Capítulo 33

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Haber vendido la tostadora fue otra pésima idea. De vuelta tomo el cuchillo y corto dos rodajas de pan, la manteca en la plancha ya estaba a punto de derretirse cuando las coloco sobre ellas.

¿Qué más deberá vender para pagar un buen abogado?

Por una consulta te fajaban y dependiendo cuan complicado estaba el asunto también.

Sabe que debe hacer las paces con sus hijos, sí o sí.

...

Cortar, abrir y reponer. Teclear, verificar y pagar.

Es una rutina divertida si le ponen toda la onda posible, pero el día recién comienza. Hernández tiene una mala cara, el estómago totalmente vacío y unos pensamientos que no paran desde hace noche.

Esta desquiciado, en cada oportunidad imagina a María, como se daría su conversación y como ella se burlaría por usar un uniforme que no es de su talla, porque en realidad le quedaba muy pequeño.

—¡Nico!

—¿Qué? —Al no escuchar respuesta giro sobre su propio eje, no había nadie a sus alrededores—. Eh, ¿me llamaron?—formulo.

Con el pequeño aparato entre sus manos recorrió góndola por góndola y nada. Termino dándose por vencido, le busco solución al problema, de seguro fue algo disparatado, el ambiente esta silencioso es normal flashear ruidos. Al menos que haya un...

¡Fantasma!

—Hernández—llamó el señor Niuniu—, ¿estás bien, hijo? Te estuve llamando.

—¿E-en que momento? Yo...—tres veces soltó aire por la boca y relajo la mandíbula—. No he dormido bien, perdone.

—Necesitas tomar un café y sonreír—los pulgares se ubicaron en los extremos de las comisuras de sus labios y se elevaron hacia arriba—. Hermosa sonrisa. Ahora vuelve a marcar los precios y concéntrate.

Recién son las siete de la mañana.

...

Su turno acabo a las tres y media de la tarde, el chofer del Uber esta vez lo hizo subir en el lado del copiloto. Es una estrategia para no llamara la atención de los remiseros. Pagó y bajo del coche, con la mochila colgada en su mano izquierda ingreso a la pizzería.

—Buenas, buenas—saludo una de sus compañeras—, nos vuelve a tocar juntos y espero que estés atento, eh.

—Espero que así sea—finalizo para avanzar hacia la cocina, se encontró con Darío riéndose con ¿Teisen?—. ¿Interrumpo algo?

Los dos volvieron a alejarse, y para mantener su imagen de que no se soportaban, nunca volvieron a bajar la guardia, al menos por hoy.

—En dos días tengo una reunión con Soto.

—¡Policía! Iuo iuo iuo—canturreo el cocinero.

—Solo les aviso, ya tengo el rendimiento de cada uno, pero escuche que van a despedir a los más nuevos—Nick trago saliva cuando la "Bestia" lo observo—. Tenes bastante desventajas, y no tienes un punto a favor al ser conocido de su hijo.

—¿Quién sería amigo de ese falso? —respondió el menor de los tres—. Además ya me conseguí otro trabajo.

Teisen decidió ya no hablar y el restante continuar estirando la masa. Hernández avanzo hacia el perchero y tomo el uniforme.

Hay que salir como un héroe.

...

Cuando término el turno de la noche del comercio chino, ya ni siquiera sentía sus piernas. Durante el transcurso al departamento, masajeo la zona en suaves movimientos. Solo consiguió calambre y más calambres.

El chofer del Uber observaba desde el retrovisor algo nervioso, alguien lo estaba siguiendo.

Nick al bajar saludo motivado a un par de vecinos y termino por introducirse al edificio. Este tiene toda esa fachada que te hace pensar que si lo que brilla son incrustaciones del diamantes o del algún material valioso. Aunque por asamblea habían decidido que el ascensor sería solamente utilizado por diez personas con problemas para caminar, aprovecho que nadie estaba ahí y lo tomo, marcando el número de piso correspondiente.

Finalmente se abrieron las compuertas, otra vez nadie en el asecho así que con la mochila hacia adelante del pecho saco la llave y la giro dos veces en la cerradura.

Lo primero que haría es sacarse esos apretados jeans y darse un buen baño caliente que dure por lo menos una hora.

—Amigo—saludo Ricardo—, hoy prepare una cena para tres.

—Mmm. ¿viene tu viejo? —se recostó en el sillón y con retos del individuo no quiso bajar los pies arriba de la mesa—. Estoy destruido.

—¿Y? Hoy vas a tener que ser mi chaperón como esas pelis yanquis.

Indirecta Recibida (PAUSADA)Where stories live. Discover now