Nikos Mounsmith escribe un Best Seller por año y Anna Bianconi se encarga de entrevistar a estrellas como él. Este libro cuenta una historia donde el café y el amor son los protagonistas. Donde, taza tras taza, se aprende a ser más real y más humano...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Anna
"Lo bueno se hace esperar"
El sonido de la alarma perturbó mi sueño, como siempre sucedía. Jamás me había sentido tan feliz de que el aparato sonara. Levanté mis brazos para estirarme por unos segundos y luego pasé el dorso de mis manos por mis párpados para "alejar" el sueño.
Me impulsé fuera de la cama y mis pies descalzos se encaminaron a mí baño. El piso de toda la casa estaba helado y lo estaba disfrutando mucho.
Era esa clase de persona a la que le gustaba la lluvia y el frío. Dormir y leer en esa clase de ambiente era una de las cosas que más disfrutaba hacer. Hoy parecía ser uno de esos días. No me alarmé, porque últimamente este clima sólo me traía buenas cosas.
Me quité el pijama y tomé una ducha rápidamente. Era un poco más temprano de lo habitual, pero es que hoy necesitaba que todo estuviese y marchase perfecto. Era mi primera entrevista del programa y con nada más y nada menos que mi escritor favorito.
La publicidad del evento había movilizado a medio mundo. Todos estaban atentos a la entrevista para saber de una vez por todas el rostro detrás de tantos éxitos. Mis redes sociales estaban a tope y explotadas a más no poder por los fans de S. Smith haciendo preguntas. Me identificaba mucho con cada usuario, porque a fin de cuentas yo soy una fan más.
Estaba tan emocionada y agradecida por tener este privilegio que había pasado toda la semana ultimando detalles, enviando correos. Ordené una y otra vez mis ideas para la entrevista.
"Después de un Café" era un sueño que hoy se iba a hacer realidad.
Me arreglé el cabello en unas ondas sueltas y no me puse maquillaje, porque siempre lo hacen en el estudio apenas íbamos a grabar. No había hablado con mi escritor misterioso en las últimas horas, pero echarle un vistazo a mí correo electrónico desde mi teléfono y encontrarme con las palabras de su mánager me tranquilizó.
Estaba muy claro que no iba a poder asistir hoy a Reads Café, pero me gustaba que Nikos estaría ahí y muy seguramente llevaría un poco de delicioso Café. Dios sabía que lo estaba necesitando muchísimo.
Llevaba mis tacones en la mano para ponérmelos cuando saliese de mi casa. El amanecer me detuvo en uno de los ventanales de mi sala. Amaba mi ciudad. Amaba lo tranquila que parecía ser por las mañanas y lo ajetreada que se volvía.
La mezcla del frío y la lluvia y los tonos naranjas por la salida del sol me gustó mucho. Acordándome que tenía mucho que hacer, tomé un poco de agua y tomé una manzana para el camino al estudio.
Tomé mi cartera, mi teléfono celular y la llaves antes de salir y montarme en mi auto.
Cuando llegué al estudio mi corazón comenzó a latir desbocado. Todo estaba perfectamente en su lugar, pero todos iban de un lado a otro. Quería ver a Tobías y hacerlo quedarse conmigo. Sabía que no se iba a perder el programa, pero quería que estuviese conmigo desde ya. Y los chicos, que los había invitado. Y Nikos.
