Capítulo 12

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Ambos se encontraban cenando, estos ya se habían puesto al día. Por el momento Ricardo contenía su risa mientras movía ágilmente los pulgares por el celular.

—¿Escuchaste el audio de la cheta de Norderta? ¡Épico amigo!

Pincho el trozo de milanesa y con el ceño fruncido lo llevo a su boca, lo mastico con cierto fastidio, tanto que no pudo evitar morderse la lengua.

—Oh, me olvide que dejarías de usar las redes sociales—agarro el salero y lo dirigió hacia sus labios antes de darse cuenta de que no era su vaso—. Suele pasar—rio.

—Escuche por la televisión que habrá una fuerte tormenta los próximos días ¿y sabes que es lo fabuloso?

La respuesta que recibió fue un intenso silencio, el de descendencia china seguía sumergido en su celular. Contuvo un rato una sonrisa demasiada forzosa, Nick.

—Encontré mi reloj, estaba detrás de...

—¿Humm? ¿Me hablabas? —levanto la mirada y apago la pantalla del móvil, a continuación comenzó a comer la ensalada rusa—. Dicen que...—trago y tomo un poco de gaseosa—, harán paro nacional y esperan que se sumen los gremios de distintas áreas.

Hernández lo miro incrédulo.

—¿Humm? ¿Me hablabas?

...

Y como lo había dicho el castaño, en la ciudad amaneció lloviendo. Observo por la ventana, personas se tapaban con sus carpetas, carteras o lo que tuvieran en la mano con solo cubrir una pequeña parte de su cabeza, y en otro lugar, estaban los preparados para la ocasión, con sus elegantes paraguas.

—Agh, ni saldré para a la universidad—dio un sorbo a su café, giro sus pies descalzos hacia el sofá, se sentó y prendió la televisión—. Ricardo, tu padre está hablando.

—El dueño del comercio chino, asegura que los que entraron a robarles, son los vecinos de acá a la vuelta—la veterana mujer, cubría su nota periodística, envuelta en un gran traje amarillo. Pequeños temblores ella quería disimular moviéndose de un lado a otro—. ¿Qué es lo que piensa?

—Desle ia le dijo que la camala de segulidad no miente. Pantalones azul y remela del equipo de Boca, ela lo que usaba—mostro una hoja fotocopiada con las características del hombre—. Obselven bien, si no me clen.

La mujer miro incomoda la cámara, sin saber qué hacer. El padre de Ricardo había desaparecido adentro del local llamado "Secreto Ancestral", que había comprado con la herencia de su padre, su ubicación era en una esquina donde las últimas semanas se habían registrado más hechos de seguridad. La semana pasaba habían apuñalado a un hombre de cincuenta años por ajuste de cuenta.

—Aun la policía no pudo identificar a los ladrones, y siguen la investigación de un grupo de jóvenes menores de edad, muy conocidos en la zona. Seguiremos con el ca...

—Aquí encontle el collal de uno de ellos—lo paso en frente de la movilera.

Se trataba de una cadena plateada común y corriente, pero para el señor Niuniu era el mejor indicio para culpar a sus vecinos.

—Seguiremos de cerca el caso—finalizo.

La mano de Ricardo ya se encontraba acercándose al plato, agarro una medialuna y la mordió.

—Deberiamos comprar mas para esta tarde—opino. Se limpio los dedos en su remera, y suspiro—. Es bueno no poder ir a clases, mi auto se ensuciaría, y si voy a un lavadero me arrancaría la cabeza ¡Oh si lo lavo tendré una multa!

Claramente Ricardo quería desviar las preguntas que su amigo le haría sobre su padre. Jugo un rato con su pierna moviéndola nerviosamente. Se rindió internamente, y dejó escapar el último aire de sus labios.

—¿Te gusto la actuación de mi padre con el acento? —pregunto tímidamente.

Mientras que Nick dudaba en dar su respuesta, tal vez por miedo a cómo podía ser tomada. Opto por decir lo siguiente:

—Es el mejor actor, Darín debe estar temblando en este momento—se sintió aliviado al ver la sonrisa del otro—. ¿Qué paso con la dieta? Es la segunda medialuna que te morfas.

Para ser más precisos fueron dos medialunas, un cañoncito de dulce de leche, y ahora iba a entrarle a la bola de fraile, arrinconada en la esquina del plato, como si supiera las intenciones de Ricardo.

Nick fue más veloz, y se la metió completa en la boca. Se le complico masticarla, pero al cabo de dos minutos—y con ayuda del café—, pudo tragársela.

Su amigo sintiéndose ofendido ante la situación, se levantó y llevo su celular a su pecho, paso a su habitación y marco el número de su padre. Siguió insistiendo, porque sabía lo inútil que era con la tecnología.

—Ajam... si arrastre esa boludez de botón verde... si, si—se escuchó algo en chino que comprendió que era alguna orden a su empleado—. Hola hijo, tanto tiempo ¿no?

—Hola, papá—frunció su ceño, arrastrando la "a" sin evitarlo. Se sentó y cruzo sus piernas—. Te he visto en la tele.

—Oh, si. Nos han robado hijo, menos mal que ninguno de los cuatros estábamos en el negocio ¿Te imaginas lo espantoso que hubiese sido? Ensima ustedes...

—¡Papá! —reto.

—Porque no vienes y hablamos mejor Ricardo.

Indirecta Recibida (PAUSADA)Where stories live. Discover now