Nikos Mounsmith escribe un Best Seller por año y Anna Bianconi se encarga de entrevistar a estrellas como él. Este libro cuenta una historia donde el café y el amor son los protagonistas. Donde, taza tras taza, se aprende a ser más real y más humano...
Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.
Nikos Mounsmith
Mis dedos se estaban deslizando por la silueta de la espalda desnuda de una mujer con la piel muy suave. Estaba disfrutando abiertamente, de costado y apoyando mi cabeza en mi mano, de sus ojos cerrados y su respiración relajada. Sabía que no estaba dormida.
La noche anterior no había bastado, realmente. Luego de haber comido y retomar lo que habíamos dejado a medias, nos metimos de lleno en la tarea de explorar al otro con profundidad. Horas y horas.
Yo había hablado con ella en el proceso e intercambiamos muchas opiniones que giraban en torno a tópicos importantes. Luego de ello, más aún.
No sabíamos si se trataba de mi partida que estaba muy pronta u otra cosa, pero el deseo y el éxtasis estaban ahí para no irse en un muy buen rato.
—¿Sabías que tienes un lunar en forma de luna en la espalda baja, Anna?— le pregunté absorto en cada centímetro de piel frente a mí. Era hermoso.
Ella asintió. —Ya me lo habían dicho.
Mis movimientos se detuvieron en seco. Subí la mirada para encontrarme con sus ojos traviesos y sonrisa altiva. Entonces pude hacer los mismos gestos. Ella estaba jugando conmigo.
—Mi madre tiene el mismo lunar en su nuca.
Asentí pensativo.
—¿Cuándo conoceré a mí suegra?— pregunté. —¿Te pareces a ella?
Ella soltó una pequeña risa. Las sábanas estaban envueltas entre su cadera y la mía. La atraje y apoyé mi espalda en la cama para pasar a ser el apoyo de Anna.
Su mentón se apoyó en mi pecho y su mano comenzó a grabar caminos imaginarios sobre mí piel.
Ese lunar en su espalda baja era, por mucho, de lo más seductor se había visto. No sé cómo no lo había notado antes.
Ella asintió.
—Tengo su color de cabello y su sonrisa. De resto me parezco a mi padre.
La miré con atención. Recordé que sus padres estaban separados.
—¿Dónde viven? Jamás te había preguntado por ello. Cuéntame lo de su separación.
Ella continuó hablando desde su posición.
—Mi madre vive en New Jersey, se mudó allá después de la separación. Fue hace muchos años. Mi padre vive relativamente cerca, sólo que viaja bastante. Tienen una buena relación. En realidad hablan más entre ellos que conmigo. — rió. —Se enteran de todo. Son algo así como mejores amigos.
