Capítulo 63 (Parte 1)

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1 semana después

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Bajo un cielo deprimente (Parte 1)
1 de Octubre

1:00 pm

El cielo en L.A estaba tan triste y apagado como lo está esta historia en este momento. Las nubes quedaron pintadas de un color tan gris que opacaban cada trozo de color azul tras ellas. Aunque eso era mejor para todos. Después de todo, ese azul era tan oscuro que solo los hubiera deprimido mucho más.

Se escuchaban truenos a lo lejos, lo que indicaba que el pronóstico del clima de esa tarde no mintió: se avecinaba una gran tormenta. Incluso el mar se quejaba de ello contra las rocas de la orilla. Las golpeaba, ahogando gritos desesperados en la espuma de las olas que parecían no tener fin. Te diría que ese día fue el más feo de todos, pero resulta que he visto peores.

Siempre pueden haber peores.

El clima era horroroso, pero eso le importó poco a Sanne en el momento en el que decidió salir a buscar a un hombre que se veía incluso peor que el deprimido cielo y el rebelde mar unidos. Aviv no pesaba demasiado, pero ella lo sintió como peso muerto mientras lo ayudaba a pasar por la puerta de su apartamento. Él caminó con toda la estabilidad que el alcohol y la tristeza le permitieron ¿Cómo había conseguido llamar a Sanne para que lo buscara luego de tantas copas? No lo sabía, pero agradecía tenerla de apoyo en ese momento.

Sentía que una fuerza invisible intentaba empujarlo constantemente hacia el suelo.

—¡Joder, Aviv! —Sanne lo sujetó con más fuerza al ver que comenzaba a tambalearse aún más —. Al menos intenta mantenerte de pie.

—Lo siento...

Arrastraba las palabras al hablar, aunque hablar ya había perdido el sentido para él varias copas atrás. Estaba más calmado; cuando Sanne lo encontró estaba llorando sin control fuera de un local. Entre balbuceos, llegó a decirle que había intentado caminar hacia su apartamento, pero como no llevó a Loto se había perdido. No quiso revelarle la verdadera razón de sus lágrimas, aunque Sanne ya la sabía.

Ella se había convertido en la razón de muchas lágrimas esos últimos siete días.

De alguna manera, Sanne logró guiarlo hasta el sofá. Sin perder tiempo, buscó un vaso de agua en la cocina y se lo entregó. Él lo tomó lento, sin ganas; el agua no lo hizo sentir mejor.

Verlo daba lástima, o eso se dijo Sanne a sí misma a pesar de que se prohibió pensarlo. Su cabello caoba estaba desordenado, su ropa desarreglada, apestaba a alcohol y tenía una barba desaliñada de varios días. Ese no era Aviv, era alguien con un corazón roto nadando en bebidas fuertes. Era una imágen incluso más triste que el cielo gris y deprimido que se mostraba desde la ventana.

—¡Loto! ¡Amigo! —exclamó él tras escuchar los ladridos de su fiel compañero. El labrador corrió hasta sus brazos, contento de verlo de nuevo. Avi se aferró a él, como si este fuera lo único capaz de sostenerlo —. ¡Te amo, mi fiel cachorrito! ¡Te amo mucho!

Narciso || P.E #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora