CAPÍTULO 10

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Estaba en mi habitación leyendo el cuaderno con las fechas. Teníamos dos semanas exactas hasta que ocurra la muerte de Julia. Me sentí frustrada al no poder hacer nada. John no estaba en Mendips, seguramente se encontraba en la casa de Paul o Stuart, las únicas dos personas en el mundo con las que se abría. Seguramente les estaba contando lo bruja que había sido con él. No lo culpo. Solo esperaba que Paul no meta la pata...

Sentí de repente que golpeaban mi ventana. Al principio me asusté. Pensé que se trataba de un ladrón o algo así. Pero luego recordé que estaba en Inglaterra, en 1958, y que no era tan probable que entren ladrones a las casas.

Entonces decidí asomarme y ver que estaba ocurriendo. Cuando abrí la cortina casi me da un infarto. Era el mismísimo Paul esperando para que le abra la ventana. Rápidamente la abrí y lo dejé entrar.

-¿Qué haces aquí? ¿Estás loco? John podría verte.

-John está en casa de Stuart, por eso vine.

Al parecer había acertado con uno de sus paraderos.

-¿Qué sucede?- Le pregunté. Pero pude ver que tenía ojos tristes. No quería ver a Paul así. Me partía el alma.

-No puedo dejar de pensar en ti y ese beso que nos dimos.- Dijo con total sinceridad mirándome fijamente.

-Paul, tu y yo no podemos...

-Lo sé. Me siento terrible. John es mi mejor amigo. ¡Es mi hermano! No puedo hacerle esto. Pero es más fuerte que yo, Mary. Es como si estuviéramos destinados ¿No sientes lo mismo?

Suspiré.

-Si estamos destinados a estar juntos en algún momento las cosas se facilitarán para que lo hagamos, Paul.

-Uno elige su propia felicidad.

No tuve nada que decir a eso. Al parecer aprovechó que me quedé sin palabras y se acercó a mi. Intenté resistirme pero ¿Como puedes resistirse a Paul McCartney mirandote con sus ojos hazel fijamente como perrito mojado diciendote que siente cosas fuertes por ti? No puedes.

Entonces comenzó a besarme. Cada vez que sus labios rozaban los míos yo entraba en estado de ebriedad. Era tan suave y dulce pero a la vez fogoso. Era todo lo que una mujer podía desear. No podía creer como las cosas me habían llevado a esa situación, pero aún así no hacía nada para impedirlo. Estaba loca por él. Más de lo que había estado en toda mi vida.

Luego de besarnos un rato largo nos separamos un momento y quedamos abrazados contemplando la nada misma. Solo disfrutando de la compañía del otro.

-¿Que vamos a hacer?- Pregunté temiendo a la respuesta.

-Podríamos ser amantes secretos.- Dijo Paul sonriendo. Lo dijo medio en chiste medio enserio. No sabía como tomarlo.

-Está mal, Paul... John saldrá herido. Además yo...

-¿Lo amas?

Hice una pausa. Nunca me había planteado que sentía exactamente. Sabía que me gustaba mucho y que teníamos mucha química juntos algo así como una "gran pasión". Pero "amarlo" era una palabra muy fuerte.

-No lo sé.

-¿Como que no lo sabes? Era tu novio hasta el día de ayer.

Touché.

-Pero ahora estas tu aquí, besándome como si no existiera nada más en este mundo y ya no estoy segura de nada.

Entonces se acercó hacia mi otra vez quedando a una distancia muy corta de mis labios otra vez.

-Entonces sientes lo mismo que siento yo. Tu y yo tenemos que estar juntos, Mary.

-Lo siento.- Dije alejándome y haciendo un esfuerzo para no llorar.- No puedo. Además ¿Tienes idea la edad que tengo? Esto es ilegal.

-¿Ilegal? Vamos, Mary. Lo que menos te importa es la edad que tengo. Estoy seguro.

-No. Hablo enserio. Deberías irte.

-¿Estás segura? Porque si me voy no volveré.

-Si.

Entonces se levantó y se fue por la ventana. Dejándome allí totalmente fuera de lugar.

No pude dormir en toda la noche. Todo esto era una pesadilla. Sentía que había venido a este tiempo a arruinarlo todo. La historia de The Beatles se había desarrollado bastante bien en sus inicios sin mi presencia ¿Porque debería mejorarla yo? Terminaría arruinando la amistad de Paul y John. Y era lo que menos pretendía en este momento. La clave para evitar la muerte de John, era salvar su amistad. Estaba segura.

Al otro día me levanté temprano, producto de mi insomnio, y me hice el desayuno. Para mi sorpresa ahí estaba John, tomando un té solo en la mesa del comedor. No imaginé cruzarlo, era domingo, jamás se levantaba antes del mediodía.

-Estaba esperandote.- Me dijo.

Me senté a su lado con mi leche y cereales y comencé a comer.

-Debes dejar de ignorarme, Mary. Estoy haciendo un esfuerzo aquí.

-Lo siento, John. Pero no puedo hacer lo que quieres.

-Es que quiero invitarte a que nos veas el jueves. Tocamos en el Cabash otra vez.

Me quedé callada. Claro que me moría por verlos pero no estaba segura de poder estar en el mismo lugar que los dos amigos que me volvían loca.

-No lo sé...

-Por favor, quiero que vayas. Escribí una canción para ti.

Fue demasiado para mi.

-Está bien, iré.

ACROSS THE UNIVERSE (John Lennon - Paul McCartney)Where stories live. Discover now