Nikos Mounsmith escribe un Best Seller por año y Anna Bianconi se encarga de entrevistar a estrellas como él. Este libro cuenta una historia donde el café y el amor son los protagonistas. Donde, taza tras taza, se aprende a ser más real y más humano...
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Anna
Miré la pantalla de mi ordenador en completo shock. S. Smith me había escrito a mí. ¡A mí! Llevaba cerca de 10 minutos con los ojos abiertos de par en par.
Aunado a eso, ¡El jodido S. Smith sabía que leía sus libros! Me dijo fan. Oh, lo amo.
Tal vez ahora que sabe de mi existencia su sea posible que acepte mi propuesta de matrimonio. ¿Quién dice que nosotras ni podemos hacerlo?
Tecleé una respuesta formal sin que dejase ver que su correo me había descolocado completamente.
Algo simple y sencillo como un cuerpo que redactaba que estaba feliz de que decidiese hacerse conocer y que para mí suponía un honor que también me hubiese escogido a mí para hacerlo. Y por supuesto, que está a ansiosa por hacer la entrevista.
Había otro paso importante antes del cuestionario, que era la investigación. Pero vamos, yo sabía lo que tenía que saber acerca de la carrera de S. Smith. Sabía todo lo que había dejado saber.
Miré la hora en mi teléfono. 8:00am.
¿Debería ir a Reads Café?
Bueno, una cosa era muy clara. No había tomado mi café de hoy, y otra cosa es que gracias a Nikos es que S. Smith me envió el correo. Por supuesto que tenía que agradecerle.
"Es que te quiero conquistar"
Mi corazón comenzó a latir desbocado.
No sabía qué significaba lo que Nikos había dicho. Es decir, no soy idiota. Sé lo que esas palabras significan realmente, la cosa es descifrar si es cierto o no, porque bueno, es Nikos.
No es que lo conociera mucho que digamos y pongamos sobre la mesa la carta más importante, y es que es familia de Tobías. Era un bromista de nacimiento.
Sea verdad o no, yo no quería ser conquistada por nadie en estos momentos de mi vida. Estoy muy feliz estando sola. Pienso que ahora mismo una pareja significaría la descolocación de mi mundo.
Y yo soy muy organizada.
Mi trabajo es importante, y lo hago todo el tiempo. Soy periodista por vocación. Un chico no es lo que necesito ahora. Yo preciso de investigar más cada segundo para brindar un buen trabajo.
Con esa determinación en mi cabeza, me monte en mi auto y me dirigí a la cafetería. Era temprano aún, y quería llegar a buena hora a mí oficina para meter mis manos en la publicidad del primer programa, aprovechando que ya S. Smith había accedido.
Aún no lo puedo creer, lo juro.
—
—Eres un grande, Nikos— llegué al mostrador y junté mis manos por encima. Lo observé desplegar una sonrisa de satisfacción.
