Capítulo 16

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Los días soleados comenzaron a aparecer en la ciudad. Nick se encontraba agobiado con la jornada de trabajo. Atendió alrededor de diez familias, y aunque ya se estaba quitando el uniforme seguían clientes por recibir, se acercó a una mesa y sonrió.

—Sean bienvenidos ¿Qué desean almorzar?

El hombre del lado derecho parecía ser el encargado de elegir en el menú, los demás estaban atentos a una carpeta de documentos. La campana de atrás se hizo escuchar, levanto inocentemente la mirada, en la puerta aguardaba su ex con otro sujeto. Anoto rápidamente con letra de doctor el pedido del cliente, con largos pasos se dirigió hacia la cocina. Esta vez Teisen se encargaba de amasar, y Darío en controlar la pizza y colocar los ingredientes sobre la pre-pizza con sumo cuidado tratando que ninguno se viera desordenado.

—¿De qué es el pedido?

Nick se encontraba atrapado en una nube, observo el papel pero para él se trataban de garabatos, ni se dio cuenta que Teisen mancho su remera al apoyar sus dedos, frunció el ceño y luego achico sus ojos para leer.

—¿Fugoneta? —regreso a su lugar y volvió a trabajar en la masa—. ¡Anda con los pajaritos en el aire!

—Mi turno ya termino—reacciono Nick.

—¡No! Claramente no. Santiago no ha llegado y nosotros no podemos encargarnos de las órdenes.

Tenía la mejor con el adolescente pero últimamente estaba comenzando a llegar tarde y antes de irse inundaba la pizzería con perfume para que sus padres no notaran el olor a tabaco en su ropa.

Sin tener ganas de discutir con Darío, se colocó el uniforme tomándose demasiado tiempo, cerró los ojos fuertemente antes de regresar a tomar la orden, su caminata pareció ir en una aburrida cámara lenta.

—S-sean bienvenidos ¿Qué d-desean almorzar?

Mariana golpeo con el celular el brazo del muchacho, este saco el menú de su cara, se enfrentó con el mesero y luego siguió analizando la carta.

—¡Hey Nick!

Fue en ese preciso momento que quería huir de lugar. La rubia sonrió agradablemente y enredo un mechón con dedo mientras masticaba un chicle, hace una hora que lucía su nuevo corte de cabello que llegaba hasta los hombros, y su flequillo corto.

—Umm... Hey ¿Hola?

Empezó a notar sus músculos tensarse, como debía reaccionar.

¿Por qué ella le estaba hablando tan amistosamente? ¿Por qué el mundo justamente hoy conspiraba en su contra? Fueron algunas preguntas que surgían por su mente.

—¿Qué desean almorzar? —volvió a preguntar.

—La pizza del día, una Coca-Cola grande y esos cupos de descuentos para cuando venga la próxima vez. ¿Este lugar también tiene eso del 2x1? —asintió—. Oh bien, quiero la promoción. Eso es todo mesero.

Antes de darse vuelta, comenzaba a olvidarse del pedido, el chico había hablado demasiado rápido. Comenzó a recordar palabras claves y trato de recordarlas.

—Su pizza ya se será entregada, espere en la mesa, en un momento le llevare el vino que pidió—contesto cuando un regordete señor lo detuvo.

—No, nada de eso. El baño está tapado y no se puede soportar el olor ese. ¡Puaj!

—Mandare alguien—paso por su lado y llego a la cocina, dejo descansar su cuerpo en el pequeño banco—. Pizza vegetaría y uno de ustedes debe desatapar el baño y desde ya boludos, no iré ni en pedo.

—Ay, no sé. Yo tengo las manos en la masa y sin Darío las pizzas se queman.

—Hablando de pizzas, hay dos que ya puedes ir llevando—él de corte militar se giró y suspiro de cansancio—. Estoy sofocándome, abriré una ventana y luego sigo, por lo tanto Nicolás...

—Nick—corregido.

—No, tu eres Nicolás Ignacio Hernández, como lo dice tu curriculum—el aniversario rodo los ojos—. La sopapa está en el almacén con las demás artículos de limpieza.

—No puedo, yo me iré lo lamento—se quitó el guardapolvo y lo lanzo—. Mi turno ya acabo hace más de media hora.

Darío se limpió las manos con una rejilla y avanzo hacia los hombros de Nick y empezó a masajearlo. El apodado "La Bestia" aguanto una risa además de un comentario inofensivo.

—Uy, sí que estas tenso. Cierra los ojos—ordeno y Nick obedeció sin reprochar—. Dime la razón de tu estrés.

—¡Gurú! —grito Teisen.

—Ya cállate, quieres que te recuerde que hace un par de noches fui a darte unos buenos masajes—jugo con sus cejas y pidió silencio—. ¡Grítalo!

—Ahí afuera se encuentra mi... ex y no tengo ganas de sentirme incómodo. Yo...yo tengo que irme.

Se separó del contacto, y recogió su mochila del mostrador. Al salir de la cocina los clientes se tiraron sobre el quejándose. Paso empujándolos suavemente ignorando los gritos de las personas. Salió de la pizzería y se colocó su campera. A lo lejos, venia caminando Santiago hablando por el celular, el adolescente lo saludo.

—Hay problemas en el baño, debes dejar dos pizzas en la mesa donde hay una junta ejecutiva y a la mesa donde se encuentra una abuela con su nieta. También la joven rubia de allá—señalo—, quieren la pizza del día, por lo cual es la vegetariana con remolachas.

Tardo en procesar el adolecente y luego sonrió.

—Ella es muy bonita. —Nick lo golpeo en el hombro sin medir su fuerza con el escuálido chico—. Ah, ya entendí debo atenderla como una reina. Tu reina—le guineo el ojo y termino entrando al local.

Fue la primera vez que termino sonriendo naturalmente en el día.









Tremendo bloqueo tuve al escribir. 

!Hey nuevo capitulo, disfruta la lectura!


Indirecta Recibida (PAUSADA)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum