Capítulo 12: Día de confusiones.

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El viento comenzó a soplar aún más fuerte, mi cabello se movía de un lado hacía otro y comenzaba a tener frío y ganas de salir corriendo de allí.

Christopher me asustó con aquellas palabras, 《Te amo》, no es algo que le sueles decir a cualquier persona, por eso me daban escalofríos por todo el cuerpo. Sí, a pesar de que lo besé y hasta casí amé, pero con estos días, siento que mi relación con él no puede ir más allá que de amigos.

-Abbie, dí algo, me estoy asustando.- Pidió.

-Lo siento, no sé que decir.- Me disculpé. Ahora mismo mis emociones eran un nudo enredado.

-Lo sé, pero, ¿tú qué sientes por mi?- Preguntó, esperanzado.

-Chris, ahora no quiero hablar.- No quería romperle el corazón y herirlo con palabras que ninguno de los dos quiere escuchar.

-Está bien, no quiero que te sientas mal por nada.- Se sentía incómodo, a igual que yo.

-Chris, tengo que irme.- Le avisé, rompiendo el silencio que nos estaba matando a ambos. -Nos vemos luego.

Entré a la casa, dejando solo a Christopher, solo con sus sentimientos, sin nada ni nadie más. Senti que en ese momento él experimentaba la soledad, dicen que aquella sensación no es de tristeza, sino de reflexión y espero que él entienda que me siento mal por su culpa.

Pasé por el living, antes de subir las escaleras para llegar a mi habitación. Un calendario en la mesa era ek que marcaba las siguientes fechas del mes noviembre. Un circulo amarillo aparecía en el numero 19 del mes mencionado, eso quería decir que en tres días teníamos la fiesta de cumpleaños de Ricardo Montaner, donde conocería por primera vez a Zabdiel. Estaba emocionada por eso.

Decidí continuar mi viaje a mi habitación, no quería perder tiempo y que Christopher entre a la casa. Necesitaba evitar aquella conversación, necesitaba evitar mis emociones y todo lo que tenía que ver con Christopher Vélez. Él ya me lastimó una vez.

Una vez en mi habitación, iba a tomar un baño que me relaje y haga sentir bien, pero mi celular comenzó a sonar. Se trataba de una llamada de mi amigo Zabdiel.

Me senté en la cama, acomodé el cabello y acepté la solicitud.

-¡Hola, Zab!- Saludé, estaba felíz de verle a mi amigo.

-¡Hola, Abbie!- Él sonreía. Su cabello rubio siempre estaba igual, perfecto. Sus ojos color avellana-marrón me volvían loca.

-¿Qué haces?- Pregunté, interesada en él, trataba de olvidarme de Chris.

-Estoy por salir a dar un paseo con mi familia, son mis últimos días aqui en Puerto Rico.- Dijo, preocupado.

-Debes estar triste.- Me lamenté.

-Sí, pero por otra parte veré a mis amigos.- Noté como Zab estaba felíz, otra vez. -Me contaron que hay un niña con ellos, y adivina, ¿cómo se llama?- Estaba tan emocionado, que la felicidad en sus ojos se podía notar a distancias.

-No lo sé, dime.- Pedí.

En ese momento, la puerta de mi habitación se abrió. Por un momento temía a que fuera Chris, pero se trataba de Erick, que venía saltando, emocionado, con una sonrisa, la lengua afuera y los ojos achinados. -¡Abbie!

Erick dejó de saltar, justo cuando llegó hasta mi cama y tuvo tiempo suficiente como para ver que estaba en una video-llamada con alguién. Sus ojos paseaban en mi y Zabdiel. El rostro de Erick dibujaba una confusión y la de Zab, una extrema.

-¿Erick?- Preguntó, Zabdi.

-¿Zabdiel?- Preguntó, Erick.

-¿Qué está pasando?- Pregunté, confundida.

-Él es Zabdiel, el otro integrante de CNCO, él es mi amigo.- Respondió, Erick.

No lo podía creer. Estuvé hablando con Zabdiel todo este tiempo y no lo sabía.

-Así que ella es la Abbie de la que me hablaban.- Dijo, Zabdiel.

Todos estábamos tan confundios, nadie entendía nada.

-¿Cómo se conocieron?- Preguntó, Erick, haciendome recordar que inicié mi chat con Zab por una aplicación de citas.

No Me Sueltes. -CNCO. Where stories live. Discover now