Cuarenta Y Dos

9.1K 604 139
                                    

Mientras más rápido, en momentos como estos, mejor. Era lo que pensaba mientras iba detrás de Rebecca.

No sabía si reírme de mí misma por la situación, aún estaba un poco distraída por lo sucedido en esa pared mágica y es que todo fue por una fracción de segundo. Guardé distancia entre las dos cuando nuevamente el celular sonó.

—Agente. —Escuché la voz de mi compañero—. Ya localizamos a los infiltrados y tenemos sus rastros.
Sabes qué hacer, déjales el trabajo a ellos.

—Muy bien.

—También contacté al agente James, él se ofreció para resguardar a la docente.

—Gracias, eso es importante.

—Y cambiando de tema, ¿viste a tu amigo?

Jonathan era de los pocos que conocía la historia de mi mejor amigo, de hecho, el agente era el único, después de Mateo, que lo consideraba un amigo.

—Sí, Tj. Todo va bien, solo deseo que este día termine.

—West, cuídate.

—Claro, hay trabajo por hacer —dije cortando el tema.

La preocupación que él tenía hacia mí no era más que la de un hermano mayor, pues ya tiene una familia grande. Los conozco por foto, no es necesario conocer a una familia especialmente de seis integrantes. Suficiente con el cabecilla. Mas en el fondo, me alegraba tener a alguien en mi equipo. Es la idea de saber que en realidad sí tienes a alguien de tu lado que en serio quiera estar. Con el que se puede confiar. Nunca es bueno estar completamente solo. Mamá no me habla y Mateo no sabe de mí ni siquiera ha intentado contactarme este día, mi jefe es un gruñón y tengo un trabajo encima de mis hombros. Estoy jodida y realmente lo que deseaba era que este día termine.

—Fui a hablar con la internada. Todo resulta en su contra ahora.

—¿Por qué lo dices?

El tema se tornó sumamente interesante y provechoso, pero no podía olvidar que hay una mujer curiosa cerca. Tenía que alejarme. Así que, sin dar explicación, fui a un lugar desolado.

—La señorita Castillo en su primera declaración dijo que estaba pasando por allí porque había quedado con su mejor amiga, investigamos el hecho.

—Es falso —contesté enseguida.

—Exactamente.

—Cuando yo la interrogué había mencionado que salió a comprar comida para un almuerzo. —Escuché un chasquido en la otra línea.

—Hicimos revisión de cámaras de águila por la zona donde dijo haber estado y no hallamos su presencia —dijo serio—. En conclusión, hoy no quería que la interrogaran por última vez, estaba muy nerviosa. Demasiado, como si no supiera qué mas decir.

—Joder, lo que faltaba. ¿Pero lograste sacarle algo? ¿Esta niña está protegiendo a alguien?

—Los padres parecían muy preocupados por su estado y nos dijeron que mañana podremos ir nuevamente con calma, según ellos, los medicamentos afectaron a su hija. Y si me lo preguntas, estoy seguro de que está protegiendo a alguien.

—Tienes que ponerla en la lista de sospechosos enseguida, mañana iré yo. No sabemos si en realidad está con los traficantes o es una víctima, no sabemos qué función cumple. Esta niña nos tomó el puto pelo desde el principio.

—Por ahora, encarguémonos de conseguir más datos y tú no irás, el jefe tendrá un ataque al corazón.

—Ese viejito debe ya jubilarse. —Masajeé mi cien para tratar de calmarme, un dolor intenso empezó en la parte trasera de mi cuello—. Necesito descansar, llevo días que no duermo nada. Espero que hoy...

Alguien Tenía Que Aprender.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora