18

146K 12.3K 2.9K
                                    

No me fastidies.

No me fastidies.

Por favor no me fastidies.

—Hola.

Puta vida, me fastidia.

—Buenas tardes, ¿en qué te puedo ayudar?

He sonreído más falsamente hoy que en toda mi vida.

Estoy de mal genio, no sé por qué estoy de mal genio. Mentiras, si lo sé, no me dejaron salir a almorzar.

—Linda, necesito chaquetas de cuero.

—Mi nombre no es linda, animal. —Le digo con lo último apenas audible provocando que ría.

Chaqueta de cuero, estamos como a 40 grados y el chico este quiere una chaqueta. Idiota quiere morir cocinado.

Le muestro las que hay y no es como si hubiera mucha diferencia. Se mide diferentes tallas y por fin se decide por una, por desgracia quiere comprar más cosas.

—Amaranta, sonríe. —Pide mi jefa desde la caja.

Imirinti sinrii, que sonría su trasero, tengo hambre.

Veo un cuerpo conocido, una cara conocida, una bolsa de comida conocida.

—¡Comida! —Exclamo llegando frente a Ash.

—Yo estoy bien, gracias por preguntar. —Rueda los ojos y me entrega la bolsa.

Miro a mi jefa, ella me mira y luego mi bolsa, es mi comida, que no la mire.

Me da permiso de ir a comer y casi quiero besarla pero no, está vieja, gruñona y solo me gustan los chicos.

—Eres el mejor. —Digo y muerdo mi hamburguesa.

Debo dejar de comer comida chatarra pero es tan rica que me es imposible, por lo menos bajo esto en el gimnasio.

Nos sentamos en una mesa y yo sigo feliz comiendo.

—Lo sé. —Dice orgulloso.

Entre Ash y yo todo sigue normal, no volvimos a nombrar el asunto del beso y no es como si yo en estos siete días estuviera pensando en besarlo, por supuesto que no.

A quien engaño, por supuesto que si.

—Mierda.

—¿Qué sucede?

Uh, lo dije en voz alta.

—Nada, solo que el día a estado muy mierda.

—Si, se pondrá peor. —Dice frunciendo el ceño y con la cabeza me señala detrás de mí.

No puede ser, el animal viene hacia acá.

Animal = mi ex.

—Muñeca.

—Animal.

Vuelvo la atención a mi hamburguesa y a mis papitas.

—Debemos hablar bebé.

—Bebé tu pene, yo me llamo Amaranta. —Veo a Ashton queriendo reír pero lo oculta comiendo una de mis papitas.

—¿Ahora sales con este tipo? —Pregunta y señala a Ashton.

—Eso no te importa animal, ahora shu que fastidias. —Respondo y muevo mis manos echandolo.

Él gruñe fastidiado, nos da una última mirada y se va enojado.

—¿Cómo se llama?

—Kevin.

El chico del ascensor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora