CAPÍTULO 28

243 26 0
                                    

Al día siguiente Paul (como había tenido la noche libre) se levantó temprano y me vino a buscar para ir a la clínica por los resultados de nuestros análisis. La verdad era que estaba un poco nerviosa de cómo podían resultar las cosas. Amaba a Paul, pero también era consciente de su pasado oscuro.

Cuando nos dieron el sobre no quise ni mirarlo. Dejé que él lo abra.

Pude ver como su semblante se relajaba. Y me tranquilicé un poco.

-¿Y bien?- Pregunté.

Entonces me besó suavemente en los labios y luego me sonrió mostrándome el papel. Al parecer ambos estábamos limpios.

-Creo que hoy tu y yo no vamos a dormir.- Dije riéndome y acariciando su pelo. Pero me detuvo. Sentí un escalofrío. ¿Paul McCartney me rechazaría ahora? Era demasiado bueno para ser real. Debí imaginarlo.

-Vamos a tener que esperar una noche más, Mary.

-¿Por qué?- Pregunté indignada. Estaba claro que no era el único que estaba conteniendose.

-Necesito que provoques a John esta noche. Que pases la noche con él, así puedo hacer que Astrid y Stuart estén juntos.

Lo miré con cara de pocos amigos. Me sentía indignadisima.

-¿Estás sugiriendo que me acueste con tu mejor amigo para que consigas sacar a Stuart de la banda?

-Yo jamás usé esa palabra. Solo necesito que lo provoques. Tu y yo sabemos que la única persona que puede hacerlo olvidar a Astrid eres tu.

-No sería justo. Lo estaría ilusionando. Saldría lastimado.

-Mary, John ama a Cynthia. Mañana la llamaré para que lo llame y se olvidará de todo. Ya verás.

-No lo sé, Paul.

-Debes confiar en mi.

-Debe haber otra manera.- Insistí.

-No se me ocurre otra. Ya le di muchas vueltas al asunto.

-No entiendo cómo puedes estar tranquilo sabiendo que tu mejor amigo puede hacer algo con tu novia. No debo ser tan importante como dices.

-Mary, claro que lo eres. Pero también quiero que la banda triunfe y que John se enfoque en eso. Estando con ella no hace más que distraerse.

-Estoy un poco decepcionada de ti, Paul. No esperaba esto. Pero lo haré porque sé que es parte de mi misión encaminar las cosas para el lado de John. Pero tu y yo no estamos en lo mejor de todo. Adiós.

Y me fui.

A la noche, luego de la presentación vi como Paul tonteaba con dos bailarinas. Me sentí fatal. Estaba siendo el Paul mujeriego del que tanto había leído. Comenzó a despertarse esa bestia celosa que habitaba dentro mío. Pero disimulé lo mejor que pude. Me senté sola en una mesa a tomar mi gin tonic.

En ese momento John se sentó junto a mi con una cerveza.

-¿Se pelearon?- Preguntó.

Asentí. No sabía si era parte del plan o realmente estábamos peleados.

Pude escuchar como comenzó a cantar "Michelle" y una de ellas sonreía como tonta al ver la cara que de idiota que le hacía él.

-Ahora entiendo porque le pidió a Pierre que le traduzca al francés una canción que había escrito.- Comentó John.

-¿Quien es Michelle?- Pregunté secamente.

-Una bailarina francesa con la que tuvo una historia antes de que tu llegaras.- Me miraba con cara de preocupación. Al parecer la bestia que vivía dentro de mi estaba manifestándose en mis expresiones también.

-¿Es alguna de esas?

John tragó saliva. Pero no dijo nada. Era obvio que estaba protegiendo a su amigo. Era la perfecta oportunidad para ensuciarlo y ganar mi afecto. Pero aún así prefería defenderlo a él. Así que me levanté dispuesta a enfrentarlo. Pero él me frenó.

-Debemos irnos de aquí. No quiero que armes un escándalo. Luego te arrepentirás.

-¡Suéltame! ¡Este desgraciado va a escucharme!

Pero John me tomó del brazo con mucha fuerza y me sacó de allí. El problema fue que al salir vimos a Stu y Astrid besándose apasionadamente contra la pared.

Comencé a pensar que todo esto era un plan macabro de Paul. Pero también podía ser obra del destino. Cuando estás destinado a estar con alguien simplemente las cosas pasan. ¿Sería eso lo que pasaba ahora? ¿Acaso mi destino era estar con John y no con Paul?

Pero John interrumpió mis pensamientos y en vez de hacer lo que se esperaba de él, que era golpear a Stu por estar con su chica, me tomó de la mano nuevamente y me condujo hacia el bar nuevamente. Pidió dos botellas de whisky y nos largamos hacia mi departamento.

Ambos tomamos mucho. Hasta marearnos. Era la forma que teníamos de ahogar nuestras penas.

-¿Como te sientes?- Pregunté.

-Usado. Descartado.

-Yo igual. Por lo menos a ti te dejaron por alguien decente. A mi por varias perras.

-No creo que Paul te deje nunca. Nadie podría dejarte nunca.- Dijo acercándose un poco más a mi. Arrastraba sus palabras. Ya estaba bastante borracho. Yo no estaba mejor que él.

De repente nos agarró un ataque de risa a ambos, producto del alcohol obviamente.

John se recostó en el piso y se quedó mirando el techo. Lo imité.

-¿Que estamos mirando?

-Como se mueve el techo.- Respondió acertadamente.

-¿Has tomado esas malditas pastillas hoy?

-No. Solo bebí contigo.

Entonces lo miré con recelo.

-Es cierto. Hoy no las tomé.

Volví a recostarme junto a él.

-¿La amas?- Pregunté.

-¿A Astrid?

Asentí.

-No. A ti si.- Respondió.

No pude evitar estremecerme. No sabía si porque me daba miedo su respuesta o por que. Pero John me sacó de la duda, se acercó a mi y comenzó a besarme. Detestaba cuando eso pasaba. Justo cuando estaba convencida de que amaba a Paul más que a nadie en este mundo venía John a confundirme. ¡Demonios! ¡Sus besos me enloquecían!

Corté el beso y bebí un poco más de whisky. Creo que bebí mucho más luego porque es lo último que recuerdo de aquella noche.

ACROSS THE UNIVERSE (John Lennon - Paul McCartney)Where stories live. Discover now