Después de un Café (TERMINADA)

Plus: C16

Nikos Mounsmith

El vestido de Anna desapareció poco a poco, como quería tomarme el resto del tiempo. Sus manos, suaves y delicadas, se mantuvieron en mi cabello. Fui, de a poco, tratando de hacerle sentir con mi toque lo mucho que me importaba que se sintiera bien y cómoda conmigo.

Besé cada parte sensible de ella. Su boca, su cuello y un poco más al sur. No me había sentido jamás como lo estaba haciendo ahora. Ella era suave, toda ella. En nada comencé a ver cómo esa faceta que ella tenía callada y tímida desaparecía completamente.

Entonces no fui el único que comenzó a sentir de verdad. La hice sentir demasiado, porque ella me lo confesó en gestos y sonidos.

Por Dios, yo también lo hice.

La besé con muchísimo cariño y también con muchísima pasión cuando no pude aguantar más la combinación de sus ojos, sus labios y todo junto volcado en mí y en lo que estaba haciendo. No sabía donde comenzaba yo o terminaba ella. Su piel y la mía se rozaron por mucho tiempo, nunca suficiente, en un vaivén de ritmos acompasados y después violentos.

Fui lento y luego rapido. No conté cuántas veces me sentí caer al vacío. Me comporté paciente, pero ella me hizo desear cada vez más. Yo realmente no sabía que esto se podía sentir así.

Si, siempre es genial. Pero no hay adjetivo que defina lo que envolvía el momento cuando estabas con la persona correcta.

Y realmente me comenzaba a molestar no haber conocido a la persona correcta antes.

Sé que todo lleva su tiempo, pero no estaba seguro de poder imaginar lo que seguía sin ella. Porque no es sólo el sexo, y vamos a ser sinceros. Eran los sentimientos. Era la importancia que se le da a la otra persona. Es el que quieres que se sienta bien, que disfrute y que sepas que esos sonidos, que ese éxtasis insoportable es por y gracias a ti.

Es posesión.

Es querer que sienta más, tu sentir más cuando sabes que estás sintiendo todo.

Ardor, pasión, fuego. No sabía cuanto más podría aguantar. Ella tampoco.

Una vez, dos veces y luego no fui capaz de contar más. Dormí escuchándola a ella respirar acompasadamente, para luego despertarme con su toque y volver, unas cuantas veces más, a hacerle olvidar su nombre.

Cuando la mañana llegó yo realmente estaba exhausto e increíblemente satisfecho.

Sus ojos azules, similares a los míos, me sintieron sin darse cuenta. Su sonrojo lo fue todo. Sólo pude atraerla a mí y besar su boca como incansablemente lo había hecho toda la noche.

—Eres increíble— dije sobre su boca. Ella me imitó y se acomodó a mí lado sin decir nada. Y es que de verdad no hacía falta decir nada.

Estaba sintiéndome afortunado y feliz.

Hace unos meses yo no me imaginaba que ella llegaría a significar tanto. Me hubiese reído, sinceramente.

Para un escritor que se enfrasca en resaltar un montón de emociones es difícil imaginarse que ese amor que escribe y regala a los demás exista para su disfrute.

Es tan, tan único que es imposible pensar que te tocará vivirlo alguna vez. Pero si, la vida sabe patearte el culo de vez en cuando.

Mi historia con ella comenzaba a escribirse. Eso lo sabía.

Ese café, ese libro...

Era un buen prólogo.

El anillo iría después, pero tenía que hacer que me amara antes de aquello.

Era Nikos Mounsmith. Estoy seguro que podría con ello.

Es corto, lo sé. Pero conste que es un plus y no un capítulo. Creo que será el único en la novela, puesto que de haber más sólo estarán dentro de los capítulos y ya.

No quiero que el sexo explícito se haga muy presente en la historia, porque en esta novela yo quiero resaltar muchas otras cosas a través de mis personajes y su forma de ser. No quiero que se alarmen, porque la picardía no se va a ir nunca.

A mi me encanta lo hottest que puede llegar a ser Nikos.

Recuerden que esta vez es diferente porque estaba realmente cansada como para escribir una palabra más en el capítulo anterior.

No se molesten por lo corto. Los compensaré luego ♥

¡QUIERO LEERLOS!

Espero comentarios, opiniones y sugerencias. Todo es válido.

Los ama,

Emily.