tengo una bebé Leonardo– suspiro– fue un error haber venido hasta aquí

Camino hacia la puerta para irme pero él me agarra del brazo y me pega contra la pared, su boca está demasiado cerca de la mía y mis nervios aumentan. Leonardo me agarra de la cintura y sin decir nada intenta besarme pero doy vuelta mi cara y lo alejo

-Siempre fue esto lo que quisiste y ni siquiera saber qué estoy casada y tengo una hija te detuvo. No te quiero volver a ver Leonardo, pensé que habías cambiado.

Lo miro seria y me voy de ahí.

Narra Sebastián

Estaba con Bianca en mi habitación porque se había despertado y como no quería seguir durmiendo la llevé conmigo. Mientras ella jugaba arriba de la cama yo leía un libro sentado a su lado, en un momento comenzó a reír y dejé el libro me puse a hablarle y hacerle pequeñas cosquillas ella no paraba de reír y cuando intenté dejar de hacerlo hacía "puchero" entonces seguía jugando con ella hasta que al parecer se aburrió y ya no calmaba su llanto. La agarré aupa y bajé a la cocina para prepararle complemento, luego volví al cuarto, después de que le di de comer la puse en mi pecho y se quedó completamente dormida, besé su frente y acariciaba su espaldita cuando sentí un ruido. Acosté a Bianca en la cama entre dos almohadas para que no vaya a caerse y fui a ver qué era.

Revisé todos los cuartos y cerré la puerta de mi habitación donde dormía Bianca por precaución, bajé y revisé la cocina, luego el living, el patio, y por último la sala de juegos. Cuando salí del cuarto de juego sentí como alguien me agarraba del cuello, forcejeé con la persona pero no podía ver quien era hasta que finalmente pude ganarle y quedé de frente a un hombre completamente desconocido, era bastante alto, de pelo castaño y brazos fuertes. Comenzamos a pelear tirando y rompiendo las cosas que habían al rededor, el hombre me tiró contra una mesa y yo demoré un poco en reaccionar debido al golpe

-Dónde está Leonor?

-Para qué queres a Leonor?

-Responde a la pregunta!– volvió a pegarme sin dejar que me levantara

Suspiré y me levanté lo más rápido que pude

-No te voy a decir, no le vas a hacer nada a mi mujer.– comienzo a golpearlo y esquivo sus golpes hasta que logro hacerlo caer.

–quien mierda te mandó?– pregunto y sigo golpeándolo aún en el piso, su labio no paraba de sangrar y su nariz estaba destrozada– HABLA HIJO DE PUTA!– vuelvo a golpearlo

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