Capítulo 11

9 3 0
                                    


Adentro del coche la temperatura comenzaba a descender, haberle dado su campera anteriormente—tomando como hecho romántico—, ahora parecía una ridiculez, ya que ella llevaba unas capas más de ropa. La batería del Peugeot se había cagado, por así decirlo, lo tuvo con la emisora prendida a bajo volumen, para llenar un poco el ambiente. El aire caliente los mantuvo un poco felices.

Claudia negó hacer la denuncia, negó quedarse a dormir en su hogar, negó hablarle sin monosílabos, y rogo con su expresión que la dejara sola.

Fue una noche magnifica si hablamos de dormir con una postura rara, y el frio azotando tu cuerpo. ¡Estupendo!

Por el otro lado tenemos al recién despierto Nick, su noche estuvo de pelos.

Yo les explicó la receta del desastre. Ingredientes:

Una María sacada de onda al ver a su novio abrazando a Mariana.

Un Nick cansando de sus celos.

Lo batimos junto a las tres ratas que dejo suelta la morena y ¡Plaf! Tenemos a todos gritando y saliendo desesperadamente de la casa.

Nunca pudo pensar la disparatada que podía resultar su amiga. Ahora lo pensaría dos, tres o más veces al meterse con ella.

El reloj adornado con números romanos, indicaban que eran las once y media. Y su amigo no aparecía. Cuando había llegado vio en la mesa una nota "Volveré pronto. En la heladera esta la cena :). Gracias por avisarme que saldrías, :)"

Podía sentir la ironía de la última oración, ¿pero acaso él era su novia, mama o su perro para darle explicaciones? No, definitivamente no.

Sorbió de la bombilla. Los mates lo tomaba dulce, y nunca faltaba la yerba en la residencia. Agarro su celular y paso por sus redes, lo primero que le apareció fueron las noticias sobre un robo en una avenida, una golpiza a un joven a la salida de un boliche y la preocupación de la suba del combustible.

Siguió pasando hasta que se encontró con lo que estaba pensando, con títulos demasiados exagerados.

"Rata + Mariana= ¿Rariana?" "Plaga y no de la buena" "La rata se esconde de Macri perros"

Las redes tenían dos caras, y ninguna de ellas le agradaba a Nick y menos en este preciso momento.

1,2,... ¡A la mierda con el conteo! Escribió con resentimiento y euforia.

Nick Hernández

No sé qué tipos de personas son más idiotas, y ojala ustedes me ayuden.

A. El que llama la atención poniendo su día a día. Perdón pero a nadie le interesa que es lo que caga tu perro.

B. Los típicos que creen que las reacciones le hacen ganar dinero. Arruine tu sueño de ser influencer ¿no es así?

C. Los que meten sus narices comentado idioteces. Aporta tu opinión sin ofender a nadie.

Quisiera aclarar que en estos tres casos (hay mas) todos son pelotudos sin vida. Y yo me considero uno.

...

Después de dos horas apareció su querido amigo. Aparentaba no haber dormido muy bien, dejo las llaves en el adorno, no le dio pelota a Nick, continuando su paso hacia la heladera.

—Maravillosa hora para llegar ¿no te parece? —gruño.

No obtuvo respuesta, lo siguió pero justo en el momento que iba a recriminar otra cosa más recibió un portazo al estilo de un adolescente rebelde.

—¡Que maduro de tu parte Ricardo! Háblame cuando se te pase tu momento de diva, porque uo no me enojo fácil.

El picaporte se bajó, un pequeño movimiento demostró que el ruloso estaba abierto para hablar.

—Adivina quien quiso pasarla bien anoche y fue juzgado por llevar una sábana de disfraz—sonrió amargadamente. Se rasco la nuca y se apartó un poco de la puerta—. Quiero dormir un rato, una siesta de dos horas necesito.

Nick comprendió el pedido de Ricardo, levanto el mentón aclarando que lo vería luego.

Paso al otro ambiente del hogar, los silbidos de su celular eran tormentosos, lo sujeto y decidió colocarlo en modo avión.

A partir de ahora sería un hombre nuevo, basta de hacerse la cabeza por saber si perdió un seguidor, o si no ha subido una foto Instagram.

Indirecta Recibida (PAUSADA)Where stories live. Discover now