Capítulo 24

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Neo

Me duele tanto el estómago de reírme que con esfuerzo logro estacionarme en casa.

—Te lo digo en serio, lo dejaron desnudo en medio del campus.

Alejandra ríe con fuerza nuevamente. Me está poniendo al día de lo que le ha sucedido en la universidad. Desde que la recogí hace poco más de media hora no hemos parado de reír por cualquier tontería, como usualmente somos.

Apago el auto y salgo limpiándome las lágrimas de los ojos, rodeo el auto y abro la puerta para Alejandra.

Ella me sonríe y le correspondo. Me vuelvo y me congelo por un segundo al ver a Sarah junto con Athan mirándonos con cara de pocos amigos.

—Neo...

Me volteo a ver a mi mejor amiga que se ha quedado inmóvil y pálida. Sigo su mirada y Sarah tiene una expresión como si estuviera a punto de desmayarse. Doy un paso hacia ella por instinto, pero me detengo al cruzar miradas con Athan. Este me niega con la cabeza y pasa su brazo por la cintura de Sarah y la comienza a llevar dentro de la casa.

Estoy perplejo, no entiendo nada de lo que acaba de pasar.

Ladeo la cabeza mientras intento buscar una explicación lógica, pero al no hallarla solo tengo una forma de entenderlo. Me vuelvo a Alejandra que permanece en el mismo lugar solo que ahora su mirada está clavada en el suelo.

—¿Estás bien? —Me preocupa más verla en ese estado que mi curiosidad.

Ella vuelve su mirada hacia mí perpleja. Respira con fuerza como si hubiera estado conteniendo el aire todo este tiempo.

—Hey. —La abrazo y ella esconde su rostro en mi pecho.

Durante varios minutos solo paso mi mano por su cabello esperando que pase lo que sea que esté pasando. Athan se asoma en la puerta y nos ve de está manera. Con señas me indica que todo está bien con Sarah, asiento y el levanta uno de sus pulgares.

—Ale, ¿me dices qué sucede?

—No quiero hablar de eso.

Hace una mueca y respiro hondo, no puedo obligarla a hablar si no quiere, pero necesito saber que está sucediendo antes de que ellas dos estén frente a frente de nuevo.

—Vale, lo entiendo. Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea ¿ok?

Ella asiente contra mi pecho y la aprieto más hacia mí en un gesto protector. Es mi mejor amiga y la adoro, no me gusta que nada le haga daño, pero poco puedo hacer si no entiendo que pasa.

—Puedo pasar por el baño antes de ver a los demás.

Asiento y la separo un poco por los hombros, levanto su rostro y observo que tiene los ojos brillosos por las lágrimas contenidas. Entorno mis ojos molesto, molesto porque no puedo hacer nada. Arreglo un poco su cabello con mi mano, hasta que estoy satisfecho con el resultado.

—Venga entremos, subiremos a mi habitación y ahí podrás arreglarte a gusto.




Dejo a Alejandra en mi habitación, era evidente que necesitaba un momento a solas. Esta era de esas raras ocasiones donde se cerraba por completo, hasta ahora solo había un tema con lo que se ponía de esa manera y eran sus padres, pero no veo que relación puedan tener ellos con Sarah.

Bajo las escaleras con la cabeza hecha un lio. El salón está vacío, miro a través de las puertas de vidrio a varios de los invitados y mis hermanos conversando sonrientes en el patio trasero. Busco con la mirada a una persona en específico, pero no la encuentro.

SAGA LUX II | El amor de NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora