Velas negras

12 0 0
                                    

Dos noches habían pasado desde el reencuentro con El Fénix Negro. Navegábamos bajo la Luna, junto con El Gorrión por estribor y El Trueno por babor, esperando encontrar la terrible fragata en el horizonte, antes de que nos encontrara a nosotros. 

Una espesa nube cubrió la Luna, oscureciendo el mundo. Ya no podía distinguir el mar del cielo. Navegábamos en la nada, la más absoluta oscuridad. Y en esa calma ciega, un destello de luz por babor iluminó la noche, y un silbido rompió el silencio. 

- ¡El Fénix Negro! - gritaron desde El Trueno.

Las campanas en los 3 barcos empezaron a sonar, seguidas de los impactos de las balas sobre la fragata portuguesa. Rápidamente nos pusimos en posición, adelantándonos al barco militar, y El Gorrión atrasándose, tratando de rodear a los piratas. Sin embargo, antes de poder rodearles, una enorme explosión partió El Trueno por la mitad, hundiéndolo sin remedio. 

- ¡Piratas en las velas! - gritaron desde cubierta. Estaban tratando de repetir lo que Valkyria y yo les habíamos hecho.

Salí de mi puesto corriendo hacia la bodega, con la esperanza de poder evitarlo si en los piratas de la cubierta no eran los únicos.

- ¡Ismael! - gritó Bartok - ¡Vuelve aquí!

No hice caso, seguí corriendo hacia las escaleras para bajar a los niveles inferiores. Al llegar allí vi 2 piratas tratando de hacer una mecha, tal y como habíamos hecho Valkyria y yo meses atrás. 

Sin pensarlo dos veces disparé contra uno de ellos, derribándolo. El otro disparó contra mí, pero falló y me escondí detrás de una columna. 

- ¡Estás rodeado! - grité - No vas a lograr salir de aquí.

- ¿Rodeado por quién? solo tú sabes que estoy aquí, y tus compañeros están demasiado ocupados disparando cañones. - Me respondió. 

No podía quedarme cubierto mientras seguía preparando la mecha, pero solo me quedaba una bala. Cargué el pistolón y disparé, pero fallé. No tenía opción, tenía que enfrentarme de cara, sin saber cuánta munición tenía él.

Me abalancé con la espada en la mano sobre él. Me apuntó con la pistola pero antes de que disparara le corté el brazo y le golpeé con el codo en la cara. 

- No me hacen falta compañeros para acabar con un simple pirata. - Dije, mientras le apuñalaba en el corazón.

Recogí la mecha que estaban haciendo, y empecé a subir las escaleras. Una segunda explosión acabó con el sabor de victoria que tenía: El Gorrión había caído. Frente a mi, al final de las escaleras, había media docena de marineros con espadas esperando bajar y evitar una tercera explosión. 

- ¿Ismael? - preguntó uno, al verme manchado de sangre,

- No se preocupen, están muertos. 

- ¿Cómo supiste que iban a estar ahí? - preguntó otro, mientras los demás bajaban.

- Es lo mismo que hicimos Valkyria y yo cuando les hundimos. ¿Cómo lo supieron ustedes?

- Uno de los piratas de cubierta nos dijo antes de morir que ya era demasiado tarde para detenerles.

- Lo era. Cuando llegué estaban a poco de terminar la mecha.

- ¿Cuántos eran? - preguntaron desde abajo - Aquí solo hay uno sin brazo.

- ¿Cómo que uno? - dije mientras bajaba de nuevo, solo para encontrarme con que el primer pirata, al que disparé, no estaba - ¡FALTA UNO! 

Empezamos a buscar como locos por toda la bodega, encontrándolo cerca de la proa, desangrado. A su lado había otra mecha a medio empezar y un candil encendido. Tras el susto, pude volver a mi cañón, y explicarle todo a Bartok antes de que me metiera en el calabozo por insubordinación. 

Habíamos sobrevivido al ataque, pero El Fénix Negro logró huir, y la flotilla portuguesa había sido reducida a nada. Una vez más estábamos solos ante la fragata. 


Madera y velasWhere stories live. Discover now