Capítulo 36

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Lydia Osbone25 de mayo

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Lydia Osbone
25 de mayo

5:00 pm

Querido Jace: 

Gabe es más que fuerza bruta. Cada vez que lo encuentro con su mirada perdida en algún punto en la nada, confirmo que ahí hay mucho más que un hombre con músculos deformes. Él es fragilidad, solo que está escondida dentro de su actitud narcisista.

Si tan solo se pusiera menos a la defensiva, o si tan solo me mirara de la forma en la que mira a la nada...si tan solo viera en el espejo justo ahora, él no estaría tan obsesionado con ser fuerte

Porque me agrada como se ve en este instante, siendo frágil. Este Gabe se ve mejor que el Gabe que solo es fuerza bruta.

🌻

Los mejores recuerdos de Gabe Bacher tenían sabor a agua salada. Las playas de su ciudad lo acompañaron durante todos esos veinticinco años que llevaba respirando, y estaba seguro de que las sonrisas más grandes que había esbozado se formaron mientras surfeaba. De niño, recorrió tantas olas como le fue posible. Aprendió a dominar el deporte hasta enamorarse de él y de los atardeceres que logró ver montado en su tabla. Su pasión en aquel entonces fue tan grande que incluso consideró en volverse un profesional. 

Pero abandonó el mar no mucho tiempo después.

Cuando Donovan abandonó California, su mejor amigo abandonó su tabla de surf pues debió protegerse de los bravucones que aprovecharon la ausencia de su protector para molestarlo. Fue en ese momento en el que Gabe reemplazó las olas y el agua salada por unas pesas. Justo en ese momento, decidió que ser fuerte debía ser su prioridad. Así, el surf se transformó simplemente en eso: un recuerdo.

— Hey, fenómeno — lo llamó Linda, devolviéndolo a la vida real —. ¿te encuentras bien?

— Si, ¿por qué preguntas? — cuestionó él.

— Pues, es que estás muy callado — notó ella —. No has hablado de ti en quince minutos y comienzo a preocuparme...

— Calma, solo estaba pensando.

— Uh, duele la primera vez pero te acostumbrarás con el tiempo — bromeó Cloe, que estaba sentada junto a él en la mesa que siempre escogían en Palms —. Solo no fuerces mucho a tu cerebro, narciso. A diferencia de tu cuerpo, no está acostumbrado a tanta actividad física.

— Ja, ja, ja ¿Quién lo diría? Me conseguí a una comediante en lugar de a una casamentera. Ahora entiendo porque sigo soltero.

Cloe soltó una carcajada ante el sarcasmo de su narciso. Cerró a Jace antes de terminar de escribir su opinión sobre el Gabe frágil, aquel que se perdía a menudo en la nada y que soltaba sonrisas como esa que le estaba dedicando en ese momento. Cada vez, la casamentera y el narciso se sentían mejor con su amistad. Él se olvidaba de todo cuando estaba junto a ella, cosa que terminaba por detestar ya que lo consideraba debilidad. No obstante, no podía evitar buscarla. Se había acostumbrado a ser frágil por Cloe Nicols

Narciso || P.E #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora