ACROSS THE UNIVERSE (John Lennon - Paul McCartney)

CAPÍTULO 94

Me asusté, estaba muy oscuro para distinguir de quién se trataba. Abracé a John en señal de protección, aunque esperaba más que él me protegiera.

De repente la persona esa que bajó de la canoa disparó hacia arriba. Ambos nos asustamos más y salimos corriendo para la casa. Corrimos un mueble y lo pusimos en contra de la puerta para que la persona no pudiera entrar.

-Ven aquí, atrás del sillón.- Dijo John en un susurro. Ambos nos acurrucamos allí escondidos. La persona que nos había asustado estaba golpeando con fuerza la puerta como si tratara de tirarla abajo.

Puse mi cabeza en el hombro de John, estaba aterrada. El posó su mano sobre ella y comenzó a acariciarme el pelo. ¿Como podía estar tranquilo?

-No podrá entrar. Te lo prometo. Saldremos vivos de esto.- Dijo.

Oímos disparos. ¡Estaba disparandole a la ventana! No nos movimos de donde estabamos, el sillón nos hacía de escudo.

Estuvimos abrazados y temblando juntos durante un rato largo, no sé cuanto habrá durado la escena perversa, pero en un momento los disparos cesaron (debió haberse quedado sin balas) y no escuchamos más nada.

John se deslizó despacio hasta un mueble donde había un teléfono. No lo había hecho antes porque los disparos rebotaban por todos lados.

-¿Llamarás a Yoko?- Pregunté aún asusatada.

-No, no puedo dejar que venga sola hasta aquí a buscarnos.- Dijo marcando un número en el teléfono.

-Necesito que vengas hasta la casa de servicio, llama a la policía. Han intentado matarnos a Polly y a mi. Estamos encerrados.- Dijo John. No pude distinguir la voz del otro lado, casi ni se escuchaba.

-De acuerdo. Apresúrate, no se si el loco anda dando vuelta por aquí aún.- Entonces cortó y me hizo seña para que vaya junto a él. Me rodeó con el brazo y nos quedamos así durante todo el rato que siguió. Estábamos tan asustados que no emitimos sonido. De repente golpearon la puerta suavemente.

John se dirigió a ella y dió tres golpes y del otro lado sonaron como una especie de melodía los golpes, entonces respiró aliviado y corrió el mueble para abrir la puerta.

Del otro lado se encontraban nada menos que Sota, Paul y Serena junto a un centenar de policías. Detrás de ellos había un helicóptero.

-¿Están bien? - Preguntó Paul acercándose hacia nosotros y abrazándonos.

Yo seguía en shock así que no hablaba. John se encargó de relatarles lo ocurrido. Al parecer tenía más fuerza que yo. ¡Se suponía que yo estaba allí para protegerlo!

-Yoko también está aterrada.- Dijo Paul.

-¿Le contaste?- Preguntó John alterado.

Paul negó con la cabeza.

-Ni bien corté contigo ella también me llamó. Diciendo que alguien había irrumpido en la casa y que estaba encerrada en el sótano. Que no tenía ni idea de donde te encontrabas tu pero estaba asustada y necesitaba ayuda.

-¡Demonios! ¿Donde está?

-Tranquilo. Ella está bien, está la policía con ella en este momento tomándole la declaración.

-¿Que demonios ha sido todo esto? ¿Mi intento de asesinato?- Dijo mirando a Sota.

-Aún no es el momento, pero tengo la sospecha de que tu y Polly estuvieron a punto de joder el rumbo de las cosas con decisiones que estaban por tomar...- Dijo Sota.

John bufó.

-¡Nada ha pasado!- Se quejó.

-¿Entiendes porque nada debe pasar?- Siguió Sota. - Provocaríamos paradojas temporales horribles.

John asintió tristemente. Luego me miró encogiéndose de hombros.

-Necesito ver a Yoko.- Dijo.- Entonces se fue hacia el helicóptero donde lo llevaron hacia la casa principal.

Yo me quedé allí esperando que nos busquen a nosotros junto a Paul y Sota y varios policías.

Paul se me acercó y me ofreció su abrigo. Me negué pero insistió así que él mismo me lo colocó.

-Siento mucho que hayas tenido que pasar por esto.- Dijo rodeándome con su brazo.- Cuando me dijo John que les dispararon y que estaban solos aquí me desesperé. Si algo te pasa, Polly, yo me muero.- Dijo. Pude ver, apesar de la oscuridad, como le caían algunas lágrimas por su rostro. Lo abracé. Estabamos todos movilizados.

-¿Crees que ya pasó el peligro?- Preguntó.- ¿Que luego de esto no intentarán matarlo de nuevo?

Me encogí de hombros.

-Pero lo único que sé es que debo permanecer lejos, solo ayudarlo con lo que se me pide y ya. Si dejo que John caiga en mis brazos otra vez será su fin.- Dije muy triste.

-Sé que lo quieres. Y sé que lo nuestro ya no volverá a ser. No merece ninguno de ustedes que su historia termine así.- Dijo también apenado.

Rato más tarde nos encontrábamos en la casa principal de Tittenhurst Park. Yoko estaba en un estado de nervios y John trataba de calmarla. Paul intentaba calmarme. Y Sota insistía con que era tiempo de irnos. Selena lo miraba enojada.

-¿Es que no entiendes que casi termina todo mal?- Preguntó.

-Lo que yo entiendo es que si no nos vamos de esta línea temporal cuanto antes podremos causar un desastre.- Dijo él.

-Dame un minuto más. - Dije al fin. Le hice seña a Paul y a John para que se me acerquen.

-Quiero que me prometan que no van a pelearse más.- Dije.

Ambos se miraron y asintieron.

-John, por nada del mundo te vayas a vivir a Estados Unidos con Yoko. Es una orden. - Seguí.

-Pero... nos han querido atacar aquí... no es seguro...

-Reforzarás la seguridad, te cuidarán día y noche. Todo saldrá bien.- Dije.

Medio dubitativo asintió nuevamente.

-Los Beatles terminarán pero ustedes seguirán unidos y por nada del mundo andarás sin guardaespaldas, John. Prométemelo.

-Lo prometo.

-Y tu Paul, lo cuidarás mientras yo no esté.

-¿Puedo preguntar cuando volveremos a verte?- Dijo Paul.

-No lo sé, Sota habló de otra misión más antes del día catastrófico... pero con esto no sé que va a ocurrir.

John se estremeció.

-Pensé que no querían llegar a ese día.- Dijo.

-Ni yo, pero al parecer debo estar para cambiar algo.- Dije.

-Nada va a ocurrirte amigo, te lo prometo.- Dijo Paul.

Entonces nos abrazamos los tres.

Nota autor: Les regalo otro capitulo hoy porque estoy emocionada con los capitulos que he escrito hoy, se acerca el final!!!! Y creo que algunos van a ser felices con lo que va a suceder luego. Gracias por los mensajes de apoyo y perdón por haberlos dejado tan olvidados.