Capítulo 40 : El cuarto misterioso.

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Papá nos había preparado dos habitaciones distintas a Chris y a mi. Y sí, el típico padre sobrepotrector.

Esperé a que todos en la gran casa estén dormidos y abrí la puerta de mi habitación y fuí hasta la de Chris, tratando de hacer silencio.

Llegué a su puerta y entré sin tocar ya que comencé a escuchar un ruido proveniente de abajo. Alguién estaba subiendo las escaleras y me descubriría en la puerta de Chris.

-Abbie, tú quieres que tu padre me mate, ¿no?

Estaba tan acostumbrada a dormir con él que ya no podía tolerar el hecho de una cama para mi sola.

-Chris, no puedo dormirme.- Dije, sentándome en su cama.

-Yo también te extraño, ven.- Dijo, acostándome a su lado. Tenía mi cabeza en su pecho y él se encargaba de besarla y acariciarla.

-¿Qué tal tu día?- Pregunté.

-Solo fuimos a verle a Riki y tuve que soportar las quejas de Erick, que no quería verle y que no lo soportaba.- Chris reía.

-Sí, ¿por qué tanto odio a Riki?

-Erick está celoso porque Riki y Joel tienen una gran química, pero es un buen tipo.

Continuamis hablando hasta que poco a poco fui cerrando mis ojos y me quede profundamente dormida.

***

Abrí mis ojos y sentí como alguién me tomaba de la cintura y se trataba de Chris. Tenía sus dos ojitos cerrados y estaba durmiendo muy tranquilo. No quería despertarlo pero debía irme a mi cuarto antes de que papá pase por allí y vea que no estoy.

Traté de salir del agarré de Chris y abrí la puerta de su cuarto y corrí a mi habitación. Me metí en la cama y comencé a ver algunas redes sociales hasta que alguién tocó mi puerta, me paré de la cama y la abrí, viendo a mi papá.

-Buenos días, papá.- Saludé.

-Buenos días, mi hijita.- Me saludó. -Chris y yo te estamos esperando abajo para desayunar, amor.

Bajé a desayunar con mi novio y con mi padre. Papá se sentó y comenzó a hablar con Chris, los dos estaban entretenidos y se habían olvidado de que estaba ahí presente.

-Abbie, tengo que ir con los chicos,- Dijo Chris parándose de la mesa. -más tarde paso por ti.

-Te acompaño a la puerta.- Dije. Quería darle muchos besos antes de que se vaya.

Papá se despidió de Chris y los dos fuimos de la mano hasta la puerta de entrada.

-¿Por qué no me despertaste?- Preguntó.

-Lo siento, estabas durmiendo y no quería despertarte.

-Tenía ganas de darte muchos besitos y tú no estabas a mi lado.- Dijo, haciendo un pucherito.

-Puedes darme besos en cualquier momento.- Dije, enrrollando mis brazos en su cuello, él puso sus manos al rededor de mi cintura.

-¿Por ejemplo?- Preguntó, mirando mis labios.

-Por ejemplo ahora.- Dije, mirando los suyos.

Chris se agachó un poco para estar a mi altura y envolvió sus labios con los mios. Metió su lengu adentro de mi boca y continuamos con aquel choque de labios.

-Te amo.- Me susurró.

-Yo también.- Dije, separándome de él, para dejar que se fuera.

-Por favor contesta tu celular así sé que tengo que pasar por ti, hermosa.- Dijo, subiéndose al auto.

-Está vez lo tendré conmigo.- Le sonreí.

-Nos vemos más tarde, amor.

Desapareció por la carretera y volví a ingresar a la casa. Papá estaba esperándome en la mesa.

-Es un buen muchacho.- Dijo. -Me cae muy bien.

-Él me hace muy felíz.- Dije.

-Y por eso me cae bien, Abbie.- Dijo. -Hija, ¿no quieres seguir viendo el cuarto de ayer?

Se refería al cuarto de al final del pasillo.

-Está bien, papá.- Asentí.

Papá me dió la llave de aquella habitación y permitió que viera y tomara todo lo que quisiera de allí.

Abrí la puerta de aquel cuarto extraño y comencé a abrir las cajas. Contenían albunes de fotografías de mi madre.

Ella estaba sentada en una roca y las olas del mae chocaban contra ella. Su cabello ondulado caía por sus hombros y su piel morena lucía más que nunca. Era una completa obra de arte.

Abrí otro albúm de foto y decía "Abbie". Al abrirlo pude verme a mi pero de bebé. En aquel albúm tenía tan solo dos fotos solas, las demás, en todas salían mis amigos Mau y Ricky.

Luego fuí más allá de las cajas y me encontré con un closet, al abrirlo había nada más y nada menos que ropa de mi madre.

Vestidos de telas preciosas por todos lados. No dudé y decidí probarme uno.

Decidí que me quedaría con aquel vestido y el albúm de fotos.

***

Había llamado a Chris para que pase a recogerme.

-¿Y esa sonrisita?- Preguntó, observándome mientras conducía.

-Descubrí algo más.- Dije. Quería saber cuál era su reacción cuando dijera lo siguiente.

-¿Y qué es?- Preguntó.

-Mau estaba enamorado de mi cuando éramos niños.- Su rostro paso a ser una sonrisa a una cara un poco amable. -Dije que de niños, puedes cambiar esa cara.- Choqué su hombro con mi brazo.

-Abbie, no juegues con eso o me matas.

-¿No me crees?- Pregunté, lista para sacar aquel albúm de fotos que tomé del cuarto y mostrarle a Chris la evidencia.

-Lo díces porque te gusta verme celoso, niña.

Me reeincorporé en el asiento y apoyé mi abdomen en él, me estire un poco para agarrar la caja que había tomado de la casa de mi padre y vi como Chris me miraba el trasero.

-¿Puedes dejar de verme?- Pregunté. -O chocaremos.

-Ese booty me tiene loco.- Dijo.

-Tú estás loco de nacimiento.- Reí.

Tomé la caja y me volví a sentar.

-Aquí tienes la prueba.- Dije, tomando el albúm de fotos.

Chris sacó la vista de la carretera de inmediato.

-Mejor las miras después.- Reí a carcajadas.

No Me Sueltes. -CNCO. Where stories live. Discover now