16

152K 12.8K 2.6K
                                    

Es un día hermoso. 31 de diciembre, despedimos al 2018 y recibimos al 2019, ojalá no sea tan mierda como el pasado pero ojalá se pase igual de rápido.

¿Saben cómo sería bonito pasar el día? ¡En cualquier lugar menos encerrado en un maldito ascensor! No vuelvo a hacerle caso a Ashton.

—Te odio.

—Me quieres.

—No, estoy segura que te odio.

Estamos ambos sentados en el suelo del ascensor, según nos han informado el daño tardará varias horas y el pensar que le hacen algo a esta caja y puede caer me provoca pánico.

¡No quiero morir encerrada aquí!

—Mira el lado bueno.

—¿Cuál? —Pregunto enojada.

—Estamos los dos aquí. —Responde alegre.

—Yo quería una hamburguesa. —Bufo y me recuesto en su hombro.

Ya que ninguno tenia planes para la noche decidimos salir con sus amigos, comer algo e ir a algún bar. Ya no sucederá, ya se les informó que no saldremos de aquí.

Hubiéramos ido por las escaleras pero no, el señorito tenía pereza de bajar ocho pisos. Y pensaba que yo era perezosa, este chico me ha ganado.

—Cantame. —Pido acostándome en sus piernas.

—¿Me viste cara de Adam Levine o qué?  —Pregunta acomodando mi cabello.

—No, él está guapo. —Respondo y él hace cara de ofendido.

—Has roto mi corazón Mara. —Finje llorar y yo río.

Estiro mi mano y toco su cara picando sus mejillas.

—Mentiras, eres hermoso. —Digo, él me mira sorprendido y sonriendo.  —Ahora canta. —Rueda los ojos pero asiente y busca música en su celular.

Empieza a sonar la canción y río, Girls like you empieza a sonar. Él igual ríe pero empieza a cantar.

Lo miro mientras canta, lo hace horrible pero por lo menos con sentimiento, eso es lo importante. Es increíble el poco tiempo que ha pasados desde que lo conozco y lo bien que nos hemos llevado, en los dos años que duré con mi ex nunca fueron las cosas como con Ashton.

—Me siento muy observado. —Me saca de mi admiración a su rostro, rápidamente aparto la mirada pero pronto la vuelvo a posar en él.

—Eres lo más lindo para ver aquí, después de mi, claro está.

—Tú eres muy hermosa obvio. —Asiente y acaricia mi cabello delicadamente.

Silencio, bueno, está la música pero ninguno canta ya que la canción es un rap y a ninguno le sale.

Empiezo a creer que nos quedaremos aquí hasta la madrugada, dudo mucho que alguien nos saqué antes de las doce o durante las doce. Además no escucho ni voces ni ruido.

—Oye, nunca te pregunté. —Hablo y él frunce el ceño. —¿Tú que haces por la vida? —Me da penita pero nunca salió a tema.

—Trabajo dando clases de guitarra y en una juguetería. —Responde.

—¿Tocas la guitarra? —Pregunto sorprendida, en definitiva debo preguntar más.

Él asiente.

—Algún día me enseñarás. —Digo y él vuelve a asentir.

El chico del ascensor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora