Capítulo 28

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El velorio se llevó a cabo el día siguiente, había una gran cantidad de familiares de la joven, no podemos decir lo mismo de amigos. María era conservadora y carecía de empatía, pero nadie se atrevería mencionarlo justo ahora.

Su mamá se olvidó de la apariencia elegante del clan Fernández que suelen demostrar. Los parpados hinchados y ojeras son parte del conjunto de ropa deportiva oscura. En cambio su marido fue el que tuvo que impedir el paso de la angustia, y hundirse a pleno con cada decisión fría que debía tomar para que el velorio salga perfecto tal cual como lo hubiese querido María.

Ricardo leía de nuevo el último que le dejo a Claudia en WhatsApp.

"¿Cómo amaneciste?"

Este fue enviado a las nueve y punto de la mañana y continuaba sin ser coloreado por las tildes celestes. Le preocupa muchísimo que algo haya pasado, aun mas sabiendo que ayer la acompaño hacer la denuncia por violencia de género en la comisaria. La única respuesta ofrecida es el botón de pánico. El aparato una vez accionado, emite una señal hacia la estadía policial para que envíen un móvil. En la mayoría de los casos lamentablemente se llega tarde.

Por esa razón Ricardo vive pendiente de ella, nada quiere que le suceda.

Distrajo la vista del celular para abrir enormemente los ojos.

Un escándalo total.

Nick acababa de llegar con la misma ropa que el otro día, pantalones grises y una remera negra mojada, sus pies están descalzos y el cabello... un desastre. Se acercó tambaleándose a Cata y la abrazo de una forma inesperada obligándola a recuperar el equilibrio por los dos. Los presentes los miran con bronca y asco.

—H-hermanita—entono sarcásticamente—. Creo q-que estoy... mal. Si mucho.

—Nicolás.

Martins comenzó a dirigirse hacia ellos y cuando lo vio le costó reconocer a su amigo. Nunca en estos años de compartir jodas lo había visto de tal forma destructiva.

¿Qué sintió?

Culpa y lastima.

—¿Haz bebido?—prosiguió la mayor.

Ni siquiera debía contestar ya que el estado es obvio. Cata observo a Ricardo y con un movimiento de ceja aclaro que lo mejor era salir de la sala velatoria, los dos empezaron a empujarlo y el menor no resistía las ganas de decir incoherencias. Como última opción lo obligaron a trastabillar, el objetivo era que terminara sentado en la superficie de cemento, pero ocurrió lo contrario, impacto en sus rodillas gravemente.

—Hijo de p...

Los recuerdos alcanzaron con rapidez su mente, los ojos fueron inundados de lágrimas y su mano transformada en un puño para golpear con todo el suelo.

—¡Tranquilo!—Cata intervino antes de que el cuarto golpe se lanzara. Acaricio su cabello, eso siempre lo tranquilizaba—. Iremos a casa y te darás una ducha.

—N-no—con ayuda fue incorporándose y movió la cabeza hacia los costados—. No—repitió.

Para Nick la mierda de un caballo lo tiraron sobre su cuerpo, nadie podía tener tanta mala suerte como él. Intento ser preciso con lo que siente, en primer lugar frío, lo sigue la resaca y por ultimo las intensas ganas de vomitar. Flexiono las rodillas y escucho como sus tripas gruñían.

—¿Te encuentras bien?—imito la posición de Hernández y de vuelta pregunto—: ¿Estas bien?

En serio quiso advertirle, pero él ya no tenía el control.

Indirecta Recibida (PAUSADA)Where stories live. Discover now