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—No... no tengo nada que agregar—, dije sintiendo mis piernas temblar al levantarme de golpe por la sorpresa, alarmando a todos.

Fantástico Ryuuji. Lo estás haciendo genial.❞— me regañe mentalmente.

Los demás me miraron extrañados y el silencio que permaneció por unos segundos fue interrumpido por el peso de Hiroto recargándose en su silla de cuero. De reojo lo veo cruzarse de brazos, clavándome la mirada.

—Estoy muy decepcionado gerente Saitō, saber que el ❝mejor miembro❞ de esta planta no tiene nada que decir en una reunión importante, deja mucho que desear—, dice carraspeando la voz en un tono grave—. No quiero imaginar a los demás...

—No, por supuesto que no será así señor Kiyama—, se excusó—. Nuestros miembros saben bien cuál es su deber, no tiene nada de que preocuparse.

Me siento y veo de reojo a Hiroto, frunzo el ceño ligeramente. Estaba actuando extraño, su voz había sonado tan arrogante. De repente lo observo levantarse de su asiento, seguidos de sus acompañantes. Se acomoda el saco suspirando y dice:

—Bien, espero mucho de ustedes.

Y salió de la sala dejando un ambiente tenso. Todos comienzan a levantarse de sus asientos susurrando cosas entre sí.

No sabía de que habían hablado en todo este tiempo, estaba tan enfrascado en mis pensamientos que me olvidé del propósito principal de la reunión. Tratando de buscar una solución me acerque a mi compañero de a lado para preguntar acerca de la reunión, pero veo a mi gerente llamarme con la mano cuando nuestras miradas conectan. Me acerco lentamente, esquivando a las personas que trataban de salir.

—¿Pasa algo, gerente?

—Midorikawa, el señor Kiyama es el hijo del dueño de toda la compañía. Se que harás un gran trabajo pero quería recordártelo, espero mucho de ti muchacho—, palmea mi hombro sonriendo—. En la tarde haré que te envíen un horario de todas las reuniones que tiene el señor Kiyama.

—¿Un horario?, ¿para qué necesitaría su horario?

—¿No lo escuchaste?—, pregunta extrañado—. Serás su secretario y asistente personal.

—¿Asistente personal?—, grité demasiado alto alarmando a los demás. Con una sonrisa forzada me giré para hacer varias reverencias a las ultimas personas que faltaban por irse de la sala—, ¿seré su secretario?

—Si, lo mencionamos en la reunión.

—No, escuche...—, reí nervioso—. Tengo un titulo en informática, no puedo ser su asistente personal.

—No fue decisión mía. El lo pidió así.

—¿Qué?

—El lo dijo. ❝Quiero al hombre de pelo verde que no está prestando atención a la reunión como mi secretario.❞

—❝Hombre de pelo verde❞.

Ese bastardo, se volvió astuto. ¿Es que no recuerda mi nombre?❞— pensé.

—Midorikawa, sé que harás un gran trabajo, tienes una disciplina que es de admirar. Después de todo eres nuestro mejor miembro.

No pude evitar sonreír en grande, lo admito, soy débil a los halagos y más cuando se trataba de mi desempeño en el trabajo. Con el ego alimentado suspiro resignado.

—Bien, lo haré.

—Sabía que podría contar contigo. Será sólo hasta que termine su proyecto.

—Sí es solo hasta que termine su proyecto... esta bien, cuente conmigo.

Después de hablar con el gerente fui a mi oficina y revisé el horario que me habían mandado, por lo visto mi nueva jordana laboral comenzaba desde mañana, no había ninguna junta programada para este día

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Después de hablar con el gerente fui a mi oficina y revisé el horario que me habían mandado, por lo visto mi nueva jordana laboral comenzaba desde mañana, no había ninguna junta programada para este día.

Después de dejar de lado todos mis pensamientos sobre el trabajo, pensé en cómo se había tornado la situación. Mi amigo de la infancia, con el que pase los primeros años de mi vida y afición, se había convertido en mi nuevo jefe.

No estaba seguro de sí mis sentimientos se habían puesto en orden con el tiempo, pero pensar que había regresado agitaba de sobremanera mi corazón. Ni siquiera había soñado con esta situación, nunca se me hubiera cruzado por la mente que algún día aparecería por una de las tantas juntas ejecutivas que tenemos cada mes.

No podía espera más para hablarle. Quería preguntarle cientos de cosas; qué había pasado con el, cómo había estado, quería saberlo todo. Estaba realmente curioso acerca de cómo llegó aquí.

Me apresuré a terminar mis últimos reportes, mirando el reloj cada dos minutos esperando la hora del almuerzo. Y cuando finalmente termine me apresuré a ir a la oficina de Haruya, quería ver cómo reaccionaría al contarle que Hiroto estaría trabajando con nosotros. Pero justo cuando di la vuelta en el pasillo choqué con el pecho de alguien más.

—Lo sient...—. Mi mente se quedó en blanco al ver a Hiroto mirándome desde arriba con el ceño fruncido. La diferencia de alturas me intimidó por unos segundos.

Había pasado un tiempo desde que había visto su rostro de cerca, retrocedí un paso para poder observarle mejor, y sonriendo le dije:

—Hiroto, ¿cómo haz estado?—, empiezo, relajándome y tratando de controlar mis precipitados latidos—. El papel de jefe mandón te queda muy bien, voy a estar cuidando de ti por un tiempo así que prep...

Me interrumpe.

—Director Kiyama.

—¿Eh?

—Es Director Kiyama. Aprende a saber dónde está tu lugar.

—¿De que hablas?

Secretario Midorikawa— suelta enfatizando ❝secretario❞—, sí no sabe cómo debe llamar a su jefe debería considerar pedir su renuncia.

Dijo al final antes de irse y pasarme de largo.

Mi mentón cayó hasta el suelo de lo indignado que estaba. No entendía. ¿Que le sucedía? si, era el jefe pero hace más de diez años que no nos veíamos. No podría tan solo saludar como la gente normal, por Dios.

Clavando los pies en el piso decidí ir por Haruya. Tenía que advertirle que el bastardo de Hiroto se había vuelto un amargado vejestorio.

❝ғɪʀsᴛ ʟᴏᴠᴇ❞ 🌿; ʜɪʀᴏᴍɪᴅᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora