Capítulo 31

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Neo

Quisiera decir que estoy tranquilo y que todo está en orden, pero no lo está. Estoy como un león enjaulado en este departamento. No puedo evitarlo no he salido de aquí desde hace más de una semana y por alguna maldita razón desde el día que vino Valerie, Sarah no me responde ni los mensajes ni las llamadas y siento que voy a comenzar a subirme por las paredes como no sepa de ella.

No tenía por qué ocultarlo así que ese día antes de que llegaran los hermanos le envié un mensaje contándole lo que sucedería. No estaba haciendo nada malo por lo que sentí que era lo correcto. Luego de que se fueron la llamé con la esperanza de poder hablar de lo sucedido, pero no respondió. Pensé que estaría en terapia o algo y lo dejé estar. Al día siguiente lo intenté de nuevo y pasó lo mismo, así día tras día.

Camino de un lado al otro por el balcón de la casa. Escucho a Athan en la cocina intentando preparar algo comestible, como si eso fuera posible, pero está de muy buen humor. No me ha contado nada de lo que sucedió en su reunión con Jonás, pero supongo que fue bien porque está más feliz de lo que lo he visto en mucho tiempo.

Escucharlo me recuerda que pronto será su cumpleaños y como sigan las cosas como están lo celebraremos aquí y no solo eso, pronto saldremos a la gira nacional y son tres meses en que estaremos de ciudad en ciudad. Regresaríamos con el tiempo suficiente para ultimar detalles de la boda de Apolo y Phoebe. Inmediatamente después de su luna de miel nos embarcaríamos en dos meses más de gira internacional. Eso quería decir que estaría fuera de la ciudad muy pronto y no veré a Sarah por mucho tiempo. Enloquezco solo de pensarlo.

Me apoyo en el barandal del balcón y veo la ciudad extenderse ante mis ojos, agradezco que el edificio sea lo suficientemente alto como para que alguien pudiera reconocerme desde la calle. Dejo salir un suspiro, uno de tantos que he soltado en estos días.

—¿Qué sucede, enano? —pregunta Athan a mis espaldas.

Dejo caer mi cabeza hacia atrás y lo escucho acercarse.

—Que necesito salir de aquí.

Sus azules ojos se posan en mí y sonríe. Se apoya en el barandal de la misma manera que yo estuve hace poco.

—Es extraño tener tanta paz —comenta.

—Sí, pero no es eso lo que me molesta. Es Sarah.

Esto capta de inmediato su atención. Se endereza y me mira con fijeza.

—¿Por qué? ¿Qué sucede con ella?

—No me responde hace días —confieso con pesadez—. No lo entiendo, pero no puedo hacer nada aquí encerrado. Necesito salir y hablar con ella.

Él ríe y lo miro mal, este momento es el más cercano a odiarlo que he tenido en toda mi vida.

—Solo dale un poco de espacio. Déjala que se acostumbre a su ritmo a este estilo de vida, ella no está acostumbrada a todo esto. No has hecho nada estúpido ¿verdad?

Ruedo los ojos y me dejo caer en una de las tumbonas.

—No he hecho nada. Solo hablar con Valerie y no tengo nada que ocultar al respecto.

—Sarah y tú se parecen más de lo que piensan. —Se ríe y se deja caer a mi lado—. Ambos piensan demasiado las cosas. Solo dale tiempo y algo de espacio.





Los hermanos Lux están reunidos en mi salón en este momento, hasta ahora no hubo tanto ruido como en este momento y como evitarlo si a los gemelos se les ocurrió traer más cerveza de la que podían cargar, Phoebe y Apolo trajeron un par de botellas de Tequila y Nix trajo vino. Todos están sonrientes y más ruidosos de lo normal.

SAGA LUX II | El amor de NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora