Capítulo 27

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Nikos Mounsmith

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Nikos Mounsmith

Jamás había estado tan feliz frente a un médico. Había ido con Anna a una clínica especializada para hacer una prueba de sangre y así corroborar que no fuesen nuestras alucinaciones y embarazos psicológicos o cosas de ese estilo.

Definitivamente había pasado un milagro aquí, un milagro que se vio reflejado en la palabra "Positivo" en negritas y mayúscula en una hoja blanca de laboratorio. Había tomado una fotografía y se la había enviado al doctor que había estado llevando mi caso desde el accidente. Había confianza luego de soportar mi mal humor y mis gritos, por lo que acompañé la imagen con un Texto que decía:

"Y tú decías que no era potente la cosa. Mira bien la foto, viejo.

E M B A R A Z A D A. Felicítame, hazme el favor".

Obviamente él no era una mala persona y nos invitó a ir a su consultorio para hablar con nosotros, acompañando sus palabras con un "¡Enhorabuena, chicos!".

Si... Ya nada iba a quitarme la sonrisa de idiota que tenía en el rostro. Sonreí hasta hoy en la mañana, cuando Anna saltó de la cama y recorrió rápidamente el camino hacia el cuarto de baño para calmar las nauseas, como si todo se hubiese puesto en orden de evidencias para nosotros. Había corrido detrás de ella con un vaso de agua y luego tomé su pelo para evitar que le estorbara. No podía hacer demasiado, pero podía apoyarla y decirle "Hey, yo no vomitaré ni nada de eso, pero que sepas que no quisiera que estuvieses pasando por ello".

O sea, si tenía que pasarlo porque seríamos padres, ale, entonces ven con todo. Pero ustedes entienden. Al mismo tiempo no disfrutaba que pasara malos ratos. Y eso que hoy fue el primer día después de saber que seríamos padres.

Anna, el doctor y yo somos los únicos en saberlo y aún no hablábamos de decírselo a nadie. No habían riesgos de nada, según los exámenes. Es decir, esperábamos que todo marchase como tenía que hacerlo.

Anna tenía su mano entrelazada con la mía cuando íbamos camino al auto. La miré cuando buscaba las llaves y le tendí la mano. La clínica no quedaba tan lejos de casa, podía ser un buen momento para retomar el volante. Digo, iba a ser cuidadoso. Estaba perfecto de las piernas.

Me miró dudosa pero después sonrió y me las tendió.

—Igual voy a enviarle un mensaje a Nathan para que esté al tanto— me dijo cuando estaba montándose en el asiento.

—¿Te asusta volver a tener un accidente?— No supe cómo sentirme. Sabía que la pregunta estuvo de más a penas salió de mi boca. era una de doble filo y hasta yo pude sentirlo. Me sentí mal. Como siempre, ella sacó lo mejor de todo sin siquiera darse cuenta. He ahí otra razón más para amarla. La lista era muy, muy larga. Me sonrió y puso una de sus manos sobre la mía que estaba puesta en la palanca.

Después de un Café (TERMINADA)On viuen les histories. Descobreix ara