0 2 2

373 28 5
                                    

❙ K i y a m a   H i r o t o ❙

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

❙ K i y a m a H i r o t o ❙

Ese martes por la mañana no pudo haber sido peor.

Para empezar, después de preparar el desayuno para Ryuuji y salir de su departamento una llanta se me ponchó. Algún imbécil dejo una tachuela cerca de donde lo estacione. Segundo, tuve que ir a velocidad mínima a mi departamento para cambiarla, quitándome veinte valiosos minutos de mi mañana. Tercero, hice un desastre en mi baño tratando de arreglarme lo más rápido posible. Y ahora, cuarto, todos me miran extrañados tras haber llegado tarde.

Me apresuro a tomar el elevador lo más pronto posible sin antes mirar amenazante a todos esos buitres necesitados de mi fracaso. Las puertas se cierran y la cabina comienza a elevarse.

Tsk—, chasqueó irritado cuando veo la hora en mi reloj, grandioso, casi media hora tarde.

La escena comienza a repetirse cuando salgo de la cabina y vuelvo a ser el centro de atención, quizá ellos un poco más discretos, pero no quitando el hecho de ser molesto. Entro de prisa a mi oficina y lo primero que veo es a Ryuuji en el teléfono. No digo nada, sólo le doy una mirada como saludo, Ryuuji sonríe con los ojos en respuesta y sigue con la platica del otro lado de la línea.

Mi corazón se enternece cuando veo un vaso de café en mi escritorio. Tomo asiento de prisa y sonrió cuando doy un sorbo al líquido aún caliente gracias al termo. Desde mi lugar puedo ver el perfil de mi secretario y sonrió, quitándose, sorpresivamente, el estrés acumulado.

—Entendido...—, Ryuuji apunta algo en su agenda y yo comienzo a encender mi equipo. Recordando todos los archivos, cuentas y formatos que tenía pendiente—. Sí eso es todo señor So... ah, si claro. Muchas gracias, lo consideraré.

Cuando lo veo colgar, me apresuro a ver la pantalla enfrente de mi. Los pasos de Ryuuji acercándose.

—Buenos días, director.

—Buenos días, Midorikawa—, desvió mis ojos a su rostro tratando de encontrara alguna reacción pero no encuentro nada. Sus ojos buscan algo en la libreta, y espero a que me diga que sucede.

—Hoy habrá una reunión con finanzas para hacer el balance general de este mes en dos horas y otra con recursos humanos a las cuatro, ¿quiere que haga algún reporte?

La naturalidad en su voz le da un profesionalismo impresionante y no puedo evitar sonreír mientras me embobo con el ambiente.

—No, descuide, ya tengo algunos hechos.

En silencio toma su lugar a lado de mi y comienza de inmediato con el trabajo pendiente. Noto que la pila de papeleo en su escritorio ha disminuido un poco.

Me remuevo en mi asiento. No era incomodo, si no más bien... ¿irritante?, me veía a mi mismo esforzándome por inventar alguna convincente excusas para hablar sabiendo perfectamente que una de las reglas era no hablar de nada que no esté relacionado al trabajo. ¿Quien había puesto esa estúpida regla? Ah, si, yo.

❝ғɪʀsᴛ ʟᴏᴠᴇ❞ 🌿; ʜɪʀᴏᴍɪᴅᴏWhere stories live. Discover now