Epílogo.

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-La historia de amor de ustedes dos es demasiado hermosa, Abbie.- Ethan se paró de su cama y vino hasta mi encuentro.

-Ya sabés, nada es fácil pero tampoco imposible, Ethan.- Respondí, mirando a los ojos del niño, son los mismos que los de su padre.

-En serío, gracias por contarmelo todo, Abbie.- Ethan estaba agradecido por mi relato. Me había costado un poco contarle mi historia al hijo de mi esposo pero luego ya me fui soltando.

-No hay de qué, Ethan.- Le sonreí dulcemente.

La puerta de entrada se abrió y vimos correr a Erick, Abbie, las gemelas Sofía y Renata, Catalina y Lola.

-¡Niños!- Joel gritó a sus hijos y sobrinos pero estos tan solo le ignoraron y corrieron hasta mi encuentro.

-¡Mamí!- Erick vino hasta mis brazos, seguido por las hijas de mis mejores amigos.

-Tía, te extrañé.- Abbie inundó su rostro en mi pecho, me agaché para poder abrazar a todos estos hermosos niños que Dios nos ha regalado y ellos se abalanzaron encima mio. Soy muy felíz con ellos a mi lado.

-¿Hay espacio para mí?- Preguntó Erick.

-Sí, papí, ven.- Renata llamó a su padre y este me abrazó con todas sus fuerzas, luego se unieron Joel, Richard y Ethan.

-Oigan, oigan.- Chris había llegado de la entrada. -¿Y yo?- Preguntó, fingiendo que estaba molesto.

-Ya, ven, papí.- Erick llamó a su padre y ahora todos estábamos juntos.

Luego de unos minutos nos sepramos y nos miramos unos a otros. Los niños estaban adorables, mis sobrinas/ahijadas estaban vestidas con bonitos vestidos y mi pequeño Erick vestía un traje elegante y se veía tan adorable, luego mi niño mayorcito Ehtan tenía un traje que hacía que resaltara su cuerpo adolescente, no podía creer que ya tenía 14 años, parece tan solo ayer que era sólo un bebé, cuando lo conocí era tan hermoso y aún lo es, luego mis hombres que viven en mi corazón. Mi mejor amigo Erick y Joel iban de la mano y tenían trajes, luego Richard estaba con su pequeña Catalina en brazos y Christopher estaba más hermoso de aquella vez en la que le conocí.

-Abbie, estás hermosa.- Suspiró Joel.

-Muy hermosa.- Christopher me tomó de la cintura y atrajo su cuerpo hacía el mio.

-Gracias.

-¿Ya nos vamos?- Preguntó Joel. -Espero no olvidar nada, niñas, tomen las flores.- Las damas de honor tomaron las canastas de flores de Joel muy emocionadas.

-¿Cómo vas con el embarazo, Abb?- Preguntó Erick, mirando mi vientre. -Veo que ya está creciendo la sobrinita del tío.

-Bastante bien, pero creo que falta poco, los dolores son más fuertes cada vez.- Respondí.

-¿Ya pensaron nombres?- Preguntó Richard, mientras todos ibamos hasta la entrada.

-Sí, Fátima, no sé porqué pero me encanta ese nombre y cuando se lo dije a Abbie ella aceptó en ponérselo a la bebé.- respondió Chris.

-Será una niña hermosa.- Dijo Joel.

-¿Quién será el padrino?- Preguntó Richard, apurado.

-Como mejor amigo de la madre, obviamente que yo.- Respondió Erick.

-Tú ya eres padrino del Erick y encima Abbie le puso tu nombre, ahora me toca a mí.- Burló Joel a su esposo.

-Abbie cumplió su promesa, dijimos que a nuestros primeros hijos les pondríamos el nombre del otro y ambos seríamos padrino y madrina.- Erick estaba felíz y un poco triste.

No Me Sueltes. -CNCO. Место, где живут истории. Откройте их для себя