Capítulo 24 (PARTE I)

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Nikos Mounsmith 💙

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Nikos Mounsmith 💙

Tardé una semana y media en salir de la clínica. Había pasado por pequeños procesos que le darían a los doctores pistas de cómo proceder conmigo. Serían muchas sesiones de terapia para recuperar la movilidad de mis piernas.

La vida había decidido no ser tan mala conmigo y me dio la oportunidad de caminar otra vez. Los doctores me dijeron que había posibilidades, así que iba a aferrarme a ellas. Quería poder tener fe en mí mismo, después de todo.

Todo estaba mal ahora, pero no quería sentirme mal más adelante por no intentar ser mejor conmigo mismo. Estaba perdido en muchos aspectos, eso estaba claro.

Sabía que definitivamente no era el mismo. Todo se había torcido tanto.

Sentía que todo estaba yendo tan bien. Estaba cumpliendo un sueño, tenía un mar de posibilidades frente a mis ojos para compartirlas con Anna y ahora difícilmente podía sentirme en condiciones para siquiera pensar en tomar la escritura como una almohada de consolación.

No tenía ganas, en realidad.

Había llorado en el hombro de mi madre después de haber sido el idiota más grande del mundo. Y todavía mantenía mi posición. Me costaba olvidar el sonido de los sollozos de Anna y lo que estaba perdiendo en ese instante. Sus ojos inundados de lágrimas a mi causa era algo que sabía que me iba a costar superar.

Tobías me entendió y me odió en partes iguales. Cuando le rogué que se pusiera en mi lugar dejó de criticar mi trasero, pero lamentó el estado en el que me encontraba y el estado en el que Anna estaba.

Ciertamente sabía que a pesar del dolor, Anna iba a seguir adelante. La conocía. Era una grande y por eso estaba tan perdido por ella.

Tobías no quería contarme nada acerca de ella, y lo dejé estar. Tenía sus razones.

En estos momentos yo estaba en mi cuarto, después de haber sido ayudado por mis padres siendo trasladado desde la puerta de la clínica hasta el auto y desde el auto hasta mi apartamento. Prendí el televisor para entretenerme, pero lo apagué cuando noté que mis desgracias estaban siendo esparcidas en los medios de comunicación masivos.

Sabía que era necesario, pero me seguía jodiendo que mi suerte me haya jugado una mala, malas pasada.

Y no podía evitar lamentarme, llorar y sufrir por mí mismo.

El primer día de terapia sería mañana. Mi madre estaba preparando mis comidas para toda una semana afuera, junto a mi padre. Yo estaba solo, mirando con desprecio la silla de ruedas a mi lado.

La iba a superar. Luego de eso, podría seguir adelante. Podría seguir con lo que era mi vida antes de Anna.

Podría robarle besos a la esposa de Freddy, podría trotar en las mañanas hacia Reads Café y, por Dios, vendería mis cafés y escribiría libros.

Después de un Café (TERMINADA)Where stories live. Discover now