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Una azabache y un rubio se miraban desde lejos, hasta que ambos comienzan a correr para poder enfrentarse, ella detiene el puño del chico.
—Sé que ya te lo dije, pero, sé honesto contigo. Tú también habías estado esperando este momento. —dice la azabache con el Sharingan activado—. Ahora ya no están Sakura, Sasuke ni Kakashi. Nadie nos detendrá como la última vez.
—Estás loca. —responde el chico ante las palabras de la azabache.
Esta toma una kunai del porta armas del rubio alejándose a su vez, y dejándose caer bajo la cascada al mismo tiempo que lanza el kunai, el rubio toma una shuriken para desviarla. Para luego golpearlo y quedar a unos metros de él, ambos mirándose cara a cara nuevamente.
—Esto no tiene por que ser así, ___.
Esta lo mira con el ceño fruncido y su Sharingan aún activó.
—No dejes que nada ni nadie seinterponga en tú camino y arruine tus sueños. —dice—. Eso fue lo que alguna vez dijiste. Y tú, Naruto. Estorbas en mi camino, y como tú mismo lo dijiste, no debo dejar que nadie se interponga en mi camino.
Y sin más la azabache comienza a hacer sellos y pronunciar lo siguiente:
—¡Chidori!
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