Capítulo 53

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Todos quieren golpear a Gabe14 de agosto

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Todos quieren golpear a Gabe
14 de agosto

4:00 pm

Cloe se tomó muy en serio el hecho de retomar el rumbo de su proyecto. Quería dejar de fallar, como especialista y como novia. Para eso, decidió tomar una medida que podía traerle problemas con Gabe, pero era necesaria. Con nerviosismo, mordió su labio inferior hasta el punto en el que dolió, y tamborileó con sus dedos sobre el escritorio del consultorio. No quería que los mosaicos verde oliva que tanto le gustaban la miraran con enojo, pero ya no había vuelta atrás.

—¿Todo bien, querida? —le preguntó la doctora Wallace, quien estaba al otro lado del escritorio con la doctora Ume Gatti. Ambas habían notado lo nerviosa que estaba la chica, era algo imposible de ignorar.

—Si, si, todo bien —aseguró ella, dejando de tamborilear con sus dedos para jugar con la punta de su falda, nerviosa —. No deben tardar en llegar. Sé que Dalia y Don estaban en camino y ellos traen a Gabe.

—Cariño, no hay prisa —le dijo la doctora Gatti, mostrando sus dientes con una sonrisa —. Tenemos todo el día, así que respira e intenta calmarte.

—Eso intento pero ustedes no conocen a Gabe. Quizá me odie después de esto.

—Lo dudo, solo lo haces por su bien —le respondió la doctora Ume—. ¿Quieres un dulce? Eso calma a los pacientes, podrías intentar con uno.

Ume buscó el frasco de dulces que el doctor que amablemente les había prestado su consultorio en el Hospital de Los Ángeles guardaba en su escritorio y se lo ofreció a Cloe. La castaña se negó de inmediato, no tenía apetito ni siquiera para un pequeño caramelo. Miró la puerta, ansiosa ¿Cuándo iban a llegar?

—Ver la puerta de esa forma no hará que lleguen más rápido, margarita —le dijo Margaret con delicadeza. Hacía años que no veía a Cloe tan ansiosa.

—Lo sé, lo sé —ella terminó por suspirar y volteó para encarar a las dos doctoras. Les sonrió —. Sé que ya les he dado las gracias, pero lo haré otra vez. Esto significa mucho para mi y en serio agradezco que se tomaran un tiempo para ayudarme.

Recibió dos sonrisas amplias por parte de las doctoras. Te confiezo que ellas dos están entre mis personajes favoritos en esta historia. Quizá se debe a que soy uno de los pocos que las conoce bien. Margaret Wallace y Ume Gatti no solo eran colegas de trabajo, sino que también eran grandes amigas. Las mejores.

Un pasado en hospitales las había unido, y un presente en consultorios las mantenía adheridas a un ayer que ambas tomaron como lección para continuar con sus vidas. Eran muy diferentes, tanto en físico como en personalidades. Margaret era una mujer baja, delgada, de cabello caoba, ojos de un color miel casi dorado y sonrisa exagerada. Cloe conocía muy bien a esa doctora y sabía lo excentrica, mandona y metafórica que esa mujer podía llegar a ser. Pero tenía un enorme corazón y un talento innato para curar almas destrozadas.

Narciso || P.E #2Where stories live. Discover now