Capítulo 23 : El infierno me esperaba.

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Desperté y podía sentir los rayos de sol iluminando mi rostro. A mi lado, estaban Evaluna y Emilia, habiamos decidido hacer una pijamada.

Emilia conoció a Johann y luego de eso a nosotras.

Me sentía tan mal por tratar de olvidar todo con otras cosas y luego volver a embromarme y salir corriendo otra vez. Así era mi vida después de todo.

Papá me deja de querer y busco el amor en otras personas y cuando los problemas vuelven me alejo y busco a otros. Me siento una cobarde por ello.

-Buenos días, Abbie.- Evaluna se acababa de despertar, frotaba sus manos en sus dos ojos café.

-Hola, Evaluna.- La saludé con una sonrisa.

-Ayer nos divertimos tanto y ahora estoy tan cansada...- Suspiró.

Recordé nuestra pijamada luego de la fiesta de Ricky. Fue increíble.

Cuando Emilia se despertó, que nos costó conseguir aquello, decidimos bajar a desayunar con la familia Montaner.

Ricardo, su esposa y los hermanos Montaner nos habían recibido muy bien con unas tostadas y café mañanero. Confieso que detesto el café y no sabía cómo decirles que no podía tomarlo.

-Mau, a Abbie no le gusta el café.- Le dijo amablemente su madre.

-Lo siento, no lo sabía...

Al parecer me conoce mejor que mi propio padre, porque además de darse cuenta, me preparó un batido de fresa...me sentía la consentida.

-Muchas gracias, señora.- Le agradecí con una sonrisa.

Luego de comer todos juntos, contando anecdótas divertidas y pasarla bien en la mañana del día de acción de gracias, la familia volvió a los quehaceres del hogar ya que tenían que prepararlo todo.

Evaluna, su mamá y yo nos quedamos en la cocina, ayudando a la señora a limpiar los platos que habíamos utilizado en el desayuno.

-¿Alguién ha visto a Camilo?- Preguntó Evaluna, preocupado por su prometido.

-Sí, él está en el jardín meditando, se levantó muy temprano y ayudo a Mau a preparar la comida, aunque no comió con nosotros.- Le respondió la madre.

-Iré a buscarlo.- Insistió mi nueva amiga.

La señora y yo nos quedamos solas en la cocina, ya sin platos que limpiar y con ganas de saber más de la historia que nos enteramos ayer.

-¿Hablaste con tu padre?- Me preguntó, un tanto nerviosa.

-No, todavía no.- Fue mi respuesta.

-Hoy lo llamaré y hablaremos las dos, si es que quieres, creo que ambas merecemos una explicación.

-Sí, es una buena ídea.- Asentí.

Justo en ese momento recordé algo. Algo muy importante que había olvidado todo el día.

¡Es el cumpleaños de Christopher!

No sabía que hacer. ¿Le podría mandar un mensaje diciéndole Felíz Cumpleaños y todo olvidado?

No. No podría.

-Invite a los chicos de CNCO a la casa, cenaremos con ellos en el día de acción de gracias.- La señora me dió una excusa para ver a Christopher.

-Hoy es el cumpleaños de Chris.- Le conté a la mamá de mis amigos.

La mujer me miró con sorpresa y cierto terror.

-Debemos prepararle un pastel, Abbie.- No quería pero lo debía hacer. -¿Cuál es su sabor favorito?

-A él le encanta de chocolate, aunque come de todo.- Respondí.

Dije alejarme de él y ahora le prepararé un pastel, por favor.

Estuvimos unas dos horas pendiente a la cocina hasta que el pastel salió del horno y luego lo dejamos sobre la mesa. Advertimos diversas veces a los hermanos Mau y Ricky que tenían prohíbido tocar el pastel.

La señora ordenó a los empleados que preparen con los adornos de anoche una fiesta o un buen ambiente para pasarla increíble y luego de eso, nos fuimos a alistar.

-Te prestaré un vestido rojo que tengo, sé que te quedará hermoso.- Evaluna revisaba su closet en busca de aquel vestido. -Claro, si es que quieres.

-Por supuesto que sí.- Le sonreí.

Evaluna me sonrió y continuó con su búsquedad.

-¡Lo encontré!

Evaluna sacó del closet un vestido rojo, largo y por lo que ví, pegado al cuerpo.

Fuí al baño y abrí la ducha para llenar una tina gigante. Me recosté y cerré los ojos para relajarme un poco. Demasiado estrés. Al salir de la tina me pasé crema hidratante para no tener la piel seca y luego salí envuelta en una bata, donde Evaluna se ofreció a maquillarme y vestirme.

Me puso el vestido y luego para lucir fresca me pasó un poco de maquillaje.

*
*
*

Estaba nerviosa.

La señora nos había avisado que los chicos ya estaban en la casa y eso me herizaba cada vello de mi cuerpo.

-¡Hola, chicos!- Entró, Erick, mi mejor amigo.

El infierno me esperaba.

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Hola, chicxs!
Sí, este capítulo no es muy divertido ni nada interesante, pero estuve muy ocupada últimamente y no tenía tiempo y por eso tenemos este capítulo algo extraño. Lo estuve escribiendo toda la semana, un poco cada día siempre que tenía tiempo, pero por ello, como en la mañana del día de hoy estoy desocupada voy a escribir otro, quizás.

Felíz navidad o noche buena!
Que reciban todo el amor del mundo y la pasen de díez. También coman mucho, mucho.

¿Están emocionados como yo por la navidad? Papá noel o Santa (como le digan en su país) al fín me va a traer a los chicos. Los pedí como regalo y él me los va a traer ahre ya quisiera.

Jajajaj, felices fiestas a tod@s!

No Me Sueltes. -CNCO. Where stories live. Discover now